3- Un chico tierno enfadado

201 15 4
                                    


Vanessa
__________

Pensar en mi gato durmiendo es desear poder ser una gatita y tener la vida de ellos. Enserio, ellos duermen todo el día, comen, duermen, salen y así... y yo: odio mi jodida vida, tener que estudiar es ¡agh! Y ver las caras de mis estúpidos compañeros de salón... Dios, y más ver el rostro de él, Mark Sherman, ese es el nombre del chico al que le rompí el corazón.

Cada vez que me mira me pone mala cara, hasta aprieta sus puños, y eso hace que siempre me sienta mal. Estúpido.

Y estúpida yo.

Por decirle que sí a todo y no cumplir mi palabra. Pero es que mis padres... o bueno, mi madre, ella parece que quiere que sea monja, cada vez que mi padre bromea conmigo sobre los "novios" ella se pone modo histérica y comienza con su: Yo le he dado demasiada confianza, si mis vecinas me cuentan que la han visto con un chico va a estar castigada por el resto de su vida.

Yo amo a mi madre, pero a veces se pasa. Para mis padres jamás he tenido novio, y soy una niña muy buena y ejemplar. Vamos, a veces le ocultamos cosas a nuestros padres, pues yo, yo les he ocultado todo.

Si he tenido novio, me he emborrachado en fiestas hasta perder el conocimiento, hasta he probado drogas. Yo también me paso, jejejeje.

—¿Alguna vez me contarás lo que piensas? Te quedas como boba mirando al pizarrón —la voz de Henry me saca de mis pensamientos.

—Pff... Me quedo así porque pienso en mi vida entera y en lo que sucede —le digo en voz baja.

—Te pareces a una protagonista de un libro, ella siempre se quedaba pensando y su profesor de historia la regañaba.

—Mmm, por cierto, ¿me puedes explicar lo que el profe de matemáticas estaba explicando? Pensé por un momento y cuando volví al mundo ya el pizarrón estaba lleno de números y raíces cuadradas —hago una mueca.

Otra cosa de mi vida, soy muy mala en matemáticas, en fin, mis notas no son buenas, siempre son de las peores del salón.

—Claro, te puedo explicar todo. No sé para qué preguntas si sabes que: ¡no sé ni verga! —lo último lo chilla, y por un segundo somos el centro de atención de todos, incluyendo al chico que le rompí el corazón, que nos mira con una ceja enarcada.

—Podrías hablar más bajo, odio ser el centro de atención —murmuro y él rueda sus hermosos ojos azules.

Todavía recuerdo que el fue mi primer amor, hasta que un día me dijo: Vane, ya es tiempo de que te lo diga, soy gay. Cosa que no aparenta mucho.

—Cariño, eres hermosa, siempre eres el centro de atención —me guiña un ojo y sonrío.

—Tonto.

—Vanessa Green y Henry Campbell, hagan silencio por favor, luego cuando tengan un examen se ponen a decir que no saben nada —nuestro profesor de matemáticas nos dice y yo y mi amigo hacemos silencio.

                          •=•=•=•

¿Dónde rayos estará Henry?

Hace cinco minutos me dijo que lo esperara aquí, en el patio de la preparatoria y no aparece. Seguro está conversando con alguien y me olvidó.

Me siento en una de las bancas y saco mis auriculares, cuando me los voy a poner alguien se sienta a mi lado.

¿Es que acaso no puedo usar mis auriculares nunca?

Suspiro y los vuelvo a guardar, me giro hacia la persona que se sentó a mi lado y me quedo helada.

—Hola, Vanessa.

Es Mark.

¡Es Mark, mierda!

¡¿Qué hago?!

Él me está mirando serio. Su voz sonó tan fría que a cualquiera asustaría.

—Hola —murmuro.

Diosito, por favor, te pido que hagas que Henry se apresure en venir aquí.

—¿Cómo estás? —me pregunta.

—Bien, ¿y tú? —trago saliva, ya sé cuál será su respuesta.

—Pues ¿cómo crees que estoy? Recordando lo que me hiciste Vanessa Green.

—Yo...

—Tú nada —agarra mi brazo con fuerza—. Eres una estúpida, espero que cada vez que me mires te sientas como una mierda Vanessa y...

De pronto un perfume llega a mis fosas nasales, una esencia que conozco demasiado bien. Por unos segundos respiro aliviada.

—Seas quién seas déjala tranquila —Bryan se acerca a nosotros, está enfadado y tiene sus puños apretados.

Dios te pedí a Henry, no a Bryan.

Pues, Bryan no parece al Bryan que he visto y ha hablado conmigo, ya no parece tierno, parece de veras un chico malo, aunque de eso no tiene un pelo, pero ahora está enfadado y mira a Mark con ganas de asesinarlo.

Un chico tan tierno como él enfadado.

—¿Y este quién es? —Mark se levanta y se coloca frente a Bryan.

Miro mi brazo, ha dejado una marca.

¡El estúpido ha dejado una marca!

¡Agh!

Idiota.

—Soy un amigo de Vanessa —Bryan hace una mueca al decir amigo.

Okay, eso me ha causado gracia.

—¿Un amigo? No me digas, que yo sepa Vanessa solo tiene un amigo y es Henry, ese estúpido gay —Mark hace una mueca de asco al decir el nombre de mi mejor amigo.

Con Henry nadie se mete, con él no.

—¿Sabes? Estúpido eres tú —me levanto y lo empujo, aunque ni siquiera lo muevo—. Henry es mi amigo Mark, con él no te vas a meter.

—No se cómo soportas ser amiga de un gay.

—¿Tienes algo contra los gay? Podemos resolverlo ahora y darte la golpiza del siglo —unos chicos se acercan a nosotros, son los amigos de Bryan.

Yo no quiero ver una pelea. Odio ver a las personas golpeándose y más si los conozco.

—Por favor, cero peleas, ¿sí? —les pido y Bryan me mira como si no creyera lo que he dicho.

—Este chico se ha metido contigo y con tu amigo, ¿acaso no merece una golp...?

—Mira Bryan, yo le debo algo y que más que no lo golpeen, por favor Mark, vete —le digo y él rueda sus ojos.

—¿Piensas que haciendo que no me golpeen vas a borrar lo del pasado? Por favor, espero que ni duermas —se da la vuelta y camina en dirección a la cafetería.

Los amigos de Bryan se van y nos dejan solos. Él me mira confuso y se acerca a mi.

—¿Tú y ese chico...?

—Emm, tuvimos algo que no fue nada, emm... no sé si entiendas —hago una mueca y él sonríe.

—Sí, entiendo algo, pero... Dios Vanessa, mira tu brazo, te ha dejado una marca, me pareces una chica que está a la defensiva siempre pero...

—Pues no, no siempre estoy a la defensiva, bueno, jamás lo estoy, soy una chica normal, a diario se meten conmigo y Henry me defiende, es como mi guardaespaldas.

—Bueno, menos mal que yo llegué.

—Oh sí, y gracias, me gustó verte en modo chico malo, asustas a cualquiera cuando te enojas —le digo y sus mejillas se tornan rosas.

—Bueno, jamás me había enfadado tanto, esta fue la primera vez y es que, cuando vi a ese chico agarrando tu brazo de esa manera me enfadé mucho.

—Oh... —no sé que decir por Dios, solo sé que ese chico está enamorado de mí.

Esencia✔Where stories live. Discover now