47- Atrapado

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Vanessa
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Odio correr, lo digo en serio. Y más que traigo un vestido de una tela que no sé ni cómo la hicieron y resulta que dicha tela pica y la capa que está sobre mi espalda también, y como que el sudor no ayuda mucho.

—Así que todo fue un plan —Bryan se cruza de brazos frente a Nathalie justo cuando nos detenemos.

—Pues sí, necesitábamos conseguir el mapa —la guía se encoge de hombros.

—Les mentiste, Nathalie, ellos nos estaban tratando demasiado bien y ahí vamos y los traicionámos, o más bien, los traicionas.

—Esto es sólo un juego Bryan, no te lo tomes enserio —Melissa se acerca a él y este rueda sus ojos.

—Juego o no. Mentir es malo.

—Y malo va a ser si no continuamos nuestro camino, ellos vendrán a buscarnos —Víctor señala el camino—. Deberíamos seguir.

—Buena idea —Nathalie asiente.

—La única buena —Bryan le pone mala cara y comienza a caminar delante de nosotros, algo molesto.

Pero sí esto es sólo una actividad en la que jugamos a los piratas. Bryan si se lo está tomando a un juego de verdad, pero lo entiendo. Es cierto que Nathalie les mintió, pero ellos son actores y nosotros jugamos con ellos, más nada.

En fin. Mientras caminamos detrás de Bryan, Nathalie revisa el primer mapa y la veo poner una cara de horror.

—¡Paren de caminar ya! —ella grita, Melissa y Víctor fruncen sus ceños mientras que Henry y Bryan suspiran.

—¿Qué sucede?

—¡El mapa estaba mal! Lo leímos mal.

—¿Cómo que mal, Nathalie? —cruzo mis brazos—. Yo misma tomé ese mapa y lo leí bien, así que algo pasó.

—Mira, toma el mapa y compruébalo tú —me tiende el mapa y yo me aclaro la garganta para leer.

—Primero cruzaremos el puente, luego iremos a la zona de indios donde obtendremos el... mapa donde está el tesoro, cruzaremos el lago de los cocodrilos y llegaremos al cerro, lugar donde se encuentra oculto entre los arbustos el cofre —mi voz se escucha en un susurro al final—. Leí mal entonces.

—Oh Dios —Melissa se sienta en la arena—. ¿Ahora qué?

—Vamos bien, sólo nos queda cruzar el lago de cocodrilos y luego llegar al cerro, más nada, así que Vanessa no tiene culpa porque al final estamos haciendo las cosas bien —Bryan se coloca a mi lado y le sonrió en modo de agradecimiento.

—Sí, es cierto —Nathalie asiente—. Continuemos, ya quiero llegar al campamento.

—Si fueras tú sola —el poetizado frota su rostro y volvemos a caminar.

Si hubiera sabido que tenía que caminar tanto me hubiera quedado en el campamento.

Tengo hambre, sed, estoy cansada y necesito descansar mis pobres piernas.

—¿Y cómo se supone que vamos a cruzar el lago de cocodrilos? —Henry pregunta de repente—. Porque nadando no será ya que es un lago con cocodrilos y nos van a comer.

—¿Quién dice que el lago de cocodrilos tiene cocodrilos? —Nathalie enarca una ceja—. Se llama así por su forma, no porque esté lleno de cocodrilos ni nada de eso.

—Alivio, ¿no?

—Pues sí —asiento—, pero igual hay que nadar.

—Nosotros somos expertos en eso —Henry abraza a de lado a Bryan, el cual ríe.

Esencia✔Where stories live. Discover now