𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 5 | 𝗟𝗮 𝗠𝗮𝗿𝗶𝗽𝗼𝘀𝗮 𝘆 𝗲𝗹 𝗟𝗼𝗯𝗼

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Aun recuerda el día que la conoció o mejor dicho la vio por primera vez. La guerra estaba recién comenzando y bajo el mando del Emperador de Arbezela el ejercito se movilizo para las batallas que se librarían contra el enemigo invasor. Escucho por medio de rumores entre soldados que una de las hijas del Emperador estaba ejerciendo un papel dentro de las filas, siendo concretamente la segunda hija, Yvie de Secramise.

Ya había escuchado de ella en los medios por sus grandes hazañas academias, así como acciones altruistas con las personas mas pobres del imperio que no tenían recursos para la medicina o alimento. El jamás la conoció personalmente y si era completamente honesto no le llamo la atención para nada y cuando la vio a lo lejos con el equipo médico confirmo su nulo interés, en ese momento la vio vestida con un traje militar destinado para los médicos del ejercito y con el cabello muy corto casi pasando inadvertida pareciendo un muchacho muy flaco, pero con sus rasgos femeninos no dejaba lugar a dudas que era una mujer.

Conforme fueron pasando las campañas y más soldados salían heridos menos fue capaz de verla, ya que según había oído, estaba sometida a mucho trabajo al tratar de salvar la vida de muchos soldados casi dados por muertos. Esto no era recomendable en la guerra, a diferencia de en los hospitales que al mas grave se le atiende primero en los campos bélicos eso no aplicaba, a los que parecían muertos no tendría ni porque tocarlos y eso le trajo, hasta donde sabia, muchos problemas con el emperador.

La vio por segunda vez pasados unos meses cuando ella se presento a la carpa con el uniforme lleno de sangre seca y visiblemente sucia.

—¿¡Que significa esto Princesa Yvie!? ¡No tienes permiso de entrar a esta carpa sin mi autorización! —exclamo el monarca completamente molesto mirando a su hija—

El vio como la mirada de la princesa no se desvió o bajo, se mantuvo firme encarando a su padre, pero sin perderle el respeto, sus ojos amatistas estaban llenos de determinación mientras que sostenía un informe en sus manos.

—Disculpe Emperador por entrar de esta manera, pero solo quería entregarle esto —dijo lanzado el informe a la mesa justo frente a el—

—¿Qué es esto? —pregunto el hombre tomando los papeles en su mano—

—Es mi reporte de casos atendidos desde que estoy aquí —explico brevemente—

—¿Te parece que tengo tiempo para leer cuantas veces has fracasado? —le pregunto—Desde que estas aquí haz estado desafiando las reglas y perdiendo el tiempo atendiendo casos perdidos en vez de ayudar en lo realmente importante —exclamo tirando los papeles sobre la mesa sin siquiera leerlos— Esta claro que cometí un error al traerte aquí y es por eso que-!

—Su majestad, antes de que termine esa frase y que se arrepienta —le interrumpió rápidamente— Por favor, cuando termine esta reunión o cuando lo desee lea mi informe y cuando lo haga espero que tome la decisión correcta

Sin mas que decir la princesa hizo una reverencia y salió de la carpa dejando un ambiente tenso en el ambiente. Sus ojos se enfocaron en los papeles que ella había traído y vio como uno de los consejeros de guerra los tomo y comenzó a leerlos mientras sus ojos se hacían mas y mas grandes haciendo que se extrañara.

—Emperador, debe leer esto —le dijo el hombre—

El vio como el Emperador comenzó a leer sin interés hasta que poco a poco se iba convirtiendo en desconcierto y asombro. Resulta que Yvie de Secramise había logrado salvar a todos los soldados catalogados como casos perdidos con éxito absoluto, no había ni una baja en sus manos. Logro salvar a soldados mutilados, heridos, quemados y hasta con los huesos completamente rotos con éxito y si bien era cierto que a los que ahora les faltaba extremidades no podían pelear mas ella había tomado medidas para que ellos fueran de vuelta a Arbezela para que no corrieran el riesgo de ser carne de cañón en las futuras batallas.

Emperatriz | FinalizadaWhere stories live. Discover now