𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 22 | 𝗘𝗹 𝗕𝗮𝗻𝗾𝘂𝗲𝘁𝗲

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Los pasillos del ilustre castillo de Arbezela estaban llenos de bullicio y escandalo por una cantidad aterradora de pretendientes que estaban de camino hacia la habitación de la primera princesa de Arbezela, Ariana de Secramise y eso era algo que su joya roja, El príncipe Efrit no podía tolerar, apenas la noticia le fue dada se encamino hacia la habitación de su princesa para poner en su lugar a todos esos hombres indignos que buscaban a su diosa.

Mientras caminaba rápidamente por los pasillos escucho un trio de voces conocido haciendo que se detuviera y se escondiera para ver de quienes se trataban y fue cuando vio al trio de príncipes bastardos de Arbezela, mientras que el menor de los tres parecía entretenido con la conversación los otros dos no tenían expresiones muy alegres, el mayor de todos tenia una cara de enojo mientras que el otro tenía una expresión preocupada así que decidió quedarse a escuchar para ver si podía sacar algo útil.

Desde que llego al palacio intento junto con sus hombres sacar información de los bastardos pero no lo conseguía, lo que sea o quien sea que quien los estuviera protegiendo era muy minucioso y fuerte para poder lograr ocultarlos y protegerlos de el y sus hombres.

—Bavilo ¿No crees que estas exagerando? Digo...Nuestra hermana ha dicho que ellos son solo amigos —dijo el príncipe Haveron intentando calmar a su hermano—

—Yo no creo eso, vi como ese hombre la miraba y no puedo aceptar-!

—Hermanos, esperen —exclamo Kamal con un poco de fuerza haciendo que los dos mayores se detuvieran de hablar y lo miraran—

El concubino casi se congelo en su sitio cuando el príncipe más joven giro su cabeza justo al logar donde estaba escondido, como si supiera que él estaba ahí. El silencio se instalo en el pasillo y el no pudo moverse para ver que pasaba porque sería delatarse ante los bastardos y no quería eso.

—Kamal ¿Qué sucede? —pregunto el primer príncipe—

—...—se quedo el silencio, aun miraba en su dirección antes de sacar una risa nasal y girar su cabeza—No nada, solo creí ver...un pequeño pajarito

—¿Un pájaro? ¿Estas seguro? —pregunto el segundo príncipe confundido—

—Realmente no pero no tiene importancia —dijo el tercer príncipe como si nada, tenia un tono juguetón e infantil— ¿Nos vamos? No podemos llegar tarde porque Alice nos jalara de las orejas

Escucho los pasos alejarse por el pasillo mientras el se quedaba ahí parado como un completo idiota, aun congelado por escuchar ese viejo apodo después de tantos años, solo hubo una persona lo suficientemente inconsciente para llamarlo así y aun después de tanto le hacia hervir la sangre. Rápidamente siguió su camino hasta el cuarto de la princesa Ariana donde, como era de esperarse, encontró un montón de hombres tontos con flores y demás regalos indignos para su diosa.

Ni corto no perezoso comenzó a golpearlos a todos para descargar su ira, pero sin querer su cabeza se fue al pasado, esto solo alimento más su fuerza. No pudo creer lo que hizo en el pasado...

¿Sabe una cosa? Usted es como pequeño pajarito

Aun recordaba ese rostro joven, con cabello corto y lleno de suciedad mientras comía su almuerzo con el acostado en cama por heridas mirándolo fijamente. Una joven aspirante a medico que fue a Xek desde Arbezela para ayudar a curar heridos lo miraba como un niño, como si el no fuera un príncipe, claramente era ignorante y tonta.

¿¡HAH!? ¿¡DE QUE ESTAS HABLANDO MUJER!?

Si digo...siempre estas gritando, quejándote y exigiendo cosas, eres un pajarito quejón

Emperatriz | FinalizadaWhere stories live. Discover now