Adiós mamá (dia 197)

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6 de marzo 2019

Gerry y yo cumplimos 4 meses, entramos en un debate pues por ser febrero no llegaba al día 30 que es cuando cumplimos meses, él no deja de insistir que cumplimos el día 2 de marzo y yo opino que debe ser el 28 de febrero, pero bueno dejando aún lado este debate, saqué mis mejores dotes de futura maestra y mis manualidades para hacerle uno de mis muchos detalles el cual el, como siempre atesora como si de un premio de lotería se tratara.

Hoy es día 4 de marzo 2019  después de llegar a casa y de que Gerry me acompañará a tomar mi transporte como todos los días, para mi sorpresa encontré a mamá en su habitación después de varios días de ausencia, ya ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que la vi, entré a mi habitación para cambiar mi uniforme cuando mi abuela Miriam se introdujo de manera sigilosa y con un humor nada feliz a la habitación de mamá.
       — Hola que milagro dijo mi abuela en tono sarcástico mientras colocaba su mano en su cintura, pude observar todo esto desde la ventana de mi habitación mientras me quitaba el uniforme
      En cambio mi mamá parecía no hacerme mucha gracia su presencia y no contestó al saludo sarcástico
     — Celeste ¿a caso piensas que esta casa es un hotel? Dijo mi abuela en tono enfurecido tras ser ignorada
     — Mmm ¡No!
    — ¿Entonces crees que puedes llegar cuando quieras?
Mamá sólo parecía que no escuchaba a su madre hacer preguntas pues solo hacía como si mi abuela no existiera y continuaba sus actividades ignorándola como si de un fantasma se tratara lo cual por su puesto a mi abuela no le hizo muy feliz.
    — Mira aquí no es ningún hotel y si vas a llegar cuando quieras mejor dame las llaves
Por su puesto esa última oración hizo que mi madre hirviera de coraje y sacara las llaves de su maleta para dárselas a mi abuela y salir azotando la puerta de un fuerte golpe que parecía que los vidrios podían romperse.
Mientras observaba esto desde mi ventana y al ver salir a mi mamá de inmediato me hizo correr con un hueco en la panza a mi cama para tomar mi celular y llamarla, asunto en el cual no tuve éxito pues mis llamadas no fueron tomadas.
Me recosté sobre mi cama que estaba cubierta por un cobertor rosa, me quede mirando hacia arriba observando el techo por varios minutos, me encontraba bloqueada, no podía pensar más que en el enorme hueco en mi panza que ya tenía tiempo sin sentir, el hueco que muchas noches no me había dejado dormir regresaba tan sólo de pensar que mi mamá quizá no volvería.

Al paso de unos minutos continué insistiendo al celular hasta que mi madre contestó una de mis llamadas después de varios timbrazos
— ¡Mamá! ¿En donde estas?
— ¡Perdón! Estarás bien allí
— Pero regresa, por favor, yo me voy contigo, no te vallas. Dije mientras mi voz se cortaba
— No puedo, lo siento —
*Colgó la llamada*
No halle más que otra solución que llamar a tía Lupe para platicarle lo que estaba ocurriendo así que salí de la cama y corrí al cuarto de mamá pues el mío se encontraba en medio de la casa y podía escucharse todo, mientras que la habitación de mamá estaba en al final y no podía escucharse, al entrar cerré la puerta con seguro y me senté frente a la enorme ventana, mire la luna y llame a tía Lupe la cual contestó enseguida la llamada
— ¿Que paso mujercita? ¿Todo bien?
— No, respondí mientras mi voz se cortaba
— ¿Que pasó? Platícame
— Mi mamá se fue
— ¿Se fue? ¿Como?
— así, se fue ¡¡¡me dejó!!!
— ¿Quieres que vallamos a verte? Pregunto preocupada
— ¿Y si la llamas? Propuse
Colgamos la llamada para que tía Lupe pudiera hablar con mamá mientras yo me encontraba sentada en el suelo abrazando mis rodillas frente a la ventana mientras pedía a la vida y a todo que no estuviera pasando esto, que solo fuera un mal entendido, ella volviera y todo fuera como antes cuando de pronto me entró la llamada de regreso de tía Lupe la cual por su tono de voz parecía que no había tenido éxito en aquella llamada, lo cual así había sido pues me comentó que mamá se había portado un poco grosera y había pedido no interfirieran en sus decisiones, no comprendía cómo podía hacer hecho eso, si tía Lupe y ella tenían una buena relación de amigas/cuñadas.
Esa noche me fue totalmente imposible dormir, solo podía pensar en si mejoraría todo, si ella volvería o si aún me quería y leí una y otra vez la carta que me dio en mi cumpleaños.

Después de esa eterna noche mientras Gerry me enviaba mensajes y me llamaba para nuestras acostumbradas videollamadas de tareas en las cuales no respondí, a la mañana siguiente encontré mil mensajes en donde me preguntaba si todo estaba bien, algunos otros mensajes me deseaban a las buenas noches ya que pensó que me había quedado dormida y en otros mensajes estaban fotografías de las tareas que compartió conmigo.
Por la mañana sin nada de ganas me levante de la cama de mamá, ya que había pasado la noche ahí, me dirigí a desayunar un té de limón y a darme un baño, ignorando totalmente mi celular, planche mi uniforme y me aliste para ir a la escuela.
Llegue a la esquina en donde pasaba mi transporte escolar y subí, me senté en la ventana y observé el camino perdida en mis audífonos pensando en él que pasaría. Ese día a primera hora nos tocaba clase con la tutora la señorita Rocio que por cierto nunca estaba con nosotros así que prácticamente era una hora libre, baje del transporte y camine solitaria hacia el salón de clases en donde podría hacerme bolita en mi lugar y pensar a gusto ya que sabía que todos estarían, en el pasto o en las canchas y nadie me molestaría, cuando me dirigía hacia el salón pase aún lado de la cancha de fútbol en donde Gerry se encontraba jugando con los compañeros, ni siquiera había notado que estaba ahí, hasta que lo vi abandonar el juego y correr hacia mí para tomarme del brazo
— Gema hermosa ¿estás bien?
Contesté con un frío y seco Si mientras miraba el verde pasto
— ¿Segura? Anoche no hicimos tarea y ahora llegas un poco distraída.
— Si Gerry, estoy bien, ve a jugar.
— No Gema no están bien las cosas, vamos al salón dijo mientras me quitaba la mochila para ayudarme a cargarla.
Caminamos hacia el salón de clases en donde nos sentamos en dos bancas vacías
— ¿Que te sucede Gema? Traes una carita triste
— Problemas con mamá, no quiero hablar mucho al respecto
— ¿Comiste?
* Le dije un si con la cabeza que no pareció convencerlo
— Te invito algo de la cafetería, ahorita vengo, iré a comprar.
Salió del salón directo a comprar algo para comer mientras me quedaba hecha bolita en mi asiento y lloraba por pensar lo que estaba sucediendo.
Tras unos minutos Gerry regresó con dos grandes platos de enchiladas y dos jugos de guayaba, sabía que eran mis favoritos así que se sentó junto a mi cominos por supuesto yo sin mucho apetito.
— Gema entiendo que quizá no quieras hablar, no te sientas cómoda o aún no tengas mucha confianza pero para lo que tú necesites yo estaré aquí, no sé si siempre pueda darte un consejo que te ayude pero te dire lo que yo crea que pueda ayudarte y te escucharé en lo que necesites, come, es necesario que te alimentes bien y no creo que lo hayas hecho en casa.
— Solo dame un abrazo le dije mientras mis lágrimas rodaban por mis mejillas
— Los que tú quieras preciosa
Me abrazo y lo abrace con tanta fuerza que por un segundo me sentí segura, sentía que mi mundo estaba derrumbándose al perderla a ella, en sus brazos sentí que podía sacar todo lo que en ese momento tenía.

1460 días junto a él Where stories live. Discover now