La apuesta (Dia 585)

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28 de Marzo 2020

Estaba por concluir el mes de aislamiento de la escuela cuando se lanzó un comunicado por televisión que anunciaba que el aislamiento se extendería durante un mes más ya que la enfermedad se había expandido más de lo que se esperaba y estaba causando muertes a quienes no tomarán las medidas de seguridad e higiene necesarias, lo cual significaba otro mes más sin ir a la escuela y sin trabajo lo cual ya comenzó a preocuparme pues me quedaría sin dinero, las calles se notaban terriblemente vacías como si el planeta se hubiera quedado sin humanidad, locales cerrados, no autos en las avenidas ni gente transitando en ellas, era como una película de terror en donde solo los más fuertes sobrevivirían y realmente así era ya que las estadísticas indicaban que aquella enfermedad si estaba acabando con gran parte de la población y sobretodo las personas de edad avanzada, niños y embarazadas.
Debido a esta contingencia sanitaria se terminaron los fines de semana de pasar el día entero en la calle a los cuales estábamos acostumbrados Gerry, mis tíos y yo pues por lo antes mencionado no había cines, centros comerciales, tiendas departamentales, supermercados, restaurantes ni absolutamente nada abierto lo cual nos obligó a partir de ahí a pasar los fines de semana en casa lo cual por supuesto no era nada malo ya que siempre estaba la familia de mi tía con quienes la pasamos genial.
El primer fin de semana encerrados en casa, Gerry llegó desde muy temprano, desayunamos con toda la familia reunida en la mesa para más tarde, cuando llegó la hora de la comida nos volvimos a reunir todos, la mesa se encontraba llena.
— Pues ya que no podemos salir vamos a sacar el jueguito exclamó alguien de la familia al finalizar la comida y con esto se refería al juego de canicas que ocasionalmente jugábamos en realidad llamado originalmente "no te enojes" pero nosotros preferíamos llamarle "las canicas".
Anita, la hermana menor sacó la caja del juego de un cajón y lo colocó sobre la mesa, sacando el tablero y colocando las canicas en su respectivo sitio, el juego tenía espacio para 6 integrantes y éramos muchos más así que seleccionamos a los jugadores que en este caso fueron Gerry, Tía Lupe, Mariand, Doña esperanza, Anita y yo, cada quien tomó su respectivo color y el juego comenzó, se tornó bastante interesante ya que ninguno de los jugadores se tentaba el corazón para matar a su oponente hasta que finalizó y hubo un ganador, doña esperanza
— Tengo una idea dijo Gerry
Preguntamos al respecto con su idea
— Vamos a hacerlo más interesante agregó
— ¿Como es más interesante?
— Coloquémosle dinero, me refiero a dinero para entrar a jugar y un peso por cada vez que regresen tu canica así se va juntando dinero y al final el ganador se lo lleva.
A todos nos pareció muy buena su idea así que en la segunda ronda todos colocamos nuestras monedas y comenzamos nuevamente, A Gerry le tocó nuevamente las canicas color blanco con las cuales nunca ganaba pero era muy molesto y mataba a quien se le pusiera enfrente y en mi caso yo elegí mis favoritas, las color verde.
— Ya no quiero que seas mi pareja, me haces perder mucho dinero le dije a Gerry mientras reía ya que su juego iba pésimo y a cada momento lo mataban
— Es que lo matan porque el solo arriesga sus canicas por matarnos agregó la hermana de en medio
— Si no gano por lo menos tengo que matar agregó Gerry seguido de una risa malévola
El juego continuo y todo se vio perdido cuando Mariand metió su última canica color amarilla la cual ya nadie pudo evitar que entrara a su meta, soltó un grito de emoción y de inmediato recogió sus monedas las cuales metió en su cartera color negro con el dibujo de un gato
En medio del divertido juego ni siquiera pudimos darnos cuenta cuando el sol ya se había ocultado y todos debíamos regresar a casa.
Mientras Gerry y yo caminábamos en dirección a mi casa platicábamos acerca del nuevo integrante de la familia ósea el bebé de mis tíos y ambos entramos en un debate ya que él prefiere mil veces que sea un varón mientras que yo prefería que fuera una niña, mientras escuchaba sus muchos argumentos del porque era preferible un Niño mi cabeza lo ignoraba pensando en que las niñas son demasiado bonitas 
   — Por no desearlo así cuando tengas hijos todas serán niñas dije en tono amenazador.
  — No, yo tendré puros hombres mejor dicho tendremos porque quiero una familia a tu lado y sabes que seremos una familia enorme y hermosa
  — ¿Con una familia enorme a que te refieres? Pregunté asombrada
  — A muchos hijos bien educados y bien portados
  — Gerry yo solo quiero un hijo pero te puedo proponer algo
  — ¿Algo como que? Pregunto confundido
  — ¡Una apuesta!
  — ¡Genial! Me gustan las apuestas ¿De que se trata?
  — Si el bebé de mis tíos es Niño como tú quieres tú decidirás la cantidad de hijos que tendremos, de lo contrario si es una niña la decisión será mía y el resultado no estará a discusión ni a negociación.
En cuento di las últimas palabras estiró su mano para sellar la apuesta, por su puesto le entregue mi mano y continuamos caminando
   — Además no comprendo que tienes en contra de las niñas, son hermosas.
  — No tengo nada en contra de ellas y precisamente porque son hermosas me da miedo tener una hija, no sabría como educarla y como cuidarla lo suficiente ni si quiera podría regañarla ni dejaría que nadie la toque, sin embargo si tengo un hijo me sería más fácil educarlo.
   — No comprendo tu lógica Jesús, te gustan las niñas y dices que son hermosas pero no quieres una ¡Valla! Y la rara soy yo
  — Es solo miedo Gema...
Después de ello un silencio de varios minutos llegó a nosotros mientras caminábamos de la mano a la luz de la luna hasta que llegamos a casa de mi abuela en donde me dejó y salió corriendo a tomar el transporte.
  — Entra a casa Gema dijo mientras besaba mi frente
  — No, te veré de aquí hasta que te pierda de vista
  — No, entra a casa ahora, es peligroso que te quedes aquí afuera porque ya no te podré ver yo
  — Si papá respondí en tono burlón y metí la mitad de mi cuerpo mientras él se alejaba pero por supuesto no lo obedecí y me quede observándolo alejarse hasta que lo perdí en su totalidad, di algunos pasos hasta entrar a mi habitación y recostarme sobre mi cama.
El fin de semana siguiente después de nuestras varias rondas de juegos de canicas en los cuales por supuesto en ninguno ganamos pero hubo mucha diversión si de algo nos consolaba, subimos a la camioneta Mariand, mis tíos, Gerry y yo, nuestra primera parada fue dejar en la puerta de su casa a Mariand así que llegamos y ella bajo del auto, Gerry le ayudo con un par de cosas que ella cargaba como una mochila y algunos otros artículos, cuando bajaron Mariand saco sus llaves de su bolso y abrió la puerta color verde
  — Cuando no tenga a donde llegar te voy a venir a molestar a tu casa, así que cuando tú timbre suene ya sabes que soy yo dijo Gerry bromeando
  — Ese timbre tiene una trampa respondió Mariand riendo
  — ¿Que clase de trampa? Pregunto un Gerry curioso
  — La primera es que no sirve y en segundo lugar es que se encuentra por dentro de la casa así que si introduces tu mano probablemente mis perros te arranquen el brazo
Gerry abrió los ojos asustando mientras se asomaba a través de la puerta viendo a sus enormes e intimidantes perros
  — Bueno, no te preocupes no creo que sea necesario venir a molestarte a tu casa
Mariand soltó una enorme y escandalosa risa ante dicha contestación y después agregó que tenía que entrar a su casa mientras que Gerry volvía a subir a la camioneta, tío Miguel encendió en auto y mientras conducíamos para ir a casa de Gerry a dejarlo tío Miguel tuvo una idea
   — ¿Y si vamos por un postre? Propuso
Tía Lupe acepto y por supuesto yo también
  — Sirve que lo llevamos a conocer los postres más ricos agregó tía Lupe
Así que nuestra dirección se desvió un poco hacia los postres, cuando llegamos al lugar el hombre que atendía saludo muy cortésmente a mi tío ya que nuestras constantes visitas a ese lugar dieron como resultado que mi tío y ese sujeto se hablaran como si llevaran una amistad de años. Todos pedimos nuestra orden y Gerry sin saber que pedir pues se encontraba tentado por muchas de las delicias que vendía el señor. Cuando el hombre le entregó a mi tío el famoso chicarrón preparado repleto de ingredientes Gerry quedó impresionado y sin dudarlo ordenó lo mismo
  — ¡Se ve muy rico! Agregó
  — Vamos come un poco, te comparto para que te convenzas de pedir uno igual.
Cuando todos teníamos nuestra orden volvimos al auto que se encontraba estacionado algunos metros atrás, mientras tanto manteníamos una conversación y al mismo tiempo todos compartíamos de nuestras botanas y postres
  — ¡Woow! Me gusta mucho esto, todos estamos compartiendo y comemos de todo agregó Gerry quien parecía verse demasiado contento.
Cuando habíamos terminado la mayor parte de nuestros postres tío Miguel encendió el auto y emprendimos el viaje a casa de Gerry hasta dejarlo en la puerta de su casa, al verlo entrar dimos la vuelta y volvimos a casa, yo me quedé en casa de mi abuela como todos los días y mis tíos continuaron su camino.

1460 días junto a él Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα