La verdad (Dia 397)

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28 de Septiembre 2019

Algunos días después mi abuelo requirió de una operación, la cual era peligrosa pero necesaria, los médicos no daban mucha esperanza de que pudiera salvarse pero así fue, salió de la operación y del hospital para volver a su casa ya que él hace algunos años se separó de mi abuela y dejó de vivir con nosotros.

Ahora que puedo estar tranquila de que mi abuelo esta en casa, Gerry y yo planeamos una de nuestras acostumbradas salidas a nuestro lugar favorito, así es, el estreno de una nueva película en el cine en la cual usaríamos las playeras color rosa que me regaló, un pantalón azul y tenis blancos.
Llego por mi, tarde como era su costumbre, llegamos al cine y disfrutamos de una buena película que nos puso los sentimientos de punta, pues trataba de una perrita extraviaba y siendo sinceros ¿quien no se pone sentimental con ese tipo de películas?.
Al salir del cine fuimos en busca de mi comida favorita >Comida china< después nos dirigimos a un verde parque repleto de naturaleza en donde podríamos comer sin interrupciones, nos sentamos debajo de un árbol que hacía sombra, el clima resultaba demasiado agradable, el aire fresco y un ambiente silencioso, se podía escuchar el cantar de las aves al fondo.
      — Gema ¡Debo decirte algo! Dijo un Gerry disgustado y serio
     — ¿Que sucede? ¿Todo bien?
     — Debo decirte la verdad acerca de algo...
     — ¡Valla! Creo que el sentimentalismo de la película nos puso sinceros pero claro dime
     — ¡No tengo 18 años como tú!
    — Ya de Jesús, tienes 19, eres un año mayor que yo.
    — No Gema dijo lleno de seriedad
    —  Jesús, te conozco y esta debe ser una de tus bromas, te advierto no voy a caer en tus juegos dije mientras lo señalaba con el dedo índice
    — No es ninguna broma Gema, en realidad tengo 30 años.... Y dos hijos...
Una exagerada risa salió de mi al escuchar dichas palabras, por supuesto que estaba bromeando y yo no iba a caer...
   — ¿Porque te ríes? Pregunto indignado
   — Por tus chistes, por supuesto que es mentira, no tienes 30 años y tampoco tienes 2 hijos dije mientras lo miraba fijamente achicando los ojos.
   —Me has atrapado dijo enseguida de una risa — Si es mentira
    — ¡¡LO SABÍA!! grite mientras mordía un trozo de rollito primavera
   — Pero ya hablando enserio, no tengo 18 ni 19 años.
   — Jesús, entiende que no voy a caer en tus juegos...
   — Es Enserio Gema, tengo 21... al decir eso su piel clara se tornó en un tono rojo lo cual me hizo dudar que estuviera mintiendo.
Lo observé fijamente durante algunos segundos sabiendo que si mentía no tardaría en reír, risa que jamás llegó lo cual sacó un — ¿Enserio? De mi
   — Si Gema, mira... dijo mientras sacaba su identificación de su cartera para corroborar que lo que decía no era una más de sus bromas.
  — Perdóname que no te lo había dicho hasta ahora, es algo que me da mucha pena...
Acaricie su hombro como muestra de consuelo
         — No te preocupes, eso no cambia nada entre nosotros ¿Quieres platicarme cómo es que perdiste 3 años?

Años atrás...

El primer año lo perdí en la primaria, cuando aún vivía con Graciela, ella la mayor parte del tiempo renegaba de sus hijos o de las atenciones que debía prestarles, por ello estando en la primaria no sabía ni leer, ni escribir, ella solo me culpaba por no saber hacerlo pero nunca presto atención a que tenía un problema, la maestra la llamo en varias ocasiones pero nunca fue por lo cual perdí el año, tuve que repetir el año de primaria y al poco tiempo me fui con mis padrinos, gracias a ellos me regularicé en la escuela y aprendí a leer y escribir pues mis primas y madrina me ayudaban con mis tareas y ponían su tiempo y esfuerzo en que yo aprendiera, incluso después de eso mis calificaciones fueron de excelencia, recuerdo a mi tía decirme que me invitaría una comida si estaba en el cuadro de honor, me esforcé lo suficiente y lo logre.
El segundo año fue el la secundaria, me entró la etapa de la rebeldía como a todo adolescente y comencé a bajar mis calificaciones y mi rendimiento escolar, mis padrinos hacían lo posible para que yo me interesara en la escuela pero siempre obtenía como resultados calificaciones bajas hasta que un día platicaron seriamente conmigo acerca de mi futuro y la importancia de la escuela, por supuesto en su momento no lo entendí. Ellos me propusieron que debía entregar buenas calificaciones a cambio de continuar en la escuela o dejarla aún lado y dedicarme a trabajar, no sabía que la escuela lo era todo hasta ese momento ya que continué con mi desinterés y como era de esperarse no mejore, así que salí un año de la escuela, el año más pesado de mi vida, me dediqué a trabajar por completo con mi padrino y sus familiares, llegaba rendido todos los días, solo deseaba descansar y regresar a la escuela, en ese momento entendí que la escuela era la mejor inversión y la mejor herencia que me estaban dejando, entendí el esfuerzo diario que hacían mis padrinos para pagarla y debía valorarla, desde ese momento me propuse que siempre sacaría buenas calificaciones y me costara lo que me costara terminaría una carrera universitaria.
Finalmente el tercer año lo perdí en la preparatoria pues cuando llegue a vivir con Graciela solo me faltaba cursar un semestre del tercer año pero cuando ingrese a la escuela la directora no me permitió que fuera así y me acepto en la escuela sólo si cursaba el semestre de segundo año y todo el tercer año nuevamente, así que así fue como perdí un año más.
Nunca dije nada porque siempre me lleno de vergüenza estar tan grande, incluso en la preparatoria por ser bastante alto creían que era más grande lo cual siempre negué y por supuesto más pena me daba el motivo por el cual había perdido tres años, ahora que entré a la universidad me dio seguridad que la mayoría de compañeros tienen mi edad o incluso hasta son más grandes, en la carrera hay personas mayores de treinta años, desde ahí comencé a sentirme más seguro y menos pena de decir mi edad. Ahora solo me preocupa una cosa, que entré con mentiras a tu familia, no les fui sincero a tus tíos cuando fui a pedir permiso para que fueras mi novia y me da miedo que se enojen por haberlo ocultado.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora