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27 de Agosto 2020

Después de la larga semana de trabajo llegó Gerry a casa, me saludo besando mi mejilla y de inmediato de su mochila saco varias cosas con envolturas de colores llamativos, las coloco sobre mi cama
  — Son para ti, Gema.
— ¿Que es todo esto?
— Son los productos para la carita que mi compañera vende los cuales te había comentado que te compraría, espero te gusten.
Me causo ternura la emoción con la que llego con sus regalos los cuales acepte muy agradecida. 
— También tengo algo para ti tia, tú tío hace un par de días me había encargado una bonita playera para embarazada y ya me llegó, así que hoy se la entregaré, está muy bonita.
Salimos en dirección a casa de mis tíos y al llegar Gerry no dejaba de observar la panza de embarazo de tia Lupe así que pidió tocarla esperando a que el bebé se moviera un poco, se emocionó al sentirlo.
Entregamos la playera a tío Miguel que fue quien la había encargado y él la regaló a mi tía para que pudiera usarla los últimos 2 meses que le quedaban de embarazo.
Para la tarde durante nuestros divertidos juegos tía Lupe traía puesta la bonita playera blanca con un dibujo animado de la caricatura favorita de tío Miguel.
Al terminar el fin de semana nuevamente debíamos prepararnos para iniciar el lunes a trabajar, me agradaba el nuevo trabajo, comenzaba a sentirme cómoda y ganaba dinero, desde que comencé en ese trabajo les comenté que sólo podría estar durante 2 meses ya que en septiembre regresaríamos a clases presenciales lo cual en un principio no me causo conflicto pero a medida de que pasaban las semanas no quería salirme de dicho trabajo y conseguir uno de medio tiempo que me permitiera asistir a la escuela pues ya me había adaptado en ese lugar. 
El miércoles como cada noche después de ver un capítulo de una serie que transmitían en televisión abierta fui a dormir tranquilamente, después de varias horas de sueño me despertó alguien que tocaba a mi puerta lo cual se le hizo extraño pues mire mi celular y ya eran aproximadamente las 3 de la mañana del día siguiente así que aún adormilada me levante de la cama a abrir la puerta para descubrir quien interrumpía mi sueño a esas horas, tuve que levantarme pues desde que tengo uso de razón toda mi vida e dormido con la puerta con llave ya que extrañamente tengo algo que no me permite dormir si mi puerta no tiene seguro, al abrir la puerta observé a mi abuela Miriam del otro lado quien aviso que saldría
  — ¿A donde saldrás? Son las 3 de la mañana
Ella tenía un rostro preocupado así que aquella preocupación se me transmitió insistiendo en saber a qué lugar acudiría a esa hora
— Voy al hospital.
— ¿Al hospital? Pregunté confundida
— Si, voy a ver al bebé.
— ¿Al bebé? ¿Que bebe? ¿De cual bebé hablas?
— Al bebé de Lupe y Miguel, ya nació...
Al escuchar las últimas palabras me alarmé y asusté pues como era posible que ya había nacido si aún faltaban dos meses para su llegada, mi abuela salió por la puerta principal, le pedí por favor me avisara lo que supiera y como estaba todo, ella me dijo no saber mucho solo que se había adelantado el bebé pero me aseguro mantenerme al tanto.
En ese momento cuando ella se fue me senté sobre mi cama y lloré un poco, tenía miedo de que algo malo le sucediera al bebé pues aún era muy pequeño, quería comunicarme con mis tíos y saber como estaba el bebé y cómo estaban ellos pero probablemente en ese momento una llamada telefónica no era lo más prudente de mi parte así que sólo les escribí un par de mensajes, los cuales no fueron respondidos de inmediato pero si algunas huras después casi cuando comenzaba a amanecer, de inmediato los vi pues después de aquel hecho ya no logre conciliar el sueño, en los mensajes supe que el bebé estaba en una incubadora y tía Lupe en la cama de un hospital, no pude evitar que mi cabeza me llenara de pensamientos preocupantes, minutos más tarde me levante de la cama y me aliste para ir a trabajar, durante la madrugada le dejé un mensaje de voz a Gerry platicándole un poco de lo que sucedía y poco antes de salir rumbo a mi trabajo recibí una llamada de él para preguntarme cómo estaba todo, le expliqué que no sabía mucho pero lo poco que sabía se lo platiqué, cortamos comunicación al llegar ambos a nuestros respectivos trabajos.
Entré a mi lugar de trabajo y a diferencia de otros días no saludé al entrar solo tomé asiento. Más tarde debido a mis constantes distracciones y equivocaciones mi patrón el señor Luis me pregunto si todo se encontraba en orden a lo cual comenté que si, pero no por mucho tiempo pues una lágrima se me escapó de uno de mis ojos y le platiqué de manera resumida un poco de lo que pasaba.
— Gema, si te tienes que ir, vete, yo tengo problema en que te retires si quieres ir a ver a tu familiar al hospital.
Le expliqué que el problema no era ese ya que debido a la situación sanitaria que atravesamos son imposibles las constantes visitas dentro de un hospital ya que sólo pueden pasar una o dos personas así que aunque asistiera no podría estar presente dentro, el me comentó que la decisión que yo tomara la aceptaría y respetaría solamente que le avisara si decidía irme a casa o al hospital.
El día sábado supe que tía Lupe había sido dadá de alta, ella estaba bien y no podía esperar a que llegara la hora de salir del trabajo para ir a su casa y verlos, al salir de mi trabajo por primera vez en la vida Gerry no fue impuntual y ya estaba esperándome así que tomamos un transporte para llegar a casa de mis tíos los vimos y nos platicaron todo lo que había sucedido y la manera en que había ocurrido, debió ser un momento duro para ellos.
Todo ocurrió por la noche mientras tia Lupe hacía la tarea con su hermana Anita ya que recién había entrado a la secundaria de manera virtual y como Anita no cuenta con celular tía Lupe es la que recibe todas las tareas y actividades, ella tuvo una sensación extraña la cual la llevó a más tarde darse un baño en el cual percibió que su panza se encontraba más pequeña de lo habitual, dicha situación los llevó al hospital en donde tenían que realizarle una cesárea de emergencia, cuando estaba preparada los médicos se dieron cuenta que su cuerpo ya estaba listo para el nacimiento de manera natural pero era demasiado tarde pues el medicamento ya había hecho efecto y la cesaría debía llevarse a cabo.
Nos comentaron que el bebé estaría en observación por tiempo indefinido mientras tanto cada domingo debemos realizar una visita para llevar leche materna, alimentarlo y verlo.
  — Nosotros podemos ir a la visita mañana con ustedes Ofreció Gerry
Así que a la mañana siguiente nos alistamos para ir a la visita, admito que en ese momento tía Lupe nos sorprendió demasiado pues siempre supe que era una mujer extremadamente fuerte en todos los sentidos pero al llegar la vimos como si no fuera una mujer que acababa de dar a luz pocos días antes por una dolorosa cesárea pues se encontraba alistando todo lo necesario para visitar a su bebé.
— Creo que nunca en toda mi vida veré a tu tía mal. Exclamó Gerry cerca de mi oído.
— Me sorprende, yo cuando me enfermo no quiero pararme de la cama porque siento que muero y ella a pesar de la herida que debe tener está haciendo sus deberes. Respondí en voz baja.
— Dejemos de hablar y vallamos a ver si necesitan algo dijo Gerry mientras se alejaba de mi.
Cuando todo estaba listo salimos los cuarto hacia la camioneta, tía Lupe llevaba en la mano una pequeña bolsa color verde en la cual llevaba algunos frascos con leche materna que debía entregar al hospital, Gerry le pidió la bolsa con los frascos para llevarla él y cuando estaba por ayudarla a subir a la camioneta ella le pidió que él fuera enfrente en el lugar del copiloto pues ella iría atrás ya que probablemente atrás se sentiría un poco menos si pasábamos por algún tope o algo que hiciera que la camioneta se moviera de manera fuerte.
Tío Miguel condujo por varios minutos hasta que llegamos a un enorme hospital en donde se estacionó.
— Espérenos un momento chicos, voy a dejar a Lupe y vuelvo dijo tío Miguel.
Nosotros esperamos dentro de la camioneta mientras mi tío volvía ya que sólo era posible que una persona pasara y en este caso sería mi tía.
Cuando tío Miguel volvió subió a la camioneta
— Oye Miguel, vamos a comer, quizá no has desayunado, vamos te invito dijo Gerry
Bajamos los tres de la camioneta y como no podíamos alejarnos tanto nos acercamos a un local en donde vendían tacos, nos sentamos y pedimos nuestra orden, los tacos nos supieron deliciosos pues ninguno de los tres había comido.
Al finalizar de comer tío Miguel recordó que debía llevar la camioneta a lavar así que nuevamente subimos los tres a ella y nos dirigimos a buscar el auto lavado más cercano pues aún faltaba mucho tiempo para que tía Lupe saliera, cuando por fin logramos encontrar uno entramos en él pero para nuestra mala suerte la fila era enorme así que tuvimos que esperar sentados en una banca que se encontraba ahí dentro, cuando llegó el turno de que la camioneta diera lacada entre los tres bajamos todas las cosas que se encontraban ahí dentro, en específico Gerry bajo el bolso color azul de tía Lupe entre algunas otras cosas tomamos asiento y Gerry comenzó a hacer chistes, se colocó el bolso como todo una señora
— Gema tómame una foto con mi bolso como si fuera una señora fresa millonaria.
Solo comencé a reír y le tomé fotografías haciendo cosas vergonzosas.
— ¡Ya no tienes vergüenza amigo! Expresó tío Miguel
— Ya me conocen respondió Gerry
Después la plática dio un giro y Gerry comenzó a preguntarle a mi tío sobre cómo le hizo cuando terminó la carrera universitaria y cuánto tiempo le llevo encontrar un trabajo estable, tío Miguel le platico toda la historia de lo que había sucedido en su momento, le platico que al principio durante varios meses estuvo dando clases sin recibir un sueldo pero tía Lupe fue quien lo apoyó.
Ellos se veían bastante entretenidos en su conversación hasta que a lo lejos escuchamos que el hombre que lavaba el auto ya había terminado, recogimos las llaves y volvimos al hospital, tan sólo faltaba una hora para que tía Lupe saliera, así que estuvimos afuera platicando acerca de varios temas.
Así fueron algunas semanas de acompañarlos a visitas en el hospital todos los domingos solo que los tres prometimos no volver a comprar esos tacos pues después de ese desayuno nos enfermamos del estómago.
Durante la semana Gerry me envío algunas fotografías ya que fuera de su trabajo había un minisuper en donde él me comentó que había una zona exclusiva de artículos de bebés los cuales no eran tan costosos y había recordado los tipos de frascos que tía Lupe utilizaba para trasladar la leche materna.
Mientras me encontraba trabajando recibí una llamada era tío Miguel quien me pidió que si saliendo del trabajo podía ayudarlo con algo, no quizo decirme a qué se refería pero en cuanto termino mi turno laboral tomé un transporte que me llevará a su casa.
— Ven necesito que me ayudes
Seguí a tío Miguel hasta la habitación de doña esperanza en donde al entrar pude ver sobre la cama un pequeño y abrigado bebé, en ese momento mire a mis dos tíos y me quede sin palabras, me acerqué a él y con mucho miedo y cuidado lo cargué, tenía mucho miedo de cargar a un bebé casi recién nacido, era tan pequeño, delicado y tan bonito.
  — Se llama Santiago mencionaron los nuevos padres.
— Esa misma reacción que acabas de tener con el bebé fue la que tuve yo cuando te vi por primera vez dijo tío Miguel.
Cuando llegue a casa no pude evitar platicarle a Gerry lo emocionada que estaba por haber conocido al bebé, él comentó que faltaban igual pocos días para que él pudiera conocerlo pues ya estaba por llegar el fin de semana, después de eso no dejo de hacerme muchas preguntas acerca de a quien de los dos se parecía y como era.
— Por cierto Gema ahora que recuerdo tu perdiste una apuesta, hace unos meses apostamos acerca del sexo del bebé y fue niño así que gane.
No me quedo otra opción más que aceptar que había perdido. El fin de semana llegó y con él el momento de ver al bebé.
Cuando entramos fuimos directo al lugar en donde el bebé descansaba.
— Tu cárgalo y acércalo a mi Gema porque tengo miedo, es muy pequeño.
Lo cargue y ambos nos sentamos sobre la cama, el celular de tía Lupe estaba sobre la cama y Gerry lo tomó activando la cámara y nos tomamos fotografías con el bebé.
— Dejémosle un recuerdo a tu tía.

1460 días junto a él Where stories live. Discover now