Distancia (Dia 761)

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2 de Octubre 2020

Han pasado algunos días de la semana, tío sigue en el hospital, yo sigo enferma y doña Julia la abuelita de tía Lupe de igual manera continúa grave, han sido días complicados, no e asistido a trabajar debido a mi enfermedad, indicaciones médicas de tía Lupe, solo puedo estar en cama y salir a comer a la cocina. Por la noche cuando Gerry volvió de trabajar como todas las noches me hizo uña videollamada.
  — Hola preciosa ¿Como estas? — preguntó al otro lado de la pantalla
Yo le respondí el saludo haciendo una seña con la mano y conversamos por varios minutos hasta que tocaron a mi puerta, como aún no era hora de dormir no estaba bajo llave así que indiqué a quien fuera que tocará que podía pasar, pude ver entrar a mi tía Lupe quien me vio con el teléfono frente a mi y le expliqué que estaba en una videollamada, Gerry al darse cuenta de la entrada de mi tía la saludo y agregó que llamaría más tarde pues dejaría que platicara a solas con ella. Mi tía se sentó sobre mi cama
  — ¿Todo está bien? — Le pregunté
— No del todo, mi abuelita se encuentra muy mal, demasiado mal, Miguel también está grave en el hospital, de hecho para poder caerme cargo de ambas situaciones y no exponer a Santi, el bebé lo tuve que llevar a casa de mi hermana Mariand, Anita también se fue con ella, estarán a su cuidado mientras todo esto mejora, no puedo exponer al bebé siento tan pequeño de no poder cuidarlo bien, es dura la separación pero tengo que ver por mi esposo y mi abuelita para que cuando ellos mejoren podamos estar todos con el bebé, además de que esta situación también es riesgosa para el, es un bebé de apenas un mes y no puede estar en una casa llena de enfermedades, por ello se tomó esta decisión, Justo por eso igual venía a hablar contigo y bueno con Gerry, también tú estás enferma, yo conozco un poco de la situación de Gerry y yo no quiero exponerlo, no quiero que se enferme o que algo le ocurra por ayudarnos aquí, sé que él tiene que trabajar para pagar su escuela y sus cosas, tú sabes como es de necio y de activo, si algo le sucede no estará en cama y esto puede empeorar por ello quiero pedirles un favor, que no venga este fin de semana que se aproxima, lo conozco y sé que va a querer venir a ayudar o a lo que se necesite porque sé cómo es pero para mi es mejor que esté lejos, se cuide y no se exponga estando con nosotros.
  — Entiendo la situación y quiero que todo esto mejore ya, no me gusta lo que está ocurriendo y respecto a Gerry es difícil pero entiendo lo que me pides, solo que quisiera que tú se lo digas porque él es muy necio y sé que si yo se lo digo no le importará y aún así vendrá.
  — Llámalo, yo le digo.
Vale llame y a los pocos segundos vi su rostro sonriente al otro lado de la pantalla
  — Mi tía quiere hablar contigo, te va a regalar — Dije en broma mientras entregaba el celular a mi tía y ella reía
  — ¿Ahora que hice? — Pregunto confundido
Mi tía le explico que era una broma, en realidad no había hecho nada y le explico todo lo que me había dicho con anterioridad, pude notar la cara de Gerry cambiar después de que le pidió no venir, como era de esperarse no lo entendió a la primera pues comenzó a hacer preguntas como ¿Segura? ¿De verdad no puedo ir? ¿Puedo ayudar en algo? Y a insistir en cuidarse a cambio de poder venir, hasta que mi tía le aclaro que de verdad era preocupante y no quería verlo también a él en una situación de enfermedad que más tarde podría hasta poner en riesgo a su familia, él por fin lo entendió, mi tía se despidió de él — Adiós, nos vemos hasta la otra semana — Respondió y salió de mi habitación.
Cuando ella se fue Gerry me expreso que me extrañaría mucho pues sería el primer fin de semana que no nos veríamos desde que salimos de la preparatoria, yo también lo extrañaría mucho pero trataba de darle ánimos diciendo que la semana pasaría rápido y nos veríamos de nuevo, en realidad deseaba que así fuera pues eso de no verlo no me agradaba y no ir a trabajar me tenía aburrida en mi cama el resto del día.
Todas las noches charlábamos por videollamada, él se aseguraba que comiera todos los días en fotografías que me hacía enviarle de mi comida diaria. Llegó el fin de semana y a diferencia de todos mis fines la pase en mi cama viendo series de televisión y películas en Netflix, lo más feo de estar enferma es que mi tía me prohibió bañarme todos los días, eso no me agradaba para nada pero tenía que hacerlo, mientras llevaba a cabo mi aburrida rutina me llegó la llamada de Gerry.
  — ¿Como está la mujer más preciosa? ¿Como te sientes?
Le expliqué que me sentía mucho mejor que días anteriores pero odiaba que todos los días viniera alguien a mi casa a ponerme una inyección, de hecho le expliqué que días antes Giselle la novia de mi tío Efraín había intentado ponerme una inyección pero como me dan miedo y me ponen nerviosa solo me había llenado de piquetes.
— ¿Tú cómo estás, mi Jesús? — Pregunté
— A sido muy aburrido no estar contigo y tus tíos en donde me la paso muy bien, por suerte un amigo me invito a jugar fútbol por la mañana y al finalizar nos invitaron a otro juego y como no quería estar en mi casa pues fui, cuando termine de jugar pase a buscar algo para comer, fui a donde te lleve hace un par de meses el lugar de comida que habían abierto hace poco, compré mi comida y ya vengo llegando a casa.
— Me da gusto que hayas encontrado en que entretenerte el día de hoy para no aburrirte en tu casa y que mejor que ir a hacer algo de lo que más te gusta jugar fútbol — Deberías dormir un rato y descansar pues mañana ya vas a trabajar — Sugerí
Continuaron pasando los días y al llegar casi el otro fin de semana recibí una llamada, para mi sorpresa era tío Miguel, me lleno de gusto que me llamara pero lo que no sabía es que no eran buenas noticias.
  — Hola, hija — Saludo al otro lado del teléfono
Correspondí al saludo y pregunté cómo estaba él y como estaba todo.
— Yo estoy bien, pero te dire algo, pasó algo muy extraño...
— Platícame... — Dije con impaciencia
— Yo me encontraba grave, quizá en mi peor momento y pensando que pasara lo que tuviera que pasar, de hecho ya mi oxigenación era baja entre otras cosas que me hacían pensar que esta vez no me salvaría, Justo en el momento en que más mal me encontraba llego una llamada indicando que la abuelita de Lupe... había fallecido, en ese segundo mi saturación se estabilizó y todo en mi también, parecía nuevo, ya no me sentía mal, estaba mucho mejor, mejore en cuestión de segundos, no se que fue lo qué pasó, no me lo explico pero es como si doña Julia hubiera dado su vida por mi, porque en él segundo que ella murió yo me estabilicé.
Quede impresionada de escuchar ello, no podía creer que doña Julia hubiera fallecido.
  — ¿Y como están? ¿En donde están? ¿Puedo ir?
— Por ahora es mejor que continúes lejos, las cosas están complicadas, de hecho también yo me iré allá a casa de mi mamá Miriam por salud de todos.
— Bueno al menos estarás aquí en la casa y te veré
— No, no puedes acercarte a mi, no estoy del todo bien.
Al día siguiente después de esa llamada, desde la ventana de mi habitación pude ver llegando a tío Miguel acompañado de mi tía Lupe y mi abuela Miriam, me daba gusto verlo a pesar de que no podía abrazarlo me reconfortaba saber que él estaba bien.
Salí corriendo a saludarlo y mi tía me advirtió que por mi bien no debía estar cerca de el.
  — ¿No poquito? — Pregunté
— No, ni a su ventana te acerques — Advirtió
Instalaron a mi tío en una de las habitaciones de la casa y mi tía se quedó sentada sobre el sillón, de verdad debía estar cansada de todo, quizá ni siquiera había dormido por varias noches, me paré en la puerta de mi habitación y le pregunté — ¿Puedo salir a tu lado? Solo un rato — Insistí
— De acuerdo, solo porque ya te veo aburrida
Salí y me senté junto a ella, platicamos un poco acerca de todo lo que estaba pasando, eran momentos bastante duros para su familia, sus papás y hermanos lo que había sucedido con su abuelita.
— Por cierto Gema, te tengo una mala noticia — Comentó mi tía
— ¿Que sucede? — Pregunté
— No se sabe bien si mi abuelita falleció de aquella enfermedad o no pero Miguel igual esta enfermo aún yo creo que será mejor esperar otro fin de semana para que Gerry venga, no quiero exponerlo.
Puse cara de tristeza e insistí un poco pero si algo tienen que saber es que insistirle a tía Lupe es perder el tiempo, cuando ella dice no es un no definitivo.
Me explico que era importante mantenerlo lejos y a salvo, no quería verlo también a él en una cama.
— Como se que es igual de necio que tú ya le dije a Miguel que le marqué y le platiqué lo que sucede para que entienda porque no puede venir.
En ese momento escuché que al otro lado de la puerta que tío Miguel hacía una llamada que tenía en alta voz, no pude escuchar mucho de ella porque tía Lupe me alejo de la puerta advirtiendo que no diera chismosa solo escuché algunas palabras desde el sillón en el que nos encontrábamos
— Hola amigo ¿Como estas? — Saludo mi tío
— ¿Que pasoo amigo? Respondió con su peculiar y gracioso tono de voz alargando la letra O al final.
Tío Miguel le platico que ya se encontraba fuera de el hospital que estaba un poco mejor, le platico varias cosas de lo que había sucedido las cuales no pude escuchar en su totalidad, al final agregó que quería cuidarlo y no exponerlo que por ello era mejor que no viniera otro fin de semana.
Gerry al escuchar sobre el fallecimiento de doña Julia insistió en venir, en ayudar en lo que fuera posible o lo que se necesitara.
— No enserio amigo, es mejor que tú estés allá en tu casa y que estés bien.
— Pero estas situaciones son difíciles y quisiera estar allá con ustedes.
— Por favor Gerry, ya cuando todo esto mejore estarás con nosotros pero mientras necesito que tú estés bien y te cuides, en tu casa.
Después de varias insistencias Gerry entendió que por el momento era mejor estar lejos.
Después de cenar conmigo tía Lupe se fue pues debía volver a su casa.
Tío Miguel estuvo por varios días aquí en casa de mi abuela, tía Lupe venía la mayoría de los días a vernos y saber cómo estábamos, ambos íbamos mejorando, de hecho yo ya no me sentía tan mal, mi tío se quedó un par de días más, casi a que llegara el fin de semana y se fue, llegó el día sábado y Gerry asistió a mi casa después de dos semanas.
Llego con una bonita rosa color rosa como era su costumbre, en cuanto me vio me dio un fuerte abrazo
  — No sabes como te extrañe — Susurro en mi oído
Lo abrace aún con más fuerza — También te extrañe
Después de aquel abrazo fuimos a casa de tía Lupe pues ambos extrañábamos estar ahí, llegamos, Anita y el pequeño Santiago ya estaban en casa pero todo se sentía diferente, había silencio en la casa, la mirada de doña Esperanza se notaba tan triste como nunca antes la había visto.
Tía Lupe me explico algo de todo lo que había pasado, me comentó que a su mamá le había dolido lo que había pasado porque desde que se casó con don Lucio convivió con ella, se podía ver en su mirada lo mucho que la extrañaba, me platico que no fue posible hacer un velorio como se hace tradicionalmente debido a la contingencia sanitaria, incluso ese fin de semana y algunos más dejamos de jugar nuestros juegos de mesa como siempre lo hacíamos.

1460 días junto a él Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz