Cambio de hogar (Día 785)

41 24 1
                                    

26 de Octubre 2020

Como cada mañana al despertar tenía un mensaje de voz de Gerry quien siempre se escuchaba con la voz agitada por ir corriendo a tomar el transporte público ya que todos los días se le hacía tarde, como todos los días antes de ir al trabajo escuché su nota de voz, la diferencia es que en esta no se escuchaba su animada voz de siempre, al contrario su voz era distinta parecía sonar molesta, continué escuchando hasta el final y sus últimas palabras de ese audio fueron.
— "Ya no viviré en casa de Graciela"
Aquellas palabras me dejaron pensando un poco y bien me preocupe por lo que estuviera pasando, desde el inicio sabía que él y su mamá no mantenían la mejor relación pero me preguntaba qué tan grave pudo ser la situación para que aquello ocurriera y lo más importante como estaba Gerry.
— ¿Estás bien? ¿Quieres platicarlo? — Respondí un un mensaje.
— Estoy bien, no, ahora no, el fin de semana que nos veamos te platico todo, estoy bien, solo iré a recoger mi ropa y cosas de su casa al salir del trabajo.
El día entero estuve inquieta, me preocupaba lo que Gerry haría ahora que ya no viviría con su mamá, decidí no preguntar más acerca del tema pues aunque no lo demostrara sabía que le dolía lo que sucedía, a pesar de la manera en la que han surgido las cosas con su mamá y aunque él reconozca a otra mujer como su madre, recuerdo una plática que tuvimos hace un par de meses en donde admitió que aunque no creció con Graciela le duele como es ella.
Al llegar el fin de semana al salir de trabajar volví a casa, me di un baño exprés y me aliste pues Gerry no tardaría en salir de trabajar, a diferencia de los anteriores fines de semana esta ocasión no iríamos con mis tíos, nos quedaríamos en mi casa, algunos minutos más tarde escuché que llamaron a la puerta, sabía perfectamente quién era, corrí a abrir pues ya comenzaba a llover y no quería que enfermara por mojarse.
Al abrir la puerta vi la imagen de un Gerry que nunca antes había visto, no tenía la misma sonrisa de todos los días, sus ojos no tenían aquel brillo y su mirada era distinta, lo invité a pasar y él se dirigió de inmediato a mi habitación, no saludo a nadie porque como casi siempre en casa no había nadie, lo seguí hasta mi habitación y lo pude ver en mi cama, tenía una cobija sobre el, no sabía como reaccionar así que decidí solo preguntar si deseaba platicar algo.
— Si — Dijo indicando que me sentará a su lado.
Tomé asiento sobre mi cama y él recostó su cabeza en mis piernas, acariciaba su cabello despeinandolo mientras él comenzaba a hablar.
— El día que te escribí que ya no viviría con ella sucedió todo, todo inicio porque su pareja "don Javier" le faltó al respeto a mi hermano Jhon, ya sabes la relación de ellos nunca a sido buena, pues aquel señor todo el tiempo es grosero con él Graciela no hace ni dice nada, la diferencia es que esta ocasión fue bastante diferente le falto al respeto y yo no pude permitir eso, enfrente al señor haciéndole saber que no podía tratar a mi hermano de esa manera, aquello se convirtió en una fuerte discusión la cual Graciela presenció, en un principio no dijo nada, se quedó callada pero después intervino, pero lo que no esperaba es que interviniera a favor de aquel hombre, comenzó a insultarme a mí haciéndome saber que yo no tenía porque faltarle al respeto a su pareja, dijo un par de cosas ofensivas, añadiendo como siempre que mejor me hubiera quedado en donde estaba haciendo referencia a cuando vivía con mis padrino, termino aquellos reproches pidiéndome que era mejor que me fuera, mi hermana Lucia que lleva varios meses aquí desde el nacimiento de su bebé intervino un poco pero termino por correrla también a ella, mi hermana tomó sus cosas, tomó a su hija y se regresó al lejano lugar en donde vive, la acompañé hasta la parada de autobuses y más tarde tomé también yo uno para ir a trabajar, por la noche regresando del trabajo tuve que volver solo para recoger mis cosas, esperaba que Graciela se encontrara arrepentida de haber corrido a sus hijos pero no fue así, seguía con su postura.
No me quedo otra opción que ir a buscar a casa de mi abuela Lucrecia, la mamá de Graciela, tampoco me gusta estar en esa casa pero no tuve otra opción, solo pretendo quedarme con mis abuelos un tiempo pues no me gusta esa familia pero por el momento fue lo único que pude hacer.
Mientras me platicaba todo lo que había ocurrido podía percibir algunas lágrimas contenidas en sus ojos cristalinos, me partía el corazón verlo así.
— ¿Sabes Jesús? Siempre te e admirado, porque desde Niño pudiste vivir sin ella, si ya lo lograste una vez cuando te corrio de pequeño, puedes lograrlo de nuevo, tú me has demostrado que a pesar de su falta de apoyo toda tu vida has podido sin ella, eres la persona más fuerte y más valiente que conozco.
— Lo que me duele no es volver a estar sin ella, realmente yo fui muy feliz en Hidalgo sin ella, lo que verdaderamente me duele es haber sido tan ingenuo de creer una vez más en ella, antes de volver a vivir con ella, me insistió tanto que regresara, en un principio no quería pero termino por convencerme diciendo que si venía con ella sería más fácil estudiar mi carrera universitaria y que me apoyaría, por un momento sentí sinceras sus palabras y decidí darle una oportunidad más, oportunidad que me costó mucho porque ella me a fallado en cantidades que no te imaginas y siempre promete que está ocasión será diferente pero al final resulta lo mismo, yo me prometí que esta sería la última oportunidad porque creí que si había cambiado, que esta ocasión sí pondría a sus hijos antes que a un hombre o antes que cualquier o otra cosa, pero no, lo hizo de nuevo...
  — Te entiendo Jesús, quizá no puedo sentir lo que tú en este momento, pero e llegado a conocerte lo suficiente para saber que tú puedes con esto, me has platicado que tus planes no eran quedarte con ella por mucho tiempo, solo hasta terminar la carrera y volverías con tus padrinos, solo se adelantó un poco más de lo esperado salirte de con tu mamá, solo mantén tu objetivo terminar la carrera para poder volver a donde fuiste feliz.
— Así va a ser, no me gusta nada estar con mis abuelos, en general sabes que no me gusta convivir con esa familia pero por ahora tendré que estar ahí porque no puedo volver a Hidalgo ahora, no hasta que termine la carrera.
— La ventaja de ahora es que estamos tomando la escuela en línea lo cual te permite trabajar la mayor parte del día. — Respondí acariciando su mano
— Si Gema, lo se, pero sabes algo... Estoy seguro que cuando termine la carrera, esa señora Graciela será la primera en presumir que su hijo lo logró, seguramente robará mis fotos de Facebook y las publicará en el suyo con leyendas de que "Soy el mejor hijo del mundo" "que me ama" "que está orgullosa de mi" la conozco, por eso no me agrada esa familia porque les gusta aparentar cosas que no son, ahora me da la espalda pero cuando me gradúe con la mitad del mundo presumirá que me dio una carrera cuando ella no me a apoyado ni con un pasaje para la escuela.
  — Te comprendo, pero no le guardes rencor, tienes que aceptarla porque finalmente es tu mamá, sé que no se está portando de la mejor manera pero tú eres una persona muy noble, no te llenes de sentimientos negativos porque solo te van a afectar a ti, ella seguirá su vida como si nada, ya lo comprobaste, aunque te cueste trabajo aprende a aceptarla.
  — Como puedo querer a la mujer que más daño me a hecho cuando se supone que debería ser lo contrario, sé que es mi mamá, sé que debo aprender a perdonarla y algún día tendré que hacerlo, pero por ahora no puedo, de verdad no puedo...
Lo abrace con todas mis fuerzas pues aunque tratará de ocultarlo sabía lo mucho que le estaba doliendo todo lo que platicábamos.
  — Gema ¿Puedo pedirte algo?
  — Si...
  — Préstame tu celular, déjame bloquear a Graciela de todas tus redes sociales, la conozco y después de que me corrió haría cualquier cosa para molestarme, seguramente te mandaría mensajes faltándote al respeto o te llamaría insultándote para que yo me moleste, por favor déjame hacerlo no quiero que ella te moleste a ti.
Accedí a tal petición y le preste mi celular, pude observar como la bloqueo de mis redes sociales, tal como lo hacía de las suyas también.
— Ahora, te pediré algo Gema, si en algún momento por cualquier situación ella te logra contactar, nunca bajo ninguna circunstancia le digas en donde vives, es mi mamá y es feo que te lo diga pero es capaz de venir a hacer un escándalo un fin de semana que yo esté aquí o cualquier día que se le ocurra, en Hidalgo llego a hacer más de un espectáculo con mis padrinos, por ello es que no dudo que en cualquier momento quiera hacerlo aquí contigo también, así que por favor nunca olvides esto, lo menos que puedas tener contacto con ella mejor, se lo que te digo.
Se notaba que sus palabras le dolían pero parecía muy seguro de todo lo que mencionaba, así que las tomé en cuenta, charlamos un largo rato más, al finalizar, con lágrimas en los ojos me abrazo con todas sus fuerzas y correspondí a aquel abrazo, quise animarlo un poco y le preparé su comida favorita para más tarde pasar el día entero viendo películas en mi habitación.
Antes de irse a casa hizo una promesa, una promesa para sí mismo.
  — Prometo nunca volver a pedirle nada a ella, ya vi que sea cual sea la circunstancia me volverá a fallar, por ello te aseguro que ni el día que muera le pediré un peso, todo lo que haga a partir de ahora será por mi esfuerzo.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora