Capítulo 26

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| Ilusión |

A veces tocar una piel distinta a la nuestra puede causar miles de sensaciones en nosotros. Amor, asco, conexión, calor, o simplemente... nada.

En mi caso, supe que me había ido a la mierda de forma definitiva cuando al acariciar esa piel, sentir su textura, ver esa piel con la luz de la Luna reflejada en ella por las noches o con los rayos de sol por las mañanas, cuando al acariciar esa piel y cuando esa piel acariciaba la mía... sentía mis latidos más acelerados de lo normal. Me sentía querida.

Quiero convencerme a mi misma de que es por el duelo, por la soledad y la tristeza que recayó sobre mí. Pero pensándolo más a fondo, nadie tenía tiempo de sentir en el momento que Bonten esta sobre ti con miles de amenazas, y si sentías, sólo lo dejabas pasar. Ahora es una situación diferente, ahora puedo sentir y ese es el problema.

Haruchiyo no es lo suficientemente importante como para ser mi razón de seguir con vida, pero tampoco lo suficientemente insignificante como para no permitirle estar en ella.

-¿por qué no han venido a matarme todavía? -pregunté acariciando su pecho desnudo con mi mano.

-deja de pensar en eso. -Haruchiyo respondió terminando de encender su cigarrillo.

-es inevitable no pensarlo cada vez que te vas. -estiré mi mano y levanté mi cabeza para que me diera el cigarrillo, quiso reclamar, pero en vez de eso no dijo nada y me lo pasó.

Llevé el cigarrillo a mis labios y boté el humo por mi boca volviendo a apoyar mi cabeza en su pecho.

-¿cómo van tus tobillos? -preguntó sacando otro cigarrillo.

-no lo sé. Duelen menos.

-deberíamos ir con ese viejo decrépito para que te atienda.

-no le llames así. Me cuidó muchas veces, y yo arriesgué la vida por él.

-eso es estupidez. Tú eres de un rango mucho más elevado como para dar la vida por un simple doctor.

-entonces tú eres estúpido también.

No respondió.

Ambos estábamos con nuestro pecho al descubierto, pero él estaba con ropa interior, y yo también junto con unos shorts de pijama, la regla había llegado, desgraciadamente. Por suerte, a Haruchiyo no le gustaba hacer El payaso, y a mí tampoco, en mis días era bastante sensible ahí abajo.

-¿sabes qué me duele realmente además del alma? -llevé mi cigarrillo a la boca.

-¿hm?

-mis ovarios. Quiero algo dulce, muchos pasteles, chocolates y... un té. -lo miré.

-¿qué te detiene de ir a comprar?

-que tengo a un casi jefe millonario en mi cama sin la regla. ¿Podrías hacer eso por mí? -sonreí de lado.

Pero apartó la mirada.

-no. No puedo. Ya hago suficiente por ti.

-¿cómo qué?

𝓙𝓪𝓺𝓾𝓮 𝓜𝓪𝓽𝓮  ♤ 𝐻𝑎𝑟𝑢𝑐𝒉𝑖𝑦𝑜 𝐴𝑘𝑎𝑠𝒉𝑖 𝑥 𝑂𝑐 ♤Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon