Capítulo 29

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| Como debe ser |

No. Haruchiyo no fue al cumpleaños de Dai.

Al parecer Qiang se lo había mencionado, Wang había estado presente, sin embargo él sólo se negó, y con toda la razón del mundo después de todo lo que había ocurrido. Dai había estado a punto de llorar, pero se le pasó un poco al ver sus regalos, música, maquillaje de hadas y comida que había.

Fue de sus mejores fiestas, una que yo jamás hubiera podido darle con pocos recursos y nada de circulo social. Y me ponía feliz que al fin tuviera lo que se merece, una familia, la ropa y juguetes que quiera, pero me duele tanto que no sea conmigo...

El líquido amargo quemaba mi garganta, y cada vez que lo sentía llegar a mi estómago, me sentía aún más mareada de lo que ya acostumbraba hace un rato.

No sé en qué momento llegué a estar de rodillas en el suelo, con una botella casi vacía en mis manos y apoyada en el sillón de este lugar que debería comenzar a llamar casa. Sólo sé que no quería dejar de beber.

No podía quitar a Dai de mi cabeza.

No podía quitar esa "charla" con Mikey de mi cabeza.

No podía quitar a Haruchiyo de mi cabeza.

No podía quitarme el sonido de su voz rota, ni la manera en la cual me defendió, ni el tacto de su piel tibia contra la mía, o la forma de sus lágrimas silenciosas las pocas veces que las había visto caer, ni el cómo despertaba con sus brazos rodeando mi cintura la mayoría de las noches. Tampoco olvidaba el comienzo, el cómo al seguir órdenes de Mikey me trató violentamente y golpeó, y el pensar en eso extrañamente me hacía sentir horrible. Horrible de una manera que ni yo entendía, ¡si no quiero nada con él, lo quiero lejos! Y aún así, plañía sin poder detenerme. Nadie podía escucharme de todas formas, estaba sola, él no llegaría para consolarme, porque aunque lo hiciera, lo echaría a patadas por ocultarme la gran verdad de que Dai estaba con vida. Y eso es algo que no puedo perdonarle por más que quiera o lo intente. No puedo.

Tampoco olvido, el peso del cuerpo de Mikey sobre el mío, la manera en la que me hirió dejándome daños permanentes, el terror que sentí y siento cuando está cerca es algo inexplicable.

...la vez en la que ese sujeto de la mafia de Miang me toqueteó, o en el mismo Bonten cuando una vez casi ocurrió. Y me sentía... pésimo. Aún recuerdo el dolor que sentía después por la manera tan brusca en la cual esos animales me trataron.

Dai ya tiene una familia. Hermanos, a su padre con ella y una figura materna... puede ser feliz, sin mi visita constante en su vida y eso estaría... bien. Estaría bien y todos aquí lo sabían menos yo.

Bebí lo último que quedaba de botella, y la solté un poco —muy— brusco hacia el suelo, haciendo que esta se partiera en varios trozos justo a mi lado.

Fruncí mi ceño, recogiendo uno de los trozos rotos y puntiagudos de la botella. ¿Ahora tengo que limpiarlo? No quiero limpiarlo.

Y pensar que en estos momentos, Haruchiyo puede estar sufriendo de torturas por culpa de haberme defendido, ¿debería ir a buscarlo? No, pero, ¿por qué iría a buscarlo? ¿Para gritarle que lo odio, y que no necesito nunca más de él y que me deje tranquila?

Sí, eso debería hacer.

Intenté ponerme en pie, pero rápidamente caí nuevamente al suelo sobre los cristales, mareada totalmente.

Miré mis palmas dañadas, tenía cortes pequeños y algo de sangre, volví a ponerme en pie ayudándome del sillón. No estaba con pijama, así que tomé las llaves del auto y salí cerrando un portazo.

𝓙𝓪𝓺𝓾𝓮 𝓜𝓪𝓽𝓮  ♤ 𝐻𝑎𝑟𝑢𝑐𝒉𝑖𝑦𝑜 𝐴𝑘𝑎𝑠𝒉𝑖 𝑥 𝑂𝑐 ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora