𝓙𝓪𝓺𝓾𝓮 𝓜𝓪𝓽𝓮 ♤ 𝐻𝑎𝑟𝑢𝑐𝒉𝑖𝑦𝑜 𝐴𝑘𝑎𝑠𝒉𝑖 𝑥 𝑂𝑐 ♤

Capítulo 35

| Llegado el día |

El ataque era esta noche.

Luego de estar preparando novatos y a nosotros mismos, todo estaba listo para hoy. Armas, el plan, explosivos, de todo. Esto era una guerra que ellos habían comenzado y nosotros íbamos a terminarla.

Hoy, como el ataque era a la noche, la mayoría se encontraba durmiendo. Y la verdad era recomendable, después de todo a la noche ni siquiera sabíamos si saldríamos vivos o muertos, pero la gran mayoría estaba totalmente despreocupado, seguros de sí mismos y su capacidad de salir vivos de esta, de ganar.

Por mi parte, sabía que yo saldría viva. Y esperaba que el resto hiciera lo mismo, que saliéramos de esta con gritos de victoria y no de una huida rápida.

Si Mikey muere, todo esto será en vano.

—Parecen confiados —me acerqué a Takeomi y a Koko.

Koko estaba revisando unos papeles con total despreocupación en su escritorio. Incluso parecía aburrido. Takeomi estaba de pie en el marco de la puerta por la que yo me había asomado, él fumaba un cigarrillo en total calma.

—Saldremos de esta —afirmó Takeomi—. Y aunque no sea así, ya tengo un plan B.

—¿Y cuál sería ese brillante plan? —Me crucé de brazos entrando a donde estaban. Tomando asiento en el sillón de la oficina de... alguien, que ahora estaba siendo ocupada por Koko, que ahora miraba a Takeomi.

—Boletos de avión —sonrió de medio lado mirándome.

—¿Huirás si perdemos? ¿Así de fácil? —Le cuestionó Koko volviendo a mirar sus papeles, con una voz tranquila.

—Si perdemos, entonces... nada tiene sentido. Y lo sabes. Sin dinero, con muchos menos hombres e incapaces de luchar contra ellos. Siempre es la ley del más fuerte.

Koko se quedó en silencio.

—Saldremos de esta —afirmó en una voz baja.

—Por supuesto, esto es bonten —los miré a ambos—. Pero tienen que darlo todo. Igual tú, Koko, no vayas a asustarte si tu chaleco antibalas Gucci sale dañado.

Puso los ojos en blanco.

—Tú tampoco vayas a morir.

Cubrí mi boca.

—Koko, me amas...

Takeomi rio botando su cigarrillo que ya se había acabado para luego pisarlo.

—Mejor duerman algo, porque a la noche un pestañeo bastará para que estén muertos —Koko nos advirtió a ambos ignorando mi comentario—. Confío en que saldremos de esta, yo confío en Mikey.

—Sí, también yo... —Takeomi suspiró—. En fin, hay cosas que hacer.

—Muy de acuerdo —Koko me dio una mirada rápida.

—¿Te pone nervioso que nos quedemos solos? —Lo molesté.

—Sal de la oficina, Diane...

—Oficina —repetí en forma de burla levantándome del sillón—. Nos vemos a la noche.

Salí de ahí dejándolos atrás.

Me fui por los pasillos, ya no había nada más qué hacer más que esperar a la noche. El plan ya lo habíamos repasado más de una vez, los autos, armas y hombres estaban listos. Sólo quedaba... esperar. Estar dos horas antes aproximadamente, y luego prepararse.

Doblé por una esquina y me detuve abruptamente antes de chocar con una cara muy conocida.

—Aquí estabas —habló Haruchiyo.