𝓙𝓪𝓺𝓾𝓮 𝓜𝓪𝓽𝓮 ♤ 𝐻𝑎𝑟𝑢𝑐𝒉𝑖𝑦𝑜 𝐴𝑘𝑎𝑠𝒉𝑖 𝑥 𝑂𝑐 ♤

Capítulo 37

| La caída de los muros |

De pie inerte me encontraba en la parte trasera de la base principal de bonten. Ya ni siquiera podía maquillarme. Qiang se había ido, Dai ya no formaba parte de mi vida, bonten había perdido, Wang, Koko y Mocchi habían muerto. Nada de esto tenía mucho sentido ahora.

—Escúchame bien —Haruchiyo apoyó ambas manos en mis hombros para que lo mirase. Después de todo él me había obligado a venir aquí—. No quiero verte llorando por algún rincón de bonten, hay que estar alerta. Toma —me entregó el arma en mis manos la cual recibí—. Se igual de insoportable que siempre.

—¿Qué sentido tiene eso ahora?

—Que seas tú.

—Era mi mecanismo de defensa para estar cuerda... ¿por qué estarlo ahora? —Me reí en la última frase de lo irónico que era.

—Porque si quieres que te siga alimentando como el animal molesto que eres... sonríe y se una loca feliz.

—Quieres convertirme en ti.

—Si eso te hace feliz.

—Dicen que los novios después de un tiempo comienzan a parecerse... ¿yo seré tú o tú serás yo? —Lo molesté.

—¿Ya vez como vuelves a ser tú? Adentro. —Pasó de mí entrando finalmente a bonten. Di la vuelta para hacer lo mismo. No me quedaba de otra.

Sabía que teníamos caminos separados aquí adentro también, era más que obvio. En un inicio ni siquiera podía verlo por ser de un rango mucho más alto que el mío, así que ahora tampoco es que trabajáramos juntos. Él se fue por su lado y yo por el mío.

Subí las escaleras caminando hacia una de las salas. Pero ya había una puerta abierta en ese sitio en el cual me asomé.

—No está. —Kakucho se veía angustiado rascando su cabeza.

—¿Qué pasa? —Entré, pero me quedé de piedra y golpeé mentalmente al ver ahí a Mikey. Quien no volteó a verme.

—Takeomi se fue —me habló Kakucho—. No hay rastro de él, tampoco en su casa... probablemente ya ni siquiera esté en el país. Y al parecer su hermana escapó con él. Mierda...

Lo había logrado el hijo de puta. Logró salir de bonten. Casi quise reírme en ese mismo instante pero me contuve.

—Vaya... —me crucé de brazos—. Quizá cuántos más han hecho lo mismo.

—Ninguno —la voz de Mikey sonó tranquila e imponente como siempre—. Excedí mi confianza en Takeomi al darle reposo por su pie... eso no volverá a ocurrir.

Avancé hacia la pared, en donde tomé asiento en el suelo abrazando mis piernas. Mirando a Kakucho que estaba de pie.

—¿Qué haremos entonces? ¿Estamos preparados para un ataque repentino?

—Siempre.

—Pero-

Mikey sacó un arma apuntando directamente a Kakucho. Me paralicé.

—Cállate un momento...

—Lo siento —no agachó su cabeza, sólo lo miró directamente a los ojos.

—Esta bien que pregunte, líder —si Haruchiyo estuviera aquí, me hubiera matado por responderle en un momento así. Pero sabía de lo que este loco era capaz—. No hay que bajar la guardia.

—Exacto... —bajó el arma—. Ni tampoco estar inseguros. A la próxima Kakucho, no lo pensaré dos veces.

Se levantó de su lugar saliendo de aquella sala. Esperé unos segundos antes de decir algo, o quizá se devolvía y me disparaba a mí ahora.