Capítulo 38

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| Final |

—Ya dije que estoy bien —Diane repitió sentada en la tapa del baño con una bolsa de hielo sobre su boca para pasar un poco el dolor, aunque el golpe de aquel hombre había sido en sus dientes sobre la lengua. Así es, se mordió. Y Haruchiyo estaba curando las heridas en su frente debido al derrumbe de bonten y un pedazo de cemento que pasó a llevarla. Él en cambio, seguía intacto y con un cigarrillo en su boca.

—No sabes qué tan fuerte te llegó el impacto.

Ella le robó el cigarrillo de su boca, apartando la bolsa de hielos para fumarlo, pero antes de hacerlo Haruchiyo se lo arrebató.

—Si fumas, esa herida en la lengua se te va a infectar.

—Qué preocupado estás por mí... me gusta —volvió a colocarse la bolsa de hielos sobre su boca, él no respondió—. ¿Estás sobrio?

—Lo estoy —con razón está más serio, pensó Diane.

—¿Qué bases atacaron finalmente? ¿Qué sucedió? —Ella también dejó ese tono humorístico para cuestionarlo.

—Atacaron en total cinco a su misma vez. No tenemos el total, pero hay muchísimos muertos, también muchos desaparecidos que probablemente ya se llevaron para quién sabe qué... también acabaron con el prostíbulo.

—¿Y qué sucedió con las chicas?

—Anda a saber tú... ya sólo quedan tres bases en bonten. ¡TRES PUTAS BASES! —Cerró sus ojos con fuerza ante su grito, seguido de lanzar todo el botiquín al suelo—. Mierda —susurró con ambas manos en su nuca.

—¿Qué haremos? —Preguntó ella algo tímida. Porque él estaba sobrio, y muy alterado.

—Salir adelante, eso haremos.

—¿Junto a Mikey? —A pesar de que dentro de ella no quedaba la más mínima gota de fe de que la situación se salvara, decidió seguirle el juego.

—No lo sé.

Antes de que Diane pudiera preguntar algo al respecto, él salió del baño con rapidez.

Diane se levantó para poder seguirlo hacia la habitación, y se quedó de pie en la puerta al verlo de pie a un lado de la cama con ambas manos en su cintura.

—¿Cómo que no lo sabes?

—No quiero hablar ahora.

—Pero yo sí. ¿Me has preguntado siquiera cómo me siento después de que el Doc muriera? ¿O de entregar la custodia de Dai, o de ver morir a gente frente a mis ojos, como Qiang?

Se dio la vuelta con una sonrisa irónica en su rostro.

—Muy bien, cuéntame... ¿tienes ganas de morir, Diane, te sientes mal? —Se acercó a ella a pasos lentos, hablándole con ironía y sin dejar su sonrisa—. ¿Quieres estar todo el día en cama? ¿Estás triste? Mejor que eso... ¿quieres que haga que no te maten mientras tú duermes todo el día?

—Jamás te pedí que hicieras eso.

—Pero lo hice... por ti. Te mantuve con vida. ¡O AL MENOS LO INTENTÉ! —Diane dio un pequeño brinco pero se mantuvo firme—. ¡AHORA TODO SE HA IDO A LA MIERDA! ¿¡Qué no te das cuenta de que tengo asuntos realmente importantes que-

—Para ti no soy importante, eso me estás diciendo.

—Para mí tú lo eres todo, Diane. Todo. —El corazón de Diane pareció detenerse por un segundo. El de Haruchiyo igual, quien hablaba con sinceridad y sin pensarlo demasiado—. Si no te hago esa clase de preguntas es porque me esfuerzo por que no te vayan a matar, porque quiero que estés viva. Conmigo. Quiero que salgamos de esta y estemos en paz. Porque en estos momentos eres tú mi prioridad, ¿puedes entenderlo? ¿Puedes ayudarme con eso?

𝓙𝓪𝓺𝓾𝓮 𝓜𝓪𝓽𝓮  ♤ 𝐻𝑎𝑟𝑢𝑐𝒉𝑖𝑦𝑜 𝐴𝑘𝑎𝑠𝒉𝑖 𝑥 𝑂𝑐 ♤Where stories live. Discover now