𝓙𝓪𝓺𝓾𝓮 𝓜𝓪𝓽𝓮 ♤ 𝐻𝑎𝑟𝑢𝑐𝒉𝑖𝑦𝑜 𝐴𝑘𝑎𝑠𝒉𝑖 𝑥 𝑂𝑐 ♤

Capítulo 36

| Último, amor |

♤ Diane ♤

—¡MIERDA! ¡MIERDA! ¡MALDICIÓN!

Yo agarraba mi cabeza con ambas manos fuertemente, sollozando, cerrando mis ojos con mucha fuerza y con olor metálico en mis fosas nasales. Las pocas cosas que habían aquí estaban en el suelo, siendo golpeadas por Haruchiyo una y otra vez, las paredes, él mismo... todo. Todo lo estaba golpeando.

Menos a mí. Por ahora.

Estábamos en una sala a parte de bonten, luego de la confesión de Ran, nadie pudo decir nada, y Haruchiyo directamente dejó caer la katana y se fue de ese lugar.

Mandé a Tao a casa, y seguí a Haruchiyo en silencio, perpleja al ver su gran ira que lo estaba consumiendo.

—¿Qué miras? ¿¡QUÉ MIRAS!? —Me gritó, y al ver que no me movía, me obligó a entrar para que "viera cómo corresponde" en vez de quedarme espiando. Directamente me derrumbé en el suelo sin poder evitarlo más.

No podía frenarlo tampoco, y no tenía las fuerzas de hacerlo.

Bonten no había ganado. Había sido engañado, la única persona que podía identificar su rostro era Qiang, y había muerto por mi culpa. Y Ran ahora sabemos que tenía conocimiento de esto.

Bonten había perdido.

Miré a Haruchiyo agarrando su cabello con fuerza.

—Haruchiyo... —susurré en medio de un sollozo.

Me miró rápidamente. Como si hubiera vuelto a notar mi presencia ahí, y no de manera positiva, mucho menos preocupada.

—Vamos con Mikey... ¡vamos con él ahora, esto no puede quedar así!

Mi vista era borrosa, mis ojos llenos de lágrimas. Sollocé en respuesta, no podía hacer nada más que esto. Habíamos perdido, yo había perdido mucho. Mi cabello estaba manchado con sangre, mis manos lo estaban, mis brazos, mi camisa, mi cara...

Yo me había roto nuevamente.

—¿No dirás nada, llorarás como un bebé? ¡Levántate de una puta vez! —Sujetó mi brazo con fuerza, y me puso en pie de un tirón. Ahogué un grito con una mano en mi boca, llorando aún más—. ¡Deja de llorar como si esta mierda estuviera perdida! ¿¡No querías entrar en bonten!? —Comenzó a reírse con ironía—. ¡Esta mierda es bonten, Diane! ¡La gente muere, es así, pero no hemos caído! ¿¡Lo entiendes!? —Golpeó mi frente con la punta de su dedo.

Por supuesto que se enteró de todas las muertes... incluida la de Qiang.

—Bonten perdió Haruchiyo.

—¡No perdió! —Apretó aún más mi brazo.

—Due-duele. ¡DUELE, IMBÉCIL! —Le di una bofetada que le volteó el rostro—. ¡Déjame! ¡Déjame! —Lo empujé con fuerza, mucha fuerza.

Grité cuando me empujó hacia atrás tan fuerte que resbalé cayendo al suelo con mi espalda apoyada en la pared.

Levanté la vista para verlo a los ojos. Apretó su mandíbula y pasó una mano por su cabeza, luego la otra, y luego me dio la espalda golpeando su cabeza varias veces.

—Vete. —Fue tajante, pero no me moví—. ¡VETE!

Me levanté temblorosa del suelo, mis piernas, brazos... todo temblaba en mí. Y ahí estaba, sin poder moverme apegada a la pared, mirándolo de manera fija. Y algo me decía que hablaba totalmente en serio cuando decía que me marchara.