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Narra Giselle
Buenos Aires, Argentina

El camino hacia la mesa privada que reservé con Enzo, fue en completo silencio. Si hablaba un poco más de la cuenta, me iba a poner a llorar. Porque no puedo discutir sin llorar. Ya sea por bronca o por tristeza, sólo lloro.

Nos sentamos los dos y fijamente lo mataba con mi mirada. Intento no llenarme de resentimiento cada vez que lo veo a los ojos, pero se me hace imposible, quiero golpearlo, llorar, me quiero morir yo por haber confiado en él, siempre me culpo de haberlo elegido. Estuvimos juntos desde pendejos y era como un príncipe salido de un cuento pero al final me mostró su verdadera cara. Me dolía cada vez que me acordaba de todo.

Estuve mirándolo por estos pocos segundos cuestionándome de porque estoy acá. Hasta que él rompió el silencio.

- Gigi, te juro por todo lo importante que tengo en esta vida que estoy arrepentido de cada cosa que te hice, de estos 4 años que pasaron, no sabés cómo me gustaría volver el tiempo atrás y no haber hecho nada de lo que hice... - Decía, con notable tristeza en su cara y la voz medio quebrada.

- Y por lo más importante que tenés en la vida. ¿A qué te referís? ¿A tu mujer y tu hija? ¿La familia que formaste después de dejarme sola? - Le dije sin asco. Pude ver como sus ojos se cristalizaban por las lágrimas.

- No me digás eso, por favor.

- ¿Acaso no es verdad?

Se quedó en silencio, lo miré por unos segundos y me levanté dispuesta a irme. - No sé ni para que vine. - Dije comenzando a caminar, pero me agarró del brazo.

- Por favor, no te vayas. Meteme una piña si querés pero no te vayas. Hablemos.

Yo bajé la mirada hasta su mano que estaba agarrando mi brazo con fuerza y después desvié la mirada hacia sus ojos. Dándole a entender que si sigue con su mano ahí los próximos 5 segundos, se quedaba sin brazo.

Enzo entendió mi mirada y retiró su brazo lentamente. - Por favor no te vayas. - Me dijo.

- Necesito saber el por qué, Enzo. ¿Por qué me dejaste sola? Cuándo más te necesitaba. Hasta mis papás me dejaron sola. Sos la persona en la que más confié y la única que me quedaba, pero me dejaste sola. Tuve un embarazo horrible. ¿Sabés por qué? Por el constante estrés que me daba pensar en todo lo que pasé por tu culpa, casi pierdo a Lionella y más de 3 veces. ¿Querés que te cuente?

Enzo sólo se limitaba a escucharme y sus lágrimas contenidas comenzaron a salir sin freno.

Continué hablando.

- La primera vez, si no llegaba al hospital a tiempo, iba a tener un aborto instantáneo, todo a causa de la depresión que tenía. - Mi voz comenzó a quebrarse. - La segunda, estuve tan mal que empezó a afectarle a ella y tuvieron que internarme, pasándome suero intentando darle vida. Los médicos hasta creyeron que tenian que operarme para sacármela, y claramente eso sería un aborto porque no estaba lista para nacer. Era eso o que las dos nos muramos. Pero es una nena tan fuerte que resistió a todo eso. Y la tercera, ni te digo, Enzo. Lionella no llegó a los 9 meses. Nació a los 8 meses, debido a todo el estrés que yo tenía que ella también lo sufría, y fue un embarazo de alto riesgo. - Le decía sollozando a intentando modular para seguir hablando. - ¡Me pude morir Enzo! - Le dije llorando y alzando la voz.

¿por qué ella sí? ; enzo fernándezWhere stories live. Discover now