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Narra Enzo
Argentina, Buenos Aires


- Te dije que la cortés, Valentina. Por favor, no quiero pelear.

- No, Enzo. ¿De dónde venís? ¿Venís de seguirle rogando a esa pelotuda para ver a esa nena que seguro ni es tuya? Te dije una y mil veces que acá me tenés a mí y tenés a Olivia. Explicame que es lo que querés logr...

- Callate, dejá de gritar - Levanté la voz. - No le digás esa nena, es mi hija. No puedo seguir siendo un imbécil, te guste o no la voy a ver, tengo a Olivia tenés razón pero Lionella es mi hija y la voy a ver cómo sea.

Valentina rodó los ojos. - Siempre es nuestro motivo de discusión. Me tenés harta.

- Y va a seguir siéndolo si no aceptás que quiero ver a Lionella. No sé cuál es tu problema Valentina, no te lo oculté y nisiquiera es como si quisiera algo con Giselle. Es ser un padre responsable lo que quiero mujer.

- Sé un padre resposable con Olivia.

- ¿Acaso no lo soy?

- Lo sos, pero seguí siéndolo.

- Lo voy a seguir siendo sólo que ahora el doble, te guste o no.

- Basta mi amor. Si esa boluda ni te deja verla. ¿Qué le vas a estar rogando? Quedate conmigo y Oli que acá no tenés que batallar para ser feliz.

- ¿Podés parar? Estoy cansado, en serio. No voy a cambiar de desición, aparte yo me merezco que no me deje verla.

- O de última pagás un abogado y ya fue, la próxima semana la tenés acá a esa nena jugando con Oli. - La miré fijamente mientras seguía hablando, me quedé en silencio.

- Pensalo gordo, hacele la vida imposible, si la denunciás es obvio que ganás vos el caso, que quede como loca o no sé, algo. - Agregó.

Me enojé al escuchar sus palabras.

- ¿Sos pelotuda vos? No la voy a denunciar, me va a odiar peor y no es lo que quiero. Valentina te repito por milésima vez que no voy a cambiar de opinión.

- Uy bueno, te sugerí la idea nomás. ¿Pero vos que es lo que querés lograr? ¿Conocerla y ya está?

- No, boba. Conocerla, verla todos los días y estar presente en su vida de acá hasta que me muera.

- ¿Tanto? ¿Por qué no dejás así como está?

- Valentina vos me rompiste las bolas un montón con este tema, reclamándome a cada rato que tenía una hija, que no me hacía cargo, y todo.

- Bueno pero ahora me molesta.

- Que te siga molestando, Valen. Mi hija es mi primero. Mis hijas.

- No se puede ni hablar con vos. - Dijo en voz alta, yéndose.

- Dios mío. - Pasé las manos por mi cara, frustrado.

Nada me está saliendo como quiero, entre que Giselle se va a llevar a Lionella y va a ser el triple de díficil verla. Yo entiendo que la cagué, pero tengo derecho de verla y es lo que más quiero. No sé que más tengo que hacer, en parte me da bronca que Giselle sea tan necia. Le estoy demostrando que haría lo que sea por Lionella. ¿Qué más tengo que hacer? Soy capaz de decir públicamente que es mi hija apesar de que todo el mundo ya lo sospecha, ni me importa arruinar mi reputación, soy capaz de todo. No aguanto un segundo más sin verla... Me gustaría conocer sus mañas, escuchar su voz, ver su forma de jugar, sentir sus bracitos abrazándome. Toda esta situación me pone cada vez peor.

- ¡Papá! - Escuché una vocecita que me interrumpió los pensamientos.

- Mi amor. - Dije con una sonrisa abriendo mis brazos para recibir a Oli que venía corriendo hacia mí. - Ya te despertaste. Ella asintió

¿por qué ella sí? ; enzo fernándezUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum