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Narra Giselle

Me desperté y ya era bastante tarde. Las 11:23 para ser exacta, lo primero que hice fue buscar mi celular para fijarme si tenía señales de Joaquín y nada. Ni un mísero mensaje de su parte. Cada vez tenía más en mente agarrar todo e irme a Italia ya mismo. Pero ahora empezaba a tener más responsabilidad afectiva con Enzo. Lio a mi lado seguía durmiendo y la dejé porque anoche se durmió tarde. Hoy a las 14:00 nos esperan en su jardín para firmar el pase libre de Lio a un jardín de Milán.

Me levanté para ir al baño y saliendo, revisé bien mis notificaciones y me encontré con varios mensajes de Lautaro borrados al rededor de las 3 de la mañana de allá, que eran como las 10 de acá. Mandó como 5 o 6. Pero todos los había borrado.

Lautaro
últ. vez hoy 10:28 AM

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Lau ?? Qué pasó??
11:31

Estaba full dormida perdon
11:31

Paso algo malo??
11:32

Decime que necesitabas
11:33

Supuse que estaba dormido por su última vez de conexión. Allá eran las 4AM todavía. Me desconectó muchos cables esos mensajes de Lautaro. O capaz se puso en pedo y mandó boludeces sin querer. Podían ser miles de cosas pero elegí sobrepensar y me quedé preocupada todo el mediodía.

Me distraje preparando la ropa de Lio para ir a su jardín y haciéndole la comida. Le cociné unas milanesas con puré rápido y fui a despertarla.

- Arriba mi amor, vamos. - Hablé rogando por dentro para que no se despierte de mal humor.

Lio se levantó poquito a poquito sin decir nada y se tiró sobre mi hombro. La llevé a upa hasta el baño. Le lavé la carita y salimos.

- Mamá. Upa. - Fue lo primero que dijo en el día estirando sus brazos hacia mí y la levanté para llevarla al comedor dónde nuestra comida ya estaba servida.

- ¿Te querés sentar a comer en las piernas de mamá, Lio? ¿O solita querés?

- Mamá. - Dijo señalando mis piernas. No tenía muchas ganas de hablar. Me daba cuenta de eso cuándo no formulaba oraciones.

Me senté y ella se sentó en mis piernas. Comimos y después ya se puso de mejor humor. Por lo menos logré sacarle una sonrisa.

- Listo mi amor. ¿Nos vamos a cambiar?

Lio asintió y fuimos a la habitación, su ropita estaba en la cama y ella se sentó al lado y movió sus piecitos de adelante a atras que se mantenían a muchos centímetros del suelo estando ella sentada. La miré con ternura y fui a darle besos en el cachete.

- Noo, mamá! - Dijo riéndose mientras yo la atacaba a besos. - Calmate mami. - Dijo dándome un beso en la cabeza y sonriendo.

¿por qué ella sí? ; enzo fernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora