25

4K 231 30
                                    

Narra Giselle.

- Enzo. - Dije de brazos cruzados. Pensé que ya era mucho que esté con Lionella tan así y por tanto tiempo, no lo iba a permitir. Él me miró preguntándome qué quería.

- ¿Por qué mejor no vas con tus compañeros? Ya estuviste mucho acá.

- Mi hija vale más que mis compañeros.

- Dios, no hablés tan fuerte. No le digás así. Mejor andá Enzo. Ya no quiero que sigás acá.

Él se me acercó para hablar mejor conmigo sin tener que elevar la voz.

- No seás así. Por favor.

- Ya la viste mucho, nisiquiera quiero que la veas pero acá estás igual. Te dejo sólo por ella Enzo, pero ya está. Andate a otro lado.

Lionella elevó su mirada hacia nosotros y yo le sonreí tratando de disimular.

- ¿Cuándo la puedo volver a ver? - Me preguntó, preocupado y a su vez triste.

- No sé.

- En serio quiero que me des una oportunidad, Gigi.

- Este no es lugar para hablar, Enzo. - Dije mirando a nuestro al rededor.

- Tenés razón. ¿Pero dónde es lugar?

- No sé. Acá no y tampoco quiero. Por favor vete.

- Mamá. ¡Mala! "Quierro" jugar con él. - Dijo Lionella levantándose del piso enojada. Al parecer había escuchado que le dije que se vaya y fue esa su reacción. Me morí de la vergüenza y a la vez no sabía que hacer. Miré a Enzo que se estaba tocando la cara con la mano apenado también. Me miró buscando aprobación y se agachó a hablar con Lio.

- Mamá no es mala Lio, está preocupada por mí nomás. No te enojés. ¿Sí? - Le dijo Enzo en un tono pacífico intentando calmarla y razonar con ella. Lio asintió con la cabeza escuchándolo. - Dame un abrazo antes de que me vaya. ¿Querés? Si no me voy, me van a retar. - Lio se preocupó porque no quería que reten a Enzo. Entonces lo abrazó y se despidió de él.

Enzo sonreía de una forma hermosa en cada abrazo que recibía de Lio. Se levantó de nuevo a hablar conmigo.

- De nuevo perdón por todo y gracias Gigi. - Me dijo y yo sin emitir palabras asentí con la cabeza. Se despidió de mí sin ningún tipo de contacto porque así lo quería yo.

Por fin se había ido pero Lionella se quedó enojada, gracias a Enzo no conmigo, pero enojada porque él se había ido. Yo lo único que pensaba era irme. No sabía si Riquelme se acordaba o no de su invitación, y seguro no. Debe estar muy ocupado para pensar en esas cosas. Mejor me iba.

Llamé a uno que trabajaba en servicio de mi casa para que me traiga el auto hasta acá porque no quería irme en Uber. Me dijo que estaba en unos 10 minutos.

- Lio, vamos, hija. - Dije dándole la mano. Ella asintió con la cabeza en silencio y comenzó a caminar a mi lado. Saludé a algunos del plantel y los felicité, era medio difícil safar así que no quedaba otra que saludar.

Casi estaba en la puerta del vip, y sentí que me llamaban. Me di vuelta a mirar.

- ¿Ya te vas? - Me dijo con una sonrisa.

- Zeba. ¿Cómo estás? - Le devolví la sonrisa.

- Bien bien. No me pusieron pero ganamos. - Se rió.

- Sí. - Me reí también. - Ya me estaba yendo yo.

- ¿Por qué no te quedás? Ahora íbamos a la bombonera a un asado con todos. ¿No te había invitado Román?

¿por qué ella sí? ; enzo fernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora