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Narra Joaquín.
Italia, Milán.

Fueron más de 20 horas viajando desde Argentina a Italia, no paré de extrañar a Lionella y pensar en Giselle. Necesitaba tenerlas ya y no era capaz de aguantar estas dos semanas sin ellas. Esperaba que ellas tampoco.

Pero sólo esperaba, porque apenas llegué a nuestra casa de Italia, lo primero que hice fue agarrar mi celular para mandarle mensaje a mi novia.

Le avisé que ya estaba acá, era temprano en Argentina y supuse que estaban durmiendo. No tuve que mirar mucho más para encontrarme con unas notas que andaban por todos lados, tendencias que aparecían por todo twitter. Obviamente me metí a ver.

- ¿Por qué carajos anda con ese pendejo? Tiene como 19 años el chaboncito. - Pensé mirando la nota que habían hecho sobre ella y Langoni. Sí, me debía una explicación por andar con él. Bajando me encontré con que mencionaban en la nota que Giselle estuvo con Enzo y Lionella. Me quedé sorprendido y apreté para ver la nota. Y sí. Giselle había dejado que Enzo vea a Lionella, apenas me fui.

- Es una descarada esta mina, la concha de la lora. - Dije para mí mismo sintiendo como la sangre me hervía. Me sentía traicionado, pero una parte de mí sabía que esto podía pasar. ¿Y por qué lo voy a impedir? No puedo ser tan inmaduro. En este momento sentía que ni con mil explicaciones podía perdonar a Giselle y agradecía el tenerla lejos. En caliente y con bronca le mandé mensajes, no podía quedarse así nomás todo esto.

Me llamó y sólo la atendí por cordialidad y para no ignorarla pero sólo le hice saber que no quería hablar con ella y que me llame cuándo Lionella se despierte.

Por una parte me sentí mal, pero también no quería saber nada de ella. Mi cabeza era un lío total.

Un rato después me llamó, y esta vez ya estaba con Lionella que al verla me pude dar cuenta de sus ojitos llorosos y su nariz rojita. Estuvo llorando, y hablamos. Me contó muchas cosas. Esperaba que a Lio se le escapen algunas palabras o cosas que podían haber pasado ayer pero no me dijo nada fuera de su inocencia.

- Mi amor, hablamos después. ¿Querés? Papá tiene que hacer cosas.

- ¡No! - Dijo Lionella. Era de esperarse que no quiera, pero ya habíamos hablado más de una hora.

Por unos minutos estuvimos convenciéndola pero ya después antes de cortar escuché que se quedó llorando. Me sentí mal a la vez por cortar y tener que hacerla llorar.

Ahora me tenía que ir a San Siro, el estadio del Inter de Milán para que nos hablen a los recién llegados, a Lautaro y a mí sobre temas de adaptación y todas esas boludeces. Me cambié rápido porque estaba llegando tarde. Abrí WhatsApp que me habían llegado mensajes de Lautaro y le contesté. También tenía unos de Giselle que me estaba mandando fotos de Lio pero no los abrí. Estaba apurado.

Lautaro
en línea

Ya estás en italia??
13:45

sí, hace unas horas llegué
13:46

llegate al san siro y después
vamos a mi casa a comer
13:46

te invito
13:47

así no estás tan solo
13:47

Bueno dale
13:47

Qué llevo?
13:48

Acá vamos a ver que hacemos
13:50

¿por qué ella sí? ; enzo fernándezWhere stories live. Discover now