Capítulo 5

10.1K 734 105
                                    

Sakhir, Barèin

Charlie

— Lando Norris, devuélveme mi teléfono —Le grito al inglés. 

—No cada vez que te veo, grita, estás hablando con tu novio, que sepas que ni lo conozco y me cae mal.

La situación es la siguiente estamos a horas de que inicie la primera carrera y estaba saliendo del área de mi escudería cuando vi a Lando acercarse pero no lo podía atender porque estaba en una llamada con mi novio.

Entonces cuando colgué me quito mi teléfono alegando que no tenía tiempo para él, la ironía es que, aunque nos conocemos desde hace poco tiempo, nos llevamos bien desde que Carlos nos presentó. Así que me encuentro persiguiéndolo por todo el paddock para que me devuelva mi teléfono.

—Quiero mi teléfono, Norris —Insisto mientras lo persigo, atrayendo miradas curiosas de la gente.

Finalmente, lo alcanzo cuando agarro su camiseta. Agradezco haber estado haciendo ejercicio, pero admito que me costó alcanzarlo. Después de todo, un piloto tiene una mejor preparación física que mi pobre rutina.

— Está bien, pero escúchame primero—Dice haciendo un puchero- no a èl.

—Mi novio es una de mis prioridades— Respondo al tomar mi teléfono. Además, llegaste en mal momento; estaba hablando con él primero.

Bufa. El piloto de McLaren tiene una personalidad peculiar; en el poco tiempo que lo he conocido, noté lo fácil que es congeniar con él.

— Relaciones —Murmura.

—En fin, tengo que volver y tú debes prepararte para la carrera—Le digo mientras reviso la hora en mi teléfono. Llego tarde, nos vemos después.

Cuando me giro para regresar a mi zona, choco con una muralla humana. Alzo la cabeza y veo el rostro de Verstappen. Genial, lo último que esperaba que me pasara hoy: chocar con el imbécil.

—Fíjate por donde vas— Le digo, sobándome el pecho tras el golpe.

—Tú deberías ponerte lentes para fijarte por dónde- vas, Responde con esa mirada gélida y sus ojos azules.

Siento la presencia de Lando detrás de mí; seguramente está presenciando nuestra escena.

—¿Me estás llamando ciega? — Lo encaro.

Me alza una ceja.

—Tú qué crees, malcriada.

Estoy a punto de acercarme para enfrentarlo cuando siento los brazos de Lando agarrándome, supongo que ha visto mis intenciones.

—Hey, calma, Charlie—Dice el inglés.

—Cuidado con la fiera, Norris—Agrega el neerlandés. No vaya a morder.

Intento soltarme; no permitiré que este imbécil me hable así. No soporto su actitud infantil; mi yo de niña tenía razón al decirle a Charles que el neerlandés no me caía bien.

Él se da cuenta de que lo estoy mirando y me dedica una sonrisa ladeada.

— ¿Te gusta lo que ves, Leclerc?

—Ya quisieras tener mi atención. Además, no eres mi tipo— Respondo fríamente, haciendo una mueca- no me van los rubios sin neuronas en su cerebro.

—Deberías tener cuidado con lo que dices, no vaya a llegarte tu karma.

Lando aún me sujeta, no ha intervenido. Me relajo y le hablo al inglés.

—Lando, suéltame, pido pacíficamente. No te preocupes, no le haré nada—Miro a Max— no perderé mi valioso tiempo en cosas insignificantes.

—Lo mismo digo—Pasa por mi lado— nos vemos en la pista—Le dice a Lando.

Me quedo fija en mi lugar, molesta por cómo ha arruinado mi mañana.

—Eso fue loco—Oigo la voz confundida de Lando— ¿Por qué parecen odiarse?

—Hemos tenido algunos roces en el pasado—Bufo—Es una larga historia.

Se pone frente a mí, con una sonrisa divertida.

—Después de la carrera, tendré mucho tiempo libre.

— No seas chismoso. Te veo luego—Le doy un beso en la mejilla—adiós, Norris.

♥️🏎️💙

Mi primera carrera con Ferrari ha comenzado y estoy en los boxes, observando el inicio. La alineación de nuestros pilotos es excelente: mi hermano Charles lidera, mientras que Carlos arranca en tercer lugar. La batalla entre Charles y Max es intensa desde el principio; sin embargo, a mitad de carrera, el coche de Max pierde potencia en el motor y se ve obligado a abandonar.

La salida de un piloto de Red Bull permite que Carlos suba al segundo lugar. Si esto se mantiene, Ferrari logrará un doble podio. En las últimas vueltas, el otro piloto de Red Bull, Sergio Pérez, sufre una pérdida de potencia en su auto, y esto es aprovechado por Hamilton. Qué día para la escudería.

Dentro del box de Ferrari, la alegría es palpable. Estamos a punto de lograr un doble podio para nuestros pilotos. La carrera finaliza y salimos afuera para ver pasar a nuestros autos por la línea de meta.

Me posiciono estrategicamente para tomar fotos. Luego, nos dirigimos al escenario para presenciar la premiación a nuestros pilotos. Aplaudo con entusiasmo al escuchar el himno de Mónaco y ver a mi hermano en el merecido primer lugar. Siempre estaré orgullosa de cada uno de sus logros, así como sé que él lo estará de los míos.

Felicito a Carlos con un abrazo y luego corro hacia mi hermano. Me abraza y besa mi frente.

—Te amo, estoy muy orgullosa de ti.

—Yo también te amo, pequeña.

Qué carrera hemos tenido hoy.

Después de la emocionante carrera, mientras camino por el paddock, me topo con Max. Sus ojos azules reflejan cierta molestia que no pasa desapercibida.

— No empieces a molestarme, no estoy de humor- Me dice con tono cortante.

—¿Jugar con algo importante? A diferencia tuya, yo no haría algo así—Respondo, firme pero calmada. La tensión entre nosotros es palpable, como una corriente subterránea que apenas se percibe.

Esa sensación incómoda se cuela entre nosotros. Nos observamos en silencio por un momento, cada uno evaluando al otro. No hay palabras, solo un entendimiento taciturno de la situación.

— Vaya carrera—Comentó, tratando de romper la tensión— aunque esperaba más de tu parte, siendo el actual campeòn— Agrego con una sonrisa, intentando bromear aunque èl no quiera.

Max se queda en silencio por un instante, luego su expresión se relaja mínimamente. No es mucho, pero es un cambio.

—Adiós malcriada—Dice antes de alejarse.

Mientras caminaba por el paddock, mi teléfono comenzó a sonar. Jared, mi novio, apareció en la pantalla.

—Hola, cariño

— Hola muñeca—Su tono parecìa apresurado— escucha no tengo mucho tiempo, solo llamaba para decirte que no podrè estar en la pròxima carrera.

—¿Qué?—Mi sorpresa se convirtió rápidamente en frustración.

—Lo siento mucho, cariño—Su tono sonaba arrepentido— ha surgido un compromiso de trabajo que no puedo posponer. No puedo cancelarlo.

—Sabes lo importante que es para mí que estés aquí.

—Lo siento mucho, de verdad. Intentaré estar presente en la próxima.

La discusión se alargó un poco más, pero al final, no hubo solución. La realidad era que su compromiso laboral era inamovible, y mi frustración no hacía más que aumentar.

—Está bien, Jared — Finalicé, tratando de contener las emociones- hablaremos más tarde. Te amo.

—Yo también —Respondió antes de colgar.

Me quedé allí, sosteniendo el teléfono con sentimientos encontrados. Por un lado, entendía sus responsabilidades laborales, pero por otro, la ausencia en este momento crucial me afectaba más de lo que quería admitir.

Instagram 📲 winchester2198

Wildest Dreams - Max VerstappenWhere stories live. Discover now