Capítulo 38

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Monza, Italy

Charlie

—¿Estás segura de esto?—Me pregunta Carlos.

— Dije que lo intentaría hasta donde me sintiera bien, pero ya no lo hago. Recibo respuestas negativas por parte de Max o, mejor dicho, no recibo nada. Y lo del departamento, pues no sirvió de nada. Creo que lo hice enojar aún más— Confieso.

Me da una sonrisa, y mi corazón se aprieta.

—Y todo esto que tienes—Señala las cosas que tenemos en la mesa—¿es como una despedida?— Veo el ramo de rosas azules, al lado  la cajita con esas barritas que Max solía darme en nuestras primeras interacciones, convirtiéndose en una dulce costumbre antes de empezar a trabajar. Como un plus, está el portarretrato con una foto que nos tome en una de nuestras escapadas.

Y olvidé mencionar la pequeña nota que está entre las cosas. La vuelvo a leer.

"Sé que dijiste que cada quien por su lado, pero no pude conformarme con eso. Por eso hice todas estas cosas un poco cursis, sí, pero es que, joder, Max, tú lo vales y siempre lo harás.

Sin embargo, sé cuándo es suficiente, y según tu mirada ese día, supe que ahí estaba ese límite. Entonces, toma esto como una ofrenda de paz.

Las rosas azules porque representan nuestros ojos de alguna manera. Las barritas, creo, son tu sello de cómo empezaste a enamorarme. Y bueno, la foto es solo un recuerdo de lo feliz que me hiciste en el tiempo que estuvimos juntos.

Esto es lo último que sabrás de mí. Cumpliré con lo que dijiste desde un principio.

Suerte en tu carrera.

Atentamente

Charlie Elise Leclerc"

—¿Me dejas leerla?—Pregunta Carlos.

— Es personal— Le doy un golpe suave— no seas chismoso.

— Buenas, buenas—Llega un alegre Lando a nuestro lado—está hecho, Charlie.

—Sí, gracias— Me señala a Checo. Hace unos minutos, le pedí a Lando que me trajera al mexicano, ya que actualmente es el más cercano para ayudarme a entregarle estas cosas a Max antes de la carrera.

—¿Y si mejor no lo hago?

— No puedes hecharte para atrás, vamos  Charlie. Prácticamente confesaste tu amor al mundo por Max en una foto, y no puedes hacer esto — Las palabras de Carlos, son muy verdaderas y sé que tiene razón, es solo que recibir otro rechazo sería doloroso.

— Lo sé, es ridículo—Me río.

—Oye, que Sergio estará encantado de ayudar— Lando me abraza de lado y apoyo mi cabeza en su hombro.

Checo se para enfrente de nosotros y nos saluda.

— ¿Entonces, para qué soy bueno, pequeña Charlie?

— Veras— Le entrego el regalo— le podrías dar a Max, esto de aquí.

—¿Verstappen?

Asiento.

—Creo que me he perdido muchas cosas.

—Nada, solo la parte en la que Max y Charlie se enamoraron, pero se pelearon y andan de necios orgullosos—Le explica Carlos al mexicano.

— Vaya, eso era algo que no vi venir. Sabes cómo se la pasaban peleando.

—Yo sí lo vi venir. Lo supe en la primera discusión que tuvieron—Comenta un Lando muy orgulloso— esa pareja fue trabajo del cupido Lando Norris.

Wildest Dreams - Max VerstappenWhere stories live. Discover now