Wildest Dreams - Max Verstappen

Capítulo 7

Saudi, Arabia

Charlie

Salgo de la ducha sintiendo cómo el calor de Arabia se hace más presente o quizàs solo soy yo, acostumbrándome a este ambiente. Me visto con unos pantalones cortos negros, la camiseta de la escudería, agarro mi gorra y mi camàra.

En media hora debo estar en la pista para ver la práctica de la tarde, donde estará Carlos. Mi hermano tuvo la sesión por la mañana, aún no lo he visto. Estoy segura de que nos encontraremos para cenar más tarde.

Desciendo al lobby del hotel en busca del carro asignado para llevarme a la pista. Tras un largo trayecto, llego a la localidad y me detengo frente a una de las entradas, mientras busco mi pase para identificarme como trabajadora. Sin embargo, no logro encontrarlo. Mi mochila es un completo caos en estos momentos.

—La gente puede ser tan lenta a veces— Escucho una voz que me resulta irritante pero familiar.

Me giro y me encuentro con Max, mi gran amigo, que se sienta mi sarcasmo, está vestido con jeans, su camiseta y gorra de Red Bull. A su lado está su asistente.

Lo fulmino con la mirada y vuelvo a centrarme en encontrar mi pase.

— Me gustaría pasar, ¿sabes? Algunos queremos llegar temprano a nuestras responsabilidades— Vuelve a hablar.

— Por si no lo has notado—Le respondo mientras busco frenéticamente, "hay otras entradas—Tienes vía libre para ubicarte en cualquiera de ellas.

— Max, hay otra entrada aquí —  Interviene su asistente.

— No, quiero entrar por esta Carl — Responde a mis espaldas.

—Verstappen, hoy no estoy para tus estupideces—Le digo, cada vez más irritada.

—Yo tampoco. Agradecería que te apuraras para que pueda entrar—Responde con tono sarcástico.

—Max—Su asistente intenta calmar la situación.

—Un momento, Karl. Ya vamos a entrar. Solo esperemos a que la malcriada se dé prisa buscando sus cosas— Gruñe.

Estoy harta de este neerlandés. Hay otras entradas y justo viene a la que me encuentro porque parece querer fastidiarme la vida. Me giro y lo encaro.

—¿Cuál es tu maldito problema?— Gruño—Hay otras entradas y vienes a fastidiarme a mí.

—Parece que hemos tenido un mal día— Responde con tono burlón.

—Vete al diablo, Verstappen.

De repente, se acerca y me arrebata la mochila. Intento quitársela, pero no puedo. Empieza a rebuscar en mis cosas. Este tipo está loco. Encuentra mi pase y me lo devuelve, pasándolo por el sensor. Luego, me empuja para adentrarnos al lugar.

—De nada— Dice colgándome el pase en el cuello. Puedo percibir su olor por un breve momento—A la próxima vez, tenlo a mano, malcriada— Su rostro esta muy cerca del mìo, detallo sus ojos— que tengas un buen dìa.

Y se aleja rápidamente.

No entiendo nada. Me quedo quieta mientras él se aleja.

—Disculpa por eso—Me dice su asistente rápidamente— seguramente se despertó con el pie izquierdo.

—Ya— Es todo lo que respondo.

No entiendo estos momentos extraños e incómodos que he tenido con el piloto de Red Bull.

Salgo de mi aturdimiento y me dirijo hacia la zona de Ferrari. Será una tarde larga, pienso.

La noche cae en el circuito mientras espero a que Carlos termine de recibir las últimas indicaciones de los ingenieros. La práctica de hoy fue buena; mi piloto español hizo un buen tiempo, pero no nos confiamos. Mañana, en la clasificación, se revelará el verdadero desempeño, y el domingo, en la carrera, es donde los pilotos brillarán.