Wildest Dreams - Max Verstappen

Capítulo 39

Monza, Italy

Charlie

Después de la ceremonia de premiación, tuve que esperar un tiempo interminable para poder ver a Max, así que ahora lo observo fijamente mientras sale de la zona de Red Bull.

—¿Me vas a quedar viendo por mucho tiempo? —Me mira con una sonrisa pícara.

—Esto es real —Frunzo el ceño.

—¿Qué cosa?

—Lo que pasó antes de la ceremonia, el beso.

—Ah, eso —Se encoge de hombros—pues te besé, ¿qué tiene de malo?

—En frente de todo el mundo —Digo, sintiendo una mezcla de incomodidad y vulnerabilidad.

—Pues sí.

Se acerca lentamente y coge un mechón de mi cabello, enredándolo en su dedo.

—Malcriada —Dice con una media sonrisa.

Le respondo con una sonrisa cómplice.

—¿Entonces eso quiere decir que ya me perdonas? —Pregunto cuidadosamente.

—¿Qué cosa tengo que perdonarte? —Max alza una ceja.

—No te hagas el idiota —Suelto rápidamente—. Pensé que te había perdido —susurro.

—A mí nunca me has perdido —Me toma del mentón.

—Tú no querías saber de mí, lo olvidaste.

—Siempre voy a querer saber de ti —Habla—. Solamente me quería hacer el duro, sabes. En mi defensa, te merecías pasarla un poco mal, pero créeme cuando te digo que moría por besarte y buscarte desde ese día que me confesaste que también estabas enamorada.

—¿Por qué no dijiste nada ese día?

—Bueno, como tú misma dijiste, era tu turno de demostrar que me querías tener en tu vida, y bueno, la oferta de ti haciendo esos gestos fue tentadora y la aproveché —Une nuestras frentes— pero te digo algo, dijiste que me querías reconquistar, pero la realidad era que solo me conquistabas más de lo que ya lo estoy. Porque nunca perdí mi interés por ti.

—¿Te besaste con otra persona? —No puedo evitar preguntar—. Y yo pensé que...

Me interrumpe.

—Y me arrepiento de eso. Estaba pasado de tragos y dolido.

—No te estoy reclamando. Digo, estábamos separados.

—Lo sé. Sin embargo, te lo digo, fue un error, pero el hacerlo solo me confirmó lo que ya sabía.

—¿Qué cosa?

—Que me arruinaste para otras mujeres, Charlie. Yo solo tengo ojos para ti. Ha sido así siempre y eso nunca cambiará.

No puedo evitar soltar un par de lágrimas.

—Perdóname, mi amor —Hundo la cabeza en su pecho— no quise lastimarte como lo hice, en serio.

—Eso ya no importa, Charlie. Todos nos equivocamos y ambos lo hicimos, pero eso ahora no interesa —Me alza la cara para que pueda volver a mirarlo—. ¿De acuerdo?

—Me gustas mucho.

—Normal, solo mírame —Se ríe.

—Max.

—Charlie —Contesta.

Lo miro a esos ojos que tanto amo y sé que tengo claro una cosa.

—Te acuerdas que te dije que sería yo quien daría movimientos —Asiente con la cabeza y me da una pequeña sonrisa—, entonces voy a preguntar lo siguiente: ¿Quieres ser mi novio?