Capítulo III

258 18 0
                                    

— ¿Qué haces aquí?—me reprendió Ross.

¿Quién se creía que era?

— ¡Te he preguntado, que haces aquí!-elevó la voz.

Estaba completamente tenso. Llevaba la misma chaqueta de cuero de la mañana, sólo que llevaba vaqueros oscuros—algo rasgados—, una camiseta gris, y los converse.

— ¿Quién te crees para gritarme de esa manera?—escupí frunciendo aún más el ceño—. Creo que no soy tu novia....ni siquiera tu amiga, para que me regañes—me lanzó una mirada nada feliz—. Además, la pregunta debería hacerla yo a ti, ¿me estás siguiendo?

Se echó a reír y se pasó una mano por su cabellera rubia. Y no sabía por qué me imaginé que se sentiría enredar mis manos en ella... ¡Despierta Laura!

—No tengo por qué seguirte, niña.

¿Me acababa de llamar niña? Sentí ira, rodé los ojos y antes de protestar dijo: —Aquí suele venir, con algunos amigos.

— ¿Aquellos?—solté irónicamente—. Que amigos los tuyos—miré directamente a esos penetrantes ojos miel—, que coincidencia. También suelo venir aquí con mi mejor amiga...

— ¿No tienes miedo de que revele que entraste con una identificación falsa?—me interrumpió. Me crucé de brazos. ¡Que idiota! Bufé ante su amenaza.

—Eres... ¡eres un imbécil!—le grité. Me giré sobre mis talones hacia la puerta. Cuando entré de nuevo al club se pudo escuchar su ligera voz diciéndome «Laura, espera». Pero le ignoré.

¿Qué se creía? Me seguía y era incapaz de admitirlo. Mi estómago dio vueltas, menuda noche la mía.

Me decidí a olvidar a Ross en esa noche. No me la arruinaría. Me acerqué hacia nuestra mesa donde estaba Raini, Calum y Ellington.

— ¿Te encontraste con algún lobo feroz?—habló Ellington, me senté y exhalé frustrada— ¿Qué pasó con el nuevo?

—No hablemos de él ¿vale? Es un odioso.

—Pero así te gusta, Lau—dijo Raini entre risas. Le lancé una mirada asesina y ella rio aún más.

—Olvidemos lo que ha pasado bailando un rato ¿qué les parece?—sugirió Calum. Le sonreí agradecida. Todos asintieron y nos encaminamos a la pista de baile.






Era la tercera canción que ponía el Dj y aún no me sentía agotada; por suerte el inicio de clases fue viernes, así me quedaría dormida casi todo el día. Ross no había vuelto a entrar luego de nuestra «charla» afuera, pero no me importó en absoluto. Raini reía con los movimientos espontáneos de Calum.

Unas manos se posaron en mis caderas detrás de mí.

— ¿Quieres bailar, preciosa?—me susurró una voz masculina. Por un momento me tensé, pero no lo aparté. Encontré la mirada furiosa de Ross a unos metros de distancia, respiré profundo y me giré hacia aquel guapo hombre.

—Por supuesto—respondí. Sonrió pícaramente y volvió a colocar sus manos en mi cadera. Me moví al ritmo de la canción, mientras él me seguía el paso. Era alto y musculoso, se notaba sus abdominales bien formados sobre la tela de algodón.

Me puse de espaldas hacia su pecho guiándolo con la música, entonces ya no estaba. Me quedé boquiabierta hacia un Ross cabreado.

— ¡Apártate, Drake!—lo había empujado de mí y se había puesto de él como delante de mí como una barrera protectora.

FULL MOON {Raura/Rydellington}Where stories live. Discover now