FULL MOON {Raura/Rydellington}

Capítulo XXX

"...Pero de todas las personas que quería, TÚ eras el último del que sospecharía que me mentiría. Puede que no entiendas lo que siento, ni yo me comprendo... siento enojo... por creer en algo falso. Por hacerme una ilusión... y aunque no lo creas, me duele irme... pero es lo mejor.

No puedo decir con certeza si será un «hasta luego» o un «adiós para siempre»...pero por ahora simplemente será un adiós. No me busques, ni intentes llamarme, olvídame.

... Yo haré lo mismo..."

Resultaba doloroso cada vez que leía sus palabras. Se había ido. Era mi culpa.

Limpié un par de lágrimas de mi cara con mi pulgar. Volví a doblar la carta... no podía seguir leyendo y lastimándome. Sabía que ella no querría que lo hiciera. ¡Maldición!

Guardé la carta y fui a la escuela.

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Escuché que mis amigos me llamaban y los ignoré. No podía hablarles... Quería estar solo. Nadie entendía por lo que estaba pasando.

Si tan solo le hubiera contado la verdad antes...

Aún recuerdo sus ojos llenos de lágrimas esa noche en el bosque.

Laura dejó de insistirme, entendió que quería mi espacio, lo respetó. Me había dicho "cuando estés listo para hablar, aquí estaré".

Pero hasta este momento no estaba listo para hablar.

Sabía que la luna llena se acercaba.

En serio deseaba borrar todo lo que había ocurrido desde el mes pasado; si Zack no me hubiera convertido en el monstruo que soy ahora...todo sería diferente. Rydel no se habría ido.

El ruido de la campana escolar me despiertó de mis pensamientos y me volvió al presente por al menos unos minutos. Con resignación entré al salón de Literatura. No tenía ánimos realmente, pero no quería que papá se preocupara.

El asiento a mi lado estaba vacío y tenía que acostumbrarme al hecho de que así sería hasta que acabara el curso escolar.

La señorita Carter ya estaba en el salón de clases acomodando unos papeles para pasar lista.

—Alumnos, tengo un anuncio que darles—dijo. El salón escuchaba con atención—. Su compañera Rydel Lynch ya no estará con nosotros. Obtuvo una beca para San Diego. Pero eso no quiere decir que la lista de alumnos se reducirá. La dirección me ha informado de una nueva alumna.

¿Qué cosa? ¿Quién se cambia a mitad del semestre?

—Así que espero que la traten bien, y la ayuden ya que estamos a la mitad. Pasa Katerine—le dijo a alguien en la puerta.

Ella entró y la reconocí. Ira corrió por todo mi cuerpo expandiéndose por mis venas como fluidos.

Su mirada me encontró pero no revelaba nada. ¿Cómo había ocurrido eso?

—Toma asiento querida—le dijo la profesora.

¡Maldición! ¡Mierda! ¡Doble mierda!

El salón estaba completo, por lo tanto, al irse Rydel, el lugar a mi lado era el único disponible.