Capítulo XXVI

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||Dos días después de la propuesta de Zack a Ross||

Él estaba llamando. Lo sabía, pero no quería contestar.

Aún dolía.

No.

Tenía que hablar con Ross.

Tomé un largo suspiro y necesité de toda mi fuerza de voluntad—dejando atrás mi orgullo—para mandarle un mensaje de texto.

*Te veo en diez minutos. Necesitamos hablar.*

Mamá y George no estaban por lo que me sentía relajada por hablar con Ross a solas. No le había hablado desde que lo eché de mi habitación. El idiota me dejó llorando. Aunque no lo iba a aceptar tan fácil, él había preferido quedarse con su ex en lugar de ir por mí, así que se lo merecía.

Alguien golpeteó la puerta principal y supe que era él. Abrí la puerta.

—Hola—murmuré.

Su rostro era inexpresivo. Me aparté un poco dejándole pasar.

Antes de que pudiera decir algo Ross acunó mi rostro entre sus manos y me besó; ese beso me dejó sin aliento, me había besado como si su vida dependiera de ello, y éste era el último. Me estremecí al pensar en ello.

— ¿Está todo bien?—fue lo único que pude pronunciar.

—Laura, lamento todo lo que te hice pasar hace días y de verdad lamento lo que puede pasar después.

No comprendía sus palabras.

— ¿A qué te refieres?

—Sentémonos—sugirió.

Asentí y así lo hicimos, nos sentamos en el sofá de la sala de estar. Los nervios me carcomían por dentro.

—Te escucho—dije segundos después.

—Lo primero—él suspiro—. Fui un tonto por haberte dejado sola aquella noche, no debí, pero soy demasiado orgulloso.

—Me ocultaste lo de Kate.

—Lo sé. Tenía que asegurarme que era en verdad ella a la que sentía.

— ¿Me lo ibas a contar?

—No—sacudió su cabeza—. Y no me arrepiento. Te estaba protegiendo.

— ¿De qué precisamente?—Intenté no sonar obstinada— ¿De ponerme celosa o porque ella podría ser un zombi y me matara?

—Laura, no te pongas tan difícil—dijo, su voz sonaba irritada.

— ¿Difícil? ¿Yo soy la difícil?

—Sí, lo haces ahora—dijo él—. Te ponía en total riesgo, y no solo a ti, sino también a Rydel...

—Yo no soy débil, Ross.

—Lo sé, pero esto es...

—Ya sé lo que dirás; «ser lobo no es nada fácil, bla bla bla...», ya deja esa estupidez, por favor. Detesto que me trates de esa manera, ¿sabes cómo me sentí cuando te vi con Kate en el estacionamiento? ¿Sabes que sentí cuando no me buscaste para al menos cerciorarte que estaba bien?

Las lágrimas presionaban detrás de mis ojos, obligándome a dejarlas salir. Me negaba a llorar.

— ¿Y tú crees que me sentí bien sabiendo que estabas con ese imbécil?—contraatacó.

—Al menos ese imbécil no me dejó sola.

Su rostro palideció por unos segundos. Eso fue un golpe bajo y lo sabía.

FULL MOON {Raura/Rydellington}Where stories live. Discover now