Capítulo XLIV

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Permanecí en silencio, viendo como Laura regresaba con su mejor amigo.

Necesitaba hacer algo. Nadie más merecía morir.

Mi celular sonó y tuve la insistencia de girar los ojos—. Creí que tenía que poner una orden de se busca.

Él rio, su voz grave—. Eso lo dudo. Sin embargo, me necesitas, por eso he vuelto. Ya sabes dónde encontrarme.

Con esa llamada mi leve sueño se esfumó. Cualquier cosa que mantuviera a salvo a mis seres queridos, lo haría. Arriesgaría mi vida.






—Llegaste—dijo el viejo hechicero que me daba dolor de culo. Como siempre, estaba sentado sobre el sofá que seguramente costaba un poco más que mi Harley—. No creí que te tomara más tiempo.

—Dejémonos de rodeos, Dan. Sabes por lo que estoy aquí—hablé con seguridad—. Me dirás toda la verdad.

—Por supuesto que lo haré...sin embargo, ¿qué obtendré a cambio?

Me lancé con rapidez, quitándole su taza y arrojándola contra la pared.

Su mirada fue retadora. La mía no cambiaría. Y si tenía que desaparecer a la única persona que me diría todo sin ocultar nada, no lo pensaría dos veces.

—Esa era mi taza preferida—fue lo que dijo Dan. Pero su expresión no revelaba nada—. Es poco injusto ¿no lo crees? Yo te ayudo y no recibo nada. No lo creo.

Gruñí, mis ojos cambiando y sentí la adrenalina correr por mis venas.

Dan no dijo más. Suspiré y me alejé.

—Haré lo que me pidas—declaré—. Lo que sea.

—No fue tan difícil ¿o sí?

Rodé los ojos y me crucé de brazos. Solo esperaba que cualquier cosa que yo estuviera prometiendo no afectara a nadie salvo a mí.

—Déjame preparar algo más de café y conseguir una nueva taza, esto durará hasta el amanecer.

Dio la vuelta, yéndose a la cocina. Gruñí para mis adentros mientras le daba una mirada a su reloj de pared. Sip, la conversación se tornaría larguísima.

Me quedé sentado en el sofá esperando a que Dan acabara su dosis de cafeína, aunque yo dudaba que lo que tomaba era café.

Minutos más tarde él volvió con una bandeja y la depositó sobre la mesa de café. Apreté los puños sobre mis rodillas. Necesitaba respuestas ya.

—Tenemos toda la noche, no seas tan ansioso—comentó. Posteriormente se sirvió una taza y se sentó— ¿Gustas?

Negué rápidamente, solo quería las malditas respuestas.

—Como quieras—fue su respuesta antes de beber un sorbo de la taza—. ¿Por dónde empezar?

—Quizá la parte en la que tu ayudaste a mi madre a huir de su manada—le interrumpí, si tuviera un segundo nombre sería impaciente.

—Vas muy adelantado en la historia—comentó, bebiendo un sorbo del líquido subió las piernas en el sofá y las cruzó. Dejó el vaso en un lado y entonces me miró—. Tú no habías nacido cuando conocí a tu madre. En ese entonces, el alfa de ahora-que por cierto es el padre de Connor pero eso ya lo sabías-aun le quedaba semanas para que su padre le cediera la manada. Como sea, él esperaba liderar a lado de tu madre. Carisa amaba la idea pero no fue hasta una noche en la conoció algo más que la manada.

FULL MOON {Raura/Rydellington}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora