Capítulo XXXIV| Segunda parte

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El infierno se desató.

Muchas veces me preguntaba si alguna vez me pasaría algo increíble que tuviera que contar a mis hijos y nietos cuando creciera. Mi vida no era demasiado interesante, al menos omitiendo la parte de que era la hijastra de George Adams. Siempre me imaginé terminar la preparatoria e ir a la universidad y finalmente graduarme. Tener un buen empleo y una familia hermosa. Ahora, ese sueño parecía muy lejano.

Había pasado por muchas cosas en los últimos meses, como saber que mi mejor amigo se convirtió en lobo, y que me había enamorado de alguien tan opuesto a mí, pero que a la vez éramos similares. Era curioso los giros que daba la vida.

Ross me puso detrás de él, apretando mi mano con cierta fuerza.

—Si te digo que corras...debes hacerlo.

Quería decirle que yo no era débil, pero ciertamente lo era. Yo no sería capaz de defenderlo, y de luchar a su lado con la misma fuerza. Y eso me recordó lo que había dicho Kate cuando nos enfrentamos.

¿Y si fuese como ellos?

Expulsé aquel pensamiento y asentí en respuesta a Ross. Sus dedos soltaron mi mano.

Kate dio un paso adelante y Zack rio. Una risa amarga y espeluznante.

Y como había dicho, el infierno se desató. Zack se convirtió en un perro gigante al igual que su lacayo Drake.

La primera en atacar fue Kate, se lanzó hacia Drake.

—Corre.

Escuché que gritara Ross pero el ruido me apretaba los oídos.

Ross comenzó a atacar a Zack.

La tormenta se volvió más violenta, el suelo se convirtió en un mar de lodo y sangre. Comencé a mover mis pies, lejos de ahí.

Entonces apareció Ellington y Ethan. Me esquivaron y enseguida se convirtieron en su forma animal.

Escabullí mi pequeño cuerpo detrás de un gran árbol. Me sentía inútil por no poder ayudar.

Drake impulsó su cuerpo, enviando a Kate lejos del centro de batalla. Contuve un grito, sus brillantes ojos se centraron en mí, volviéndome el objetivo.

Drake corrió en mi dirección. Mis pies vacilaron un poco. Vi a Ellington correr detrás de Drake mientras Ethan ayudaba a Kate a incorporarse.

Drake fue golpeado provocando que diera un aullido fuerte.

—Debes salir del bosque—ordenó mi mejor amigo—. Ahora.

Comencé a sacudir la cabeza, algo debía poder hacer. Cualquier cosa.

Drake se levantó y se volvió para atacar a Ellington. Busqué a mis alrededores hasta encontrar una rama lo suficientemente grande para al menos defenderme. Corrí a ella y la recogí con mis brazos. Agradecida de que no estuviera tan pesada giré sobre mis talones para golpear a lo primero que quisiera atacarme. Entonces un pecho enorme me golpeó. Levanté la mirada con cautela. Y casi caigo sobre mi trasero.

Había otro lobo. No Drake. No Zack. Ni siquiera Ethan—que al parecer nos ayudaba—era el que estaba frente a mí.

Di un paso hacia atrás. Mi espalda golpeó a otro lobo. Santos bebés lobos.

Ambos estaban en su forma humana pero sin duda eran lobos.

— ¡Laura!—Escuché que alguien gritara mi nombre con desesperación.

No me eché para atrás. Agarré con firmeza la rama.

— ¿Crees que con una simple rama nos asustas?—Se burló uno de ellos.

FULL MOON {Raura/Rydellington}Where stories live. Discover now