FULL MOON {Raura/Rydellington}

Capítulo XXXIII

¿Alguna vez han sentido que sabes que lo que haces no es lo correcto pero te niegas a aceptarlo? Bueno, yo me sentía exactamente así.

Desde el principio, algo me decía que confiar en Kate no tenía buena pinta, y a pesar de ello estaba aquí, encerrado como si fuera una clase de bestia—en el fondo así me sentía—, todo por culpa de malas decisiones.

Seguía dando vueltas en la pequeña habitación (sí es que se podía llamar así) pensando en alguna manera de escapar. O al menos lograr comunicarme con Ross. Nada de las opciones en mente servía.

De alguna rara manera—y escalofriante—estaba en un cuarto sin puertas ni ventanas dónde no podía escuchar ni el sonido de una mosca o incluso del viento.

//Flashback//

—Comenzaba a pensar que no te aparecerías—dijo Kate al verme. Estaba apoyada sobre la tapa delantera de mi auto con los brazos en ambos lados de su cadera.

—Recuerdo haberte dicho que lo haría—dije sin más, ningún signo de humor cubría mi tono de voz— ¿Le has llamado?—pregunté.

—Nos está esperando. Dame las llaves.

Enarqué una ceja, como señal de duda.

—Aprende a confiar, Elli. Zack te puede ayudar.

Tomé esa sensación de inquietud y la mandé hasta el fondo de mi mente.

Saqué las llaves y se las lancé. Cuando las atrapó se fue directo a la puerta del conductor.

Nos alejamos rápidamente del instituto. Algo en mi cabeza me susurraba que olvidara todo el asunto de irme con Zack y ver si lograba tener una solución para todos los problemas ocurridos.

— ¿Sabes...? Como que no estoy seguro...—alcancé mi mochila de la parte trasera del auto y la abrí para hallar el celular.

Kate aceleró todo lo que pudo, haciendo que mi espalda chocara con el respaldo del asiento, mi celular voló. Con una mano Kate lo agarró.

Pisó el freno y mi cuerpo se fue hacia el frente, gracias al cinturón mi cara no se hizo puré contra el cristal.

Su mano destrozó el aparato.

— ¿Pero qué haces?—exclamé.

—Es hora de dormir—la miré confuso y entonces todo se apagó.

//Fin del flashback//

No sabía con exactitud cuántas horas me encontraba aquí. Volví aullar, sacando al lobo interior.

Una de las paredes tembló y de pronto se abrió. ¡La puta pared se abrió!

Zack apareció con Kate a su lado.

—No te detengas por mí—dijo con un toque de sarcasmo en su voz—. De cualquier forma, nadie va a oírte.

Miré hacia Kate, cuando ella alzó la mirada y sus ojos se encontraron con los míos pude visualizar algo oscuro...tenebroso e incluso malévolo.

De todo lo que pasó por mi mente, lo único que pude decir fue:

— ¿Cómo rayos hiciste eso?

Era anormal que una pared simplemente se esfumara. Bueno, ya nada parecía normal en mi vida.

Zack rió amargamente.

—Kate...—dijo.

Ella movió su mano izquierda, los muros temblaron y nuevamente se convirtió en una habitación sin ninguna salida.