FULL MOON {Raura/Rydellington}

Capítulo XIX

Normalmente no accedería a ir a la playa en otoño pero necesitando un respiro de todo esto de lobos y no tenía más remedio que aceptar, además, sería bueno pasar tiempo con mis amigos.

Preparé la ropa que llevaría y la deje en la mesita de noche. Mamá había salido con George a una cena de la oficina; estaba completamente sola en la mansión. Fui a la cocina por un zumo de naranja, me detuve en las escaleras y miré las fotografías en la pared hasta que localicé la de mi padre. Lágrimas se formaron detrás de mis ojos, sabía que sonaba tonto decir que lo extrañaba porque no lo conocí lo suficiente, siempre estaba absorto en su trabajo pero lo extrañaba, después de todo era mi padre.

Un sonido proveniente de la puerta principal me despertó de mis ensoñaciones y fui directo abrir. Ahí estaba parado, Ross llevaba unos vaqueros oscuros y una playera oscura, mechones de cabello rubio caían sobre su frente, le sonreí.

—Hola—saludó y miró mi atuendo poco presentable. Iba vestida con una blusa de tirantes y unos shorts de algodón algo cortos, bueno, pretendía ir a la cama y leer un libro, no esperaba realmente una visita.

Ross pasó a la sala de estar.

—Bonito atuendo—dijo. Sentí mis mejillas arder.

—No esperaba que alguien me interrumpiera cuando se supone que iba a ir a la cama.

La boca de Ross formó una media sonrisa.

—En fin...—dije dejando mi vaso vacío en la mesita—. ¿Qué sucede?

—Yo...—sus ojos me miraron y pude notar algo de miedo.

— ¿Qué pasa, Ross?—pregunté preocupada.

—No es nada. —Sacudió su cabeza—. Sólo...quería verte—me desinflé por dentro, me sonrojé con su confesión y le ofrecí una sonrisa.

—Gracias—murmuré. Me acurruqué apoyando mi mejilla contra su pecho. Ross pasó un brazo y lo colocó encima de mi cintura.

Nos quedamos un buen rato sin decir palabra.

— ¿Tus padres no están?

—Mi mamá y George tuvieron un evento. —Él asintió. Levanté la mirada hacia Ross— ¿Qué te preocupa, Ross?

—Nada.

—Puedes decirme—insistí.

—Yo tengo un presentimiento—sacudió su cabeza—. Sólo es una tontería, no me hagas caso.

Me levanté de golpe, su falta de confianza me molestaba. Crucé mis brazos. Ross me miró extrañado; lo ignoré, cogí mi vaso vacío y lo llevé a la cocina. Ross me siguió.

—Laura.

No respondí.

—Lo siento yo...

Ross me abrazó por detrás—. Lo sé—murmuró contra mi cabello—, es solo que no quiero preocuparte, mis recuerdos son algo confusos por eso no quiero asustarte.

No sabía que decir.

Una hora más tarde, Ross sabía casi todo de mí.

—...Lo extraño de todas maneras—dije mirando el retrato de mi padre en la pared—. Recuerdo que cuando no tenía trabajo, hacía de mi día, el mejor—medio sonreí—...Tú ¿R-recuerdas...a tus padres biológicos?—mordí mi lengua. Yo y mis preguntas estúpidas.