Capítulo XX

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«A dos días de la fiesta de Halloween»

El fin de semana en la casa de playa de Calum había comenzado maravillosamente bien hasta que Ross y Ellington se comportaron raros. Primero Ross fue distante y demasiado serio en casi toda ocasión que le hablé, y Ellington estaba detrás de él intentando averiguar algo. Me sentía algo frustrada por no saber qué les preocupaba tanto a mi hermano y mi novio.

Me colgué mi pequeña mochila, posteriormente me subí a la moto de Ross, sí, volveríamos a casa igual, los demás en el auto de Calum. Elllington había prometido hablarme más tarde.

El viento fresco golpeaba mi cara deshaciendo mi pobre coleta. Partimos antes de los demás. Fue un viaje silencioso.

Ross estacionó la moto en el garaje y yo salté de la motocicleta y me encaminé hacia la casa. Dos figuras—ya familiares—aparecieron frente a la puerta principal. Drake y Ethan.

—Mira que tenemos aquí—dijo Drake mirándome como si fuese un trozo de carne. Asqueroso.

—Creí que mi hermano les había advertido no volver—dije.

Nunca había comprendido la relación que tenía Ross con ellos ni con Zack. Recuerdo que Ross salía a menudo con Zack cuando vivíamos en San Diego. A mí no me agradaban, quizá Ethan si era buena persona, era el único de esos tres que no intentaba nada cuando yo estaba presente.

—Eso es verdad—una voz profunda me sobresaltó y supe que era Ross. Mi hermano apareció a lado mío con una mirada fulminante hacia los dos chico— ¿Qué hacen aquí?—su tono se mantenía serio y rudo.

—Zack quiere hablar contigo—gruñó Drake a Ross.

—No tengo...

—Es importante—interrumpió Ethan. La forma en que lo dijo hizo que un escalofrío me recorriera la columna.

—Rydel entra a la casa—me ordenó Ross.

—No. —La palabra salió de mi boca sin detenerla. Ross siempre me alejaba de ellos, tenía saber que tenía mi apoyo. Hace unos años fue lo mismo, me apartó, ya no hablábamos como antes y yo me sentía sola, sabía que él no era mi hermano de sangre pero le quería y antes de que Ross anduviera con ellos siempre estaba conmigo. Y si ellos tenían que ver con su cambio de humor el fin de semana, me las pagarían.

—Rydel. —Gruñó.

—Sé obediente muñeca—Drake me lanzó una mirada lasciva y tuve que contener las ganas de vomitarle en la cara.

— ¿Por qué siempre tienes que hacer esto?—le dije a Ross—. No soy un bebé.

—Entra a la casa. Ahora. —Volvió a ordenar Ross.

—Que hermosa reunión familiar—la voz de Zack nos sobresaltó a todos. ¿De dónde rayos salió?—De haber sabido que esto resultaría una fiesta debí venir desde el principio—dijo mirando a sus dos lacayos.

—Zack...—advirtió Drake.

—Sigues sin hacer bien tu trabajo, Drake—dijo Zack frotándose la frente. Una sonrisa de insuficiencia se formó en su cara.

Sentía el impulso de entrar a la casa y correr hacia mi dormitorio, encerrarme y no preguntar nada, pero mis piernas me lo impedían.

— ¿Qué estás haciendo aquí?—exigió Ross.

— ¿Tú que crees?—respondió Zack con sarcasmo—. Tenemos que hablar de algo importante. Y ya que estos dos idiotas no pudieron hacer algo tan fácil tuve que hacerlo yo mismo.

FULL MOON {Raura/Rydellington}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora