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-Noa

Su nombre sonaba a la distancia, en un susurro.

-Noa- sintió una caricia en su mejilla, algo tan suave como una pluma. Soltó un suave gemido y abrió los ojos lentamente para encontrarse en la penumbra.

Tardó unos segundos en recordar dónde estaba y con quién.

-Lo siento por despertarte- susurró Tom. En ese momento, su voz era lo más similar a una canción de cuna para Noa. Los parpados le pesaban tanto que tuvo que volver a cerrarlos.

-Mmm- murmuró y remojó sus labios secos.

-Son las nueve- anunció él. Si en serio quería que se despertara, tenía que dejar de acariciar su rostro.

-Un poco más- arrastró las palabras, su voz era ronca. Escuchó a Tom reír con suavidad.

-Arriba, floja- alzó la voz, lo que hizo que Noa abriera los ojos de golpe con el corazón acelerado. Tom se carcajeó.

-Grosero- farfulló con una sonrisita. Se abalanzó contra él, lo empujó por el pecho y este cayó sobre la espalda. Comenzó a hacerle cosquillas y Tom intentó zafarse, riendose a carcajadas.

-Me rindo- dijo con la respiración entrecortada y una sonrisa de oreja a oreja en el rostro- Me rindo. Lo siento, por despertarte así.

-Disculpa aceptada- apartó sus manos de las axilas de Tom y se inclinó sobre él, dejando un beso casto en su boca.

Tom soltó una exhalación con una sonrisa en el rostro y ojos soñadores. Noa gateó hasta él y se subió, con las piernas a los lados de su cadera.

-¿Dormimos tantas horas?- preguntó Noa, poniendo una mano en el pecho de Tom y su barbilla encima. Él asintió con la cabeza- Tal vez debería ir a casa.

-No me suenas muy convencida- Noa sonrió, cómplice.

-Tal vez no lo estoy- amaba la intimidad que guardaban esas cuatro paredes de la habitación de Tom, y aún así, estaban hablando en susurros, muy cerca los labios del uno y del otro- ¿Tú qué opinas? ¿Debería ir a casa?

-Yo creo que, me encantaría que te quedaras aquí- expresó Tom- pero si tienes que ir a casa, tienes que.

-Que aguafiestas- suspiró Noa con fingida ofensa- Creo que entonces iré a casa. Ya es hora. Harry debe estar preguntándose por mi.

Siendo honestos, no estaba muy segura de eso último, y Tom parecía estar pensando lo mismo porqué enarcó una ceja con una sonrisita.

-¿Harry?- se burló- Él debe estar pasándosela muy bien con algún novio.

Noa lo miró extrañada y ciertamente algo ofendida.

-¿Novio?

-Bueno, sí, ¿no?- Tom la miró como si fuera demasiado obvio y Noa le devolvió la mirada, confundida.

-Harry no es gay- aclaró ella, pero algo en su interior no estaba del todo segura.

-Estoy seguro de que lo es- dijo Tom con tal seguridad que la hizo dudar de su propia convicción. ¿Cómo podía estar tan seguro? Tom no podía conocer mejor a Harry de lo que ella lo hacía.

-¿Cómo estás tan seguro?- Tom pareció darse cuenta que Noa no estaba fingiendo y la expresión le cambió a una más seria.

-Noa, pensé que lo sabías- lo vio vacilar al respecto- No creo que sea apropiado que yo te lo diga entonces.

-¿Decirme qué?- Tom negó con la cabeza, intentando dar el tema por finalizado-¿De verdad piensas que Harry es gay?

-Sí- afirmó Tom, sin dar mayor detalle.

My museWhere stories live. Discover now