29

142 20 16
                                    

Sintió el reflujo subir por su esófago. Harry se apresuró a tomar el bote de basura más cercano y se lo ofreció mientras Noa se arqueaba. Él le sujetó el cabello mientras ella vomitaba, notando que el vómito era rojo por el vino. Cuando finalmente terminó, Noa respiró con dificultad y se abrazó a sí misma en la cama.

Harry se incorporó en la cama y se acercó gateando hacia ella. La tomó entre sus brazos, y Noa cerró los ojos, apoyando la cabeza en su pecho, aún demasiado atónita para articular palabras. Su cuerpo hablaba por ella; sus manos temblaban, y podía escuchar el retumbar de su propio latido en sus oídos. Se aferró al brazo de su amigo, casi encajando las uñas en su piel.

Harry dejó un tierno beso en su cabello.

-Noa- la llamó en voz baja- ¿Enserio lo amas? No...no sé, yo pensé que solo era una aventura.

-No sé qué es lo que has escuchado, pero-Noa tomó aire y tragó saliva, su boca tenía un sabor raro-Lo amo, como no tienes una idea.

Era la primera vez que le decía a alguien más lo mucho que amaba a Tom. Era extraño poder hablar de eso con Harry. Ya no tenía que seguir ocultando lo mucho que amaba a ese hombre, y quién sabe, tal vez Harry lo había notado desde hace mucho tiempo. Pero en ese instante, todo eso no le interesaba como pensó que haría. Definitivamente, lo que más nos preocupa nunca sucede como pensamos. Nunca se imaginó que este sería el giro que daría su relación, no un embarazo y menos de Jess.

Pudo sentir cada parte de Harry tensarse, pero no la soltó. En su lugar, acarició su brazo con cariño y dejó pequeños besos en su pelo hasta que Noa dejó de presionar sus dedos con tanta fuerza en su brazo. Entonces, lo soltó y, mirándola directamente, puso un mechón de su cabello tras su oreja. Noa desvió la mirada a cualquier otro punto de su habitación

-¿Qué tan segura estás de que el bebé sea de Tom? -preguntó ella, a lo que Harry suspiró y se encogió de hombros- No puede ser de él.

-¿No? -preguntó Harry, mirándola como si fuera obvio.

Mierda. Claro que podría ser de él. Ese hombre parecía no conocer la definición de condones, y si bien antes no le molestaba, ahora quería agarrarlo a golpes por eso. Como Noa no argumentó nada, Harry continuó hablando.

-Honestamente, no sé qué tan segura estás de ello -dijo Harry- Pero sonaba muy convencida. Quería hablar con él lo más pronto posible.

-Dios -exclamó ella, pasando una mano por su rostro con frustración- ¿Desde cuándo lo sabe?

-Sí se lo pregunté, pero no me lo dijo -explicó Harry- Creo que no lleva mucho que lo sabe, y apenas me lo dijo anoche.

-¿Por qué te lo dijo a ti y a mí no? -cuestionó ella, extrañada- Estuvimos mínimo treinta minutos juntas y no mencionó nada.

Harry apretó los labios y se removió en su lugar, incómodo.

-No quería que lo supieras todavía -dijo Harry- Cree que la vas a juzgar, o no sé, pero se siente insegura.

-¿Insegura? ¿Jess? -soltó una risa carente de gracia y negó con la cabeza- Por favor. ¿Desde cuándo le importa lo que opine?

-Eso fue lo que ella me dijo -respondió Harry, levantando ambas manos- No sé qué tan cierto sea.

-No es como si no me fuera a enterar de que tiene un bebé -respondió ella, poniendo los ojos en blanco.

Harry la miró en silencio, como siempre hacía, sin opinar demasiado, analizando todo. Noa comenzó a morderse las uñas, a lo que él le dio un suave manotazo.

-¿Y si está mintiendo para volver con él? -preguntó Noa, con un tono de voz desesperado que se ganó una mirada sorprendida de Harry-¿O ahora resulta que solo se ha acostado con él? Podría ser de cualquiera.

My museWhere stories live. Discover now