Capitulo 163: Confesiones Inesperadas

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—¿Visita o cita?

—Visita.

En la recepción del hospital, Kazuma dialogaba con la recepcionista.

Después de un breve diálogo con la hermosa chica de ojos mieles, Kazuma avanzó con paso firme por los pasillos del hospital.

—¡Señorita Aqua! ¡Señorita Aqua!

—¡Qué alegría verla nuevamente por aquí!

Un nombre bastante familiar llegó a los oídos de Kazuma.

Causando que se paralizara antes de cruzar el marco de aquella puerta.

Cuando se volteó, ahí la vio. A esa chica de cabellos azules, cuya sonrisa resplandecía con el claro de la mañana.

—Jajaj, ¡hola, hola! Veo que siguen igual de animados, oigan ¿qué dicen sí vamos a arrojar papel de baño a las casas de los no creyentes? Tranquilos, vendremos antes del almuerzo.

Aqua mostró múltiples rollos de papeles, Kazuma juró que los ojos de los niños se iluminaron en son de emoción.

—¡Así les diremos que cayeron bajo un embrujo y la única forma de ser purificados en firmando esto!

Uno de los niños dio un vistazo a papel que tenía Aqua.

—¿Hmm? Esto parece ser un registro para el culto de Axis.

—¡Eso es! ¡Arrojémosle los registros a sus casas, así finalmente demoleran la iglesia de esos locos!

—¡¡Si!!

Los niños que por votación mayoritaria se esfumaron de repente entre risas.

—¡¿Eh?! ¡Hey, esperen! ¡No se suponía que debía ser así! ¡Eso es herejia hacia mi imagen! ¡¡ESPEREEEEN!!

[—Hey, despierta.]

El fantasma de su contraparte lo hizo salir del shock del momento.

[—Seguramente llegó aquí para tratar a los enfermos.]

'Si... Seguramente sea eso'

Sería incómodo verse frente a frente, por tal motivo Aqua se desconcentraría en hacer su trabajo.

Kazuma dio media vuelta para posteriormente cruzar el marco de la puerta.

La luz del sol entraba por las ventanas, bañando el lugar con un brillo cálido y reconfortante.

Los rayos se filtraban suavemente entre las persianas, proyectando sombras ondulantes en las paredes y el suelo.

En medio de ese ambiente sereno, Kazuma se sumergió en sus pensamientos.

Se adentró en su mente como en una piscina, sumergiéndose lentamente en un océano de recuerdos.

***

Minutos antes, Wolbach y Kazuma se levantaron del cesped dispuestos a partir por diferentes caminos.

El viento suave mecía sus cabellos, mientras sus miradas se encontraban en un juego de interrogantes.

—Aún no me dijiste del por qué estás aquí.

—Investigando.

Pero Wolbach no parecía estar satisfecha con la inmediata respuesta de Kazuma.

— ¿No estarás saliendo a escondidas con esa niña dragón otra vez, verdad?

Esa pregunta hecha por Wolbach inquiría una faceta más oscura de Kazuma que ya lo estaba hartando.

Konosuba:  Mímica empaticaWhere stories live. Discover now