Capítulo 16: El Templo de Urek

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La isla de Urek se encontraba mucho más oculta de lo que esperaban, de no ser porque Fred conocía perfectamente el archipiélago de Warenta probablemente hubieran tenido que revisar isla por isla hasta encontrar la correcta.

Una vez que arribaron la discusión entre Fred y Riande continuó.

—Tú debes quedarte en el barco —decía Riande.

—¿Y perderme la aventura? —decía Fred con elocuencia— ¡Estás loco!

—Puede que sea un lugar demasiado peligroso para un humano sin un don —insistía Riande

—He sobrevivido solo por 23 años ¿Crees que me da miedo explorar la isla? —replicaba Fred— Además, seguramente la conozco mejor que ustedes, si buscan un tipo de planta o un recinto escondido soy la persona indicada.

—Solo necesitábamos que nos trajeras, no que nos escoltaras —continuaba Riande.

—Apuesto a que pasaran días explorando la isla y yo podría llevarlos en cuestión de horas.

Riande estaba dispuesto a continuar con la discusión, pero Aleck lo agarró del hombro para calmarlo.

—Tiene razón, ninguno de nosotros ha estado aquí antes, además si Fred se va no podremos salir de la isla.

—Yo creo que es buena idea que nos acompañe —agregó Shana.

—¡¿Tú también?! —cuestionó Riande.

—Excelente —dijo Fred satisfecho— tres contra uno, está decidido ¡Iré con ustedes!

Contrariado y molesto, a Riande no le quedaba más que acceder, pero no bajaría la guardia, consideraba que Fred podría ser una carga o quizás peor, que realmente fuera a entregarlos a la Legión. Mientras tanto Aleck y Shana tenían una buena corazonada respecto a él, parecía alguien verdaderamente dispuesto a ayudarles.

—Muy bien señor guía ¿Conoces algún templo por aquí? — preguntó sarcásticamente Riande.

—¡Por supuesto! —Mintió Fred.

Bajaron del barco y siguieron a Fred al interior de la isla, era verdad que había explorado varias veces el lugar, pero no sabía si había un templo como el que buscaban, en realidad, jamás había visto un templo ahí, hasta que recordó un lugar de una historia que su madre solía contarle de niño y sabía que podría ser el que buscaban.











Urek, antes de ser abandonada, era una isla con poca población, pero eran los mayores adoradores del Dios de la Luz, Xpertaris. Además, toda su gente fue bendecida por el Dios Aradi con el don de la magia, era un pueblo que a pesar de ser primitivo era prospero gracias a los dioses que habían llenado la isla de alimento y un clima favorable para la agricultura. La abuela de la madre de Fred había sido nativa de ahí, hija de pescadores que sacaban del mar únicamente lo necesario para sobrevivir y mantener el equilibrio entre la magia y la naturaleza. Urek había sido de los pocos lugares que no habían sido afectados durante la guerra santa y la invasión de los demonios por lo que su gente se consideraba afortunada, la isla había sido despoblada por órdenes del Rey Zacian de llevarse a todos los magos a trabajar a la Torre. Fred había visitado la isla un par de veces buscando una conexión con su pasado y muchas otras veces implorándole a los dioses por un don para poder volverse a reunir con su familia.

Fred recordaba grandes historias del lugar que primero su abuela le contó a su madre y posteriormente ella a él.

—En lo alto de la colina más verde de Urek, hay una cueva cuyo interior siempre está iluminado, la magia se siente como en ningún otro lugar de la isla, las flores ahí siempre florecen en un color anaranjado y el cielo azul siempre está despejado aún en los días de tormenta, la gente de Urek alzó ahí el mayor templo en honor a Xpertaris. La entrada a la cueva está protegida por una gran puerta de piedra tallada a mano por los ancestros, además, esta solo puede abrirse ante las personas que los dioses aceptan —contaba la madre de Fred.

Eclerion: El Legado del ReyWhere stories live. Discover now