Capítulo 34: El Regreso de la Oscuridad

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Shaitan había logrado llegar a Grogor, pero todavía le faltaba encontrar la puerta, había explorado una gran cantidad de veces el lugar con la finalidad de descifrar el algoritmo de los cambios de Grogor para cuando ese día llegara, y a pesar de eso, la ubicación de la puerta y los cambios en el terreno no seguían ninguna lógica ni patrón, pero esta vez, a diferencia de las anteriores, llevaba las tres gemas y había creado un hechizo para que, como llaves de la puerta, lo llevaran hasta ella.

Grekulio estratos maluana Edrena imprisa demoniae gliferio.

La piedra de la corona y las dos del collar se iluminaron, y, aunque la de Shana no se moviera de su lugar, las otras dos levitaban llevándolo hasta la ubicación actual de la puerta. Caminaron en dirección a ella siendo un camino verdaderamente tedioso que se redireccionaba constantemente con cada cambio de Grogor. Una vez frente a la puerta, Shaitan dejó a Shana en el suelo y fue hasta la puerta colocando las dos gemas que tenía en su respectivo lugar, gracias a las dos gemas la magia que cambiaba el terreno de Grogor se estabilizó, no habría más cambios en la tierra, solo faltaba la tercera y el encantamiento para liberar a la raza demoniaca de su prisión, Shana despertó justo a tiempo para poder presenciar el momento.

—Tu plan no funcionará, todavía te hace falta la última gema —dijo ella.

—Por supuesto, la gema de la luz, precisamente por eso te traje aquí.

Shaitan apareció frente a ella en una nube de humo negro haciéndola asustar, no como para gritar, pero si suficiente para hacerla caer.

—Luka fue muy listo al proteger la corona para que no te la pudiera quitar, pero tuve 30 años para aprender hechizos, alguno servirá para quitártela. —Shaitan extendió su mano y debajo de ellos apareció un gran sello mágico color rojo, de él salieron cadenas negras que envolvieron el cuerpo de Shana.— Además, lo bueno de todo esto es que recuperaré a mi mascota.

Shana sentía miedo, esperaba que el hechizo de Shaitan no funcionara, trató de correr, pero el hechizo se lo impedía, entonces Shaitan empezó a recitar.

En pleno hechizo, Elliot, Aleck y Zacian cayeron desde una altura no muy elevada al suelo permitiéndoles caer de pie, para su suerte habían aparecido fuera del sello mágico de Zacian, pero estaban suficientemente cerca como para ver lo que pasaba. Los tres se apresuraron a atacar a Shaitan, ataque tras ataque no solo los repelía, cuando contra atacó logró herirlos, estaban por volver a levantarse, pero era demasiado tarde, él rio maléficamente.

—Llegan tarde héroes. —Anunció Shaitan con una gran sonrisa malvada.

El sello se desvaneció junto a las cadena, Shaitan apareció detrás de Shana removiendo con gran facilidad la corona, retiró la gema y arrojó la tiara al suelo. El poder de la piedra quemaba la mano de Shaitan, pero aguanto el dolor. Ellos trataron de re atacar, pero Shaitan se teletransportó hasta la puerta colocando la última de las gemas en ella.

La puerta se iluminó primero en amarillo, luego verde, posteriormente azul y finalmente una luz roja pasó a ser negra que marcaba la apertura de la Puerta, pero todavía tenían tiempo, los demonios tenían que esperar a que el ritual se terminara, mientras Shaitan no recitara el hechizo todavía contaban con una hora antes de que los sellos se rompieran.

Shaitan estaba parado frente a la puerta esperando el regreso y resurgimiento de su raza para reclamar la tierra de Eclerion como suya. Respiró profundamente saboreando la victoria y comenzó a recitar en el idioma de los demonios el hechizo que los liberaría.

Todos observaban, Shaitan lo había logrado, debía haber algo que pudieran hacer antes de que se desatara la oscuridad, entonces Aleck la vio, él había caído cerca de la corona, se arrastró hasta ella y la colocó en su cabeza. Una vez en él, las runas de la tiara brillaron y la corona desapareció en chispas de luz y Aleck se cubrió en fuego, un fuego que a pesar de su calor no quemaba y no hería, al contrario, el fuego que lo envolvía en forma de gran ave lo curaba y otorgaba fuerza. La gran ave de fuego después fue absorbida por el cuerpo de Aleck, ese era el poder que le hacía falta, el poder que Luka había cedido finalmente estaba de vuelta, Aleck por fin tenía su poder completo.

Desde la sensación de su cuerpo hasta el cómo sentía el poder y flujo de magia a su alrededor era diferente, sus ojos se tornaron amarillos y su cabello casi blanco como el de Samsara, podría decirse que por un momento dejó de sentirse como un humano, se había vuelto completamente uno con sus bendiciones.

Aleck aprovechó la distracción de Shaitan para realizar el hechizo que Samsara le había enseñado, aquel que solo el kirili podría realizar, capaz de traer luz en los lugares donde solo quedaba oscuridad, capaz de acabar con los demonios.

Ekrenor merlion familu exuma ektra lucius ztartor exhilum. —Recitó Aleck en voz alta.

El hechizo de Aleck salió en forma de una gran cantidad de flechas de luz divina que atravesaron el cuerpo de Shaitan provocando un gran alarido y frenando el ritual, primero trato de oponer resistencia, pero la cantidad de luz era tanta para una criatura de la oscuridad que a pesar de no poder matarlo, la luz consiguió petrificarlo.

—Al fin terminó —dijo Zacian feliz de ver a Shaitan como piedra.

Aunque quizás había cantado victoria demasiado pronto.

—AAAAGGGHHHH!!!!! —gritó Shana retorciéndose de dolor.

Ahora que no tenía la tiara ni la gema no había nada que impidiera que se desatara su maldición. Los tres corrieron hasta ella, su cabello se había tornado completamente rojo y después oscureció rápidamente, sus ojos primero perdieron color y después su pupila desapareció, sus ojos se pintaron completamente de negro y sus pupilas de rojo mientras que unos enormes cuernos crecían en su cabeza. Una vez que su cabello alcanzó el color negro, su cuerpo se transformó también, creció en un gran tamaño conforme se transformaba hasta que finalmente se convirtió en un gran demonio maligno. Era una quimera de seis patas, su cuerpo parecido al de un dragón, su cabeza como la de un león con grandes cuernos, en su cola tenía un gran aguijón como el de un escorpión, al rugir podían ver su gran cantidad de hileras de dientes como las de un tiburón. Sus escamas rojas con negro, su imponente tamaño y la ferocidad contra los que alguna vez fueron sus amigos y familia demostraban que ella ya no tenía control sobre el demonio.

Eclerion: El Legado del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora