Capítulo 32: Xeris

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Volaban por encima de las nubes con una magnifica sensación de libertad que no podían disfrutar mucho por el estrés del duelo que estaban por librar.

Tardaron varias horas en llegar a la capital. Conforme se acercaban a Xeris alcanzaron a ver a la Alianza que ya se encontraba en posición, entre ellos podían ver que Fred y Jero habían llegado junto con las hadas, orcos, elfos, enanos y un pequeño grupo de humanos todos listos para que cuando Aleck lo indicara entrar a la ciudad a atacar.

El verlos llenaba de felicidad y ánimo a Aleck, no esperaba en verdad contar con tantos aliados, se daba cuenta que en verdad todos ellos lo habían estado necesitando más de lo que el pensaba, todos llevaban años preparándose para contraatacar, solo necesitaban de alguien que los liderara.

—Elliot —indicó Aleck haciendo una señal con la mano.

—Entendido.

Elliot realizó un hechizo para disparar magia en forma de bengala para anunciar el inició la pelea. Los que esperaban abajo lo comprendieron de inmediato, esta era la señal que ocupaba Luka para alertar a la Alianza en cada batalla, todos salieron de su escondite y se adentraron a Xeris con un gran grito de guerra. La luz no solo los alertó a ellos, sino también a los guardias de la Legión quienes solo se percataron de momento del gran dragón y la yakba que volaban en su dirección. Los magos de la torre, quienes atacaban al cielo, fueron sorprendidos por el ataque terrestre de la Alianza. Orcos, Elfos, Enanos, Hadas y Humanos se encontraban peleando por Eclerion contra la Legión Oscura abriéndoles paso a Shana, Elliot y Aleck hasta el castillo.

Aterrizaron en una de las torres del castillo, Ori lanzó fuego contra los guardias que iban en su dirección mientras Héctor los hizo caer al golpearlos con su cola. Tras eso el camino estaba despejado.

—¿Cómo nos dividimos? —preguntó Aleck.

—¿Dividirnos? Iremos contigo —dijo Shana—. No hay forma en que te dejemos ir solo.

—Yo soy kirili, soy yo quien tiene que acabar esto.

—Pero venimos contigo para apoyarte. —Insistió Shana.

—Elliot y yo lo estuvimos hablando, lo inteligente sería atacarlo los dos juntos, pero en tu estado actual no estamos dispuestos a comprometerte, lo prudente es que él se quede contigo en caso de que no logre separar a Zacian de Shaitan. La corona posee la última de las gemas, por lo que si pierdo todavía tendríamos esa ventaja sobre él.

Shana no estaba convencida, sabía que lo que Aleck decía era verdad, lejos de ayudarlos ella solo retrasaría el plan, por lo que a pesar de odiar la idea no tenía más remedio que aceptar, eso era algo que los chicos ya habían decidido. Asintió aceptando a regañadientes. Entonces Elliot puso su mano sobre el hombro de su hermana para reconfortarla.

—Tú dirígete al ala oeste y sube siguiendo la alfombra morada, cuando veas una puerta de dos hojas habrás llegado hasta donde debe de estar Zacian —dijo Elliot—. Nosotros atacaremos a los guardias del interior del castillo para que no te persigan.

—Cuento con ustedes.

Aleck corrió en dirección al ala oeste como Elliot le había explicado, Shana observaba con impotencia como Elliot y las criaturas atacaban a los guardias hasta que su hermano realizó un hechizo mientras los guardias estaban inconscientes.

Expiriyum purifae mentur. —Recitó.

De la cabeza de los guardias salía humo oscuro, una gran cantidad hasta que poco a poco el color se fue aclarando hasta dejar de salir.

—¿Qué es lo que hace ese hechizo? —preguntó Shana.

—Me lo enseñó Samsara, sirve para liberar sus mentes del control de la oscuridad, pero para lograrlo la persona tiene que no poner resistencia.

—Esperemos que cuando despierten quieran ayudarnos.

—Lo harán, estoy seguro.





Aleck llegó hasta la alfombra morada, sujetó su báculo con fuerza, respiró profundamente y caminó sigilosamente subiendo las escaleras hasta llegar a la puerta. Este podía ser el fin de su aventura, estaba a punto de enfrentarse a lo que él consideraba su último obstáculo y aunque sabía que solo tenía la mitad de su poder, solo tenía que lograr separarlos. Cuando Shaitan saliera del cuerpo de Zacian retomaría su forma demoniaca y entonces, en teoría, sería mucho más sencillo de derrotar.

Eclerion: El Legado del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora