Capítulo 16: Química

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Eider

Lo primero que hice en cuanto llegue a casa tras lo ocurrido en la pista de hielo, fue llamar a mis amigos. Le había explicado a Greg con lujo de detalle mi encuentro con Jared y la razón por la que finalmente estaba dispuesta a intentarlo todo, aunque terminará con el corazón roto. Greg, por supuesto, me animo a dar el primer paso e insistió que Zia me diera un par de clases de coqueteo, para que ninguno de ellos interviniera más de lo debido.

No había nada nuevo en los consejos de Zia, de lo que había visto en películas; jugar con mi cabello, tocarlo con disimulo, reír de sus chistes; y el más importante de todos, adularlo moderadamente, pues al parecer a los chicos les gusta que aumenten su orgullo.

Ese último no representaría un problema por dos razones; uno, porque yo lo admiraba bastante, y dos, porque él iba a ayudarme con la tarea de química; desde hoy, hasta que pudiera entregar el cuestionario con la menor cantidad de errores posibles.

Tras terminar las clases, Jared y yo acordamos en ir a su departamento a estudiar porque era el más tranquilo; y porque yo no quería lidiar con las miradas de mi padre. Era la primera vez que estaba en su departamento, al menos la primera donde sabía que él vivía ahí. El lugar no quedaba lejos, a tan solo 7 minutos caminando de acuerdo a mi reloj; por lo que no tardamos en llegar al edificio donde vivía.

—Ya conoces el lugar— comentó abriendo la puerta del lobby.

—No, realmente, solo he venido un par de veces— lo seguí hasta entrar al elevador, donde él marcó el piso 4.

—Estaremos solos durante un rato, Andrew llega tarde los martes porque suele quedarse a grabar algunos cortos— dijo tras ver su celular.— No te molesta, ¿cierto?

Negué repetidamente tratando de calmarme; parecía que por una vez la suerte estaba de mi lado. No tener a nadie mirando mis intentos de coqueteo me aliviaba bastante. En cuanto salimos del elevador, el lugar se llenó de ruido: unas cuantas risas y música extremadamente alta. Jared se apresuró a abrir la puerta, descubriendo la escena causante de tanto ruido.

En la sala del departamento se encontraban 6 señoras que rondaban entre los 60 y 70 años jugando a las cartas; reunidas entre risas y bebiendo cerveza y lo que parecía ser vino.

—Me deben 100 cada una— una de las señoras estaba de pie extendiendo la mano, como si exigiera su pago.

—¿Abuela?—Jared tomó un control y bajo el volumen de la música.— Creí que saldrías.

—Jared, ¿qué haces aquí tan temprano?— una señora de ojos ligeramente rasgados se paró de golpe.

— Vine con una amiga a estudiar — me señalo y yo saludé con la mano.

—¿Amiga?— la señora se acercó a mí— Hola, pero si eres muy bonita. Soy Jia Wang, un gusto.

—Un gusto señora, soy Eider Rhodes.— le ofrecí mi mano, que la acepto encantada.

—Tu cara se me hace conocida¿nos hemos visto antes? Preguntó una de las señoras con el cabello canoso y ligeros rulos a quien no recordaba haber visto; negué—. Oh, ya sé, eres la novia del nieto del Señor Adams.

—¿El señor Adams?— pregunto la abuela de Jared.

—Sí, ya sabes. Su hijo tiene una pizzería, aunque también vende comida italiana.

—¿Habla de Greg?— me miró sin entender—El chico alto de cabello rizado.

—Tienes razón Mary, la he visto cuando vamos a jugar cartas en la pizzería— comentó otra de las señoras.

First Love | First #1Where stories live. Discover now