Capítulo 21

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NARRA APOLO

Samantha estaba todos los días a todas horas junto a Jade. Eso demostraba mucho, mis padres lloraban a todas horas. Yo no entendía porque a ella también era culpa mía por dar la idea... Mientras Jade se recuperaba ya que había sufrido un traumatismo que le hizo perder el conocimiento y llevaba días sin despertar. Fui a llevarle un café a Samantha. Mientras lo hacía pensé en Noa, ella me había repetido mil veces que no era culpa de nadie.

Apolo: Toma Sam- le doy el café. Sus ojos rojos.

Sam: Gracias- Se toma un poco- necesito escuchar su voz- sollozo.

Apolo: Va a estar bien- la abrazo por primera vez en mi vida.

Sam: Recuerdo cuando estaba enferma y se coló en mi habitación... y ella me arropó, se pensó que no la vi- toma un sorbo- ella me cuidaba aunque también me odiaba- contradictorio.

Apolo: Nunca pensé que ver a Jade así... por alguien- me mira- mucho menos contigo pero enserio- suspiro- cuando ella esté bien... no vuelvas a hacerle daño- pongo mi mano en su pierna le doy una leve caricia y me voy.

NARRA CLARA

Fuimos al hospital Sabrina, Guillermo, Adrián y yo. Alberto y Julia no podía aunque nos dijeron que con cualquier cosa nos avisara.

Samantha se negaba a salir de ese hospital, aunque nadie tocara el tema, todos estabamos en un momento de shock. Sabrina estaba ojerosa al igual que su marido y me parece normal. Llegamos y allí estaba tal y como la dejamos la noche anterior sentada en la silla. Apolo estaría dentro.

Sam: Buenos días- dice sin ganas.

Sabrina: Deberías irte a casa- le acaricia la cabeza.

Sam: Estoy bien- se levanta- Apolo está dentro.

Noa no podía salir de la cama, todos estabamos pasandolo muy mal. Al cerrar los ojos veo a Jade de pequeña tirándole del pelo a mi hija, la extraño.

NARRA APOLO

El pecho de Jade subía y bajaba, yo mientras le contaba lo que Sam hacía y lo que hizo por ella. Sus labios estaban secos y estaba blanca. Verla tirada en la orilla de ese lago fue traumático. Ver a Samantha sin habla, a Noa sin poder levantarse de la cama, la ambulancia a toda velocidad... todo.

Aún pienso que podría haberme callado y pasar el día en el pueblo. La abuela de Samantha llama todos los días. Llaman a la puerta, abro y es mamá, me da un beso y entra. Salgo y veo a todos, Enzo se quedó unos días con Luisa, gracias a ella hemos conseguido que Jade tenga atención las 24 h, supongo que ella conoce a muchos médicos.

Sam: ¿Despertó?- niego y vuelve a sentarse.

Guillermo: Samantha- esta le mira- queremos que vayas a casa, que estés hoy allí y vuelvas mañna

Sam: Gracias tío pero prefiero quedarme- mi padre se sienta a su lado.

Guillermo: Te prometo que si despierta serás la primera en ser avisada y yo mismo iré por ti- ella me mira y asiento.

Sam: No sé, ¿puedo verla antes?- mi padre le deja entrar.

Unos minutos después sale con los ojos llorosos. Su padre se la lleva.

Sabrina: ¿Cómo estás mi niño?- me abraza.

Poco después apareció Tina, estuvimos hablando un buen rato. Pasaron dos días más hasta que vimos a una enfermera correr dentro, Sam se levantó rapidamente y yo la seguí, vimos a Jade despertar.

El rostro de Samantha se iluminó, yo estaba llorando, cogí el teléfono y llamé a todos. Sam estaba dentro con ella. Se podía escuchar como lloraba de alegría.

NARRA JADE

Desperté con un gran dolor de cabeza, que había pasado. Veo a una enfermera.

Jade: ¿Dónde estoy?- digo sin voz a penas- ¿he muerto?- se ríe.

Enfermera: No has muerto pero casi- me da un poco de agua- hay dos chicos que no se han despegado de la puerta, ¿quieres que entren?- asiento, sale y entra Sam.

Mi corazón se aceleró.

Se acercó con mucho cuidado y con una pequeña sonrisa. Se puso apoyada en la cama acariciándome el rostro.

Sam: ¿Te acuerdas de algo de lo que pasó?- niego- cuando salgas de aquí te explicaremos bien- sus labios y sus ojos estaban preciosos ese día, sus ojos azules brillaban- no me quise despegar de ti- agarra mis manos- solo quería que despertaras y poder besarte.

Jade: Hasta ahora no lo has hecho- agarro su suave mandíbula y nos damos un besito.

Sam se quedó con la boca entreabierta y yo suspiré.

Sam: Se me hizo eterno estos días- no sabía cuanto había dormido, ni que había pasado, estaba confusa.

Jade: ¿Mis padres?- me explica- ¿y Apolo está aquí?- asiente.

Sam: Voy a decirle que pase- así lo hace.

Veo a mi hermano con los ojos rojos entrar y abrazarme, pero ¿cuántos días estuve aquí? Miro el calendario cerca de la puerta, estabamos a 28 y fuímos el 20 a por Sam. Habían pasado alrededor de 5 días, estoy tan cansada que me duermo después de hablar con Apolo, hasta que llegan mis padres. Ellos me explicaron todo, sin saltarse el detalle de saber que teníamos algo Sam y yo.

Sabrina: Eso es otra historia, ya nos explicaréis, lo importante es que estes bien- me besa la frente- no sé que haríamos sin ti- lloriquea, rodeo los ojos.

Guillermo: En nada te darán el alta y nos iremos a casa- me acaricia la rodilla.

Poco después entró Luisa, Enzo, tía Clara y tío Adrian, charlamos un rato a pesar de estar incómoda ellos sabían que me revuelco con Sam. Noa, Tía Julia y tío Alberto aparecieron. Todos me dieron mucha atención y amor, como debe ser. Quien es capaz de no amarme. Samantha vuelve a entrar.

Sam: ¿Cómo estás?- se acerca, puedo ver sus ojeras en las que no me fije antes.

Jade: Cansada, ¿dormiste algo estos días?- niega.

Sam: Poco o tenía pesadillas o no podía- besa mi frente- no quiero perderte- susurra mirándome.

Jade: No me quiero separar de ti- me abraza despacio y sin apretar- Samy ve a descansar te prometo que convenceré a mamá para dormir contigo cuando vaya a casa- acaricio su mejilla- necesito que descanses- niega.

Después de intentarlo mil veces termina cediendo, papá se quedó esa noche conmigo.

Guillermo: Tu madre esta atacada tanto por lo que paso como lo que tienes con Sam, explicame que ocurre con eso.

Jade: Nos besamos y bueno no pudimos parar de hacerlo- me escucha atentamente.

Guillermo: Quisiera escuchar que es una broma, nadie confía en esa... "relación" no por no tolerar sino porque no estáis hechas la una para la otra- suspiro.

Jade: Quiero pensar que os equivocais- me cruzo de brazos- yo la quiero papá- se sorprende y no vuelve a formular palabra.

Finalmente caí rendida, pensando en Sam en lo que me gustaría hacer con ella al salir de allí.

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