Capítulo 2

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NARRA LUISA

Llevaba sin hablar con mi hermana casi una década y ahora se atreve a venir, le daré un par de bofetadas para que aprenda a comunicarse, la extraño tanto. Al fin podría verla, estoy loca por abrazarla. Christine y yo estabamos en la cama ya que era mi día libre y el suyo también.

Chris: ¿Qué dijo tu mamá?- le doy un beso al verla despierta.

Luisa: Sam viene esta noche- digo sonriente.

Chris: Eso es magnífico- me abraza- me alegro mucho amor- estaba enamorada de Christine pero me daba miedo pedirle que se case conmigo.

Me costaba horrores decirle lo que sentía, eso era un problema, ella pensaba que yo no la quería, aunque siempre intentaba demostrárselo. Fui a por el desayuno a la pastelería y de paso le compré un ramo de rosas. Los ojos de Christine se volvieron brillantes, ella amaba las flores.

Luisa: Te amo mucho Christine- sus besos me hacían sentirme tan bien.

Chris: No quiero que te vayas nunca de mi vida- la abrazo.

Luisa: Nunca mi amor siempre lucharé por ti- sonríe.

Nos costó mucho estar juntas, confiar la una en la otra. Terminó por funcionar, vivimos juntas y nos va bien, Christine montó su propia peluquería que tenía mucha fama en la ciudad y yo me convertí en la jefa del bufete de abogados de tio Albert, él abrió otro y decidió dejarme al mando. Eramos felices en nuestro dúplex pero se que ella quiere más.

Christine y yo nos besamos varias veces, ella y yo estabamos tan enamoradas, mis papás y mis tíos les pareció bien, se sorprendieron al ver que todos sus hijos e hijas habían estado juntos.

Chris: Hazme tuya- dijo abajo de mi.

Sin esperar mucho más le quite toda la ropa. Ella me quitó la mía, a pesar del tiempo que llevamos juntas nunca nos cansamos la una de la otra. Ataco su cuello mientras sus manos agarran mis cabellos.

Chris: No me sueltes- dice mientras la sujeto de su trasero.

Miro sus labios, maldita sea quiero casarme con ella y hacerla feliz. Nos besamos un largo rato hasta que noto como mete sus dedos dentro de mi. El momento era tan perfecto que no parecía real.

NARRA JADE

Estaba comiendo algo con Lucas hasta que mi hermano me llama.

Apolo: Hermanita, necesito que te quedes con Henry y me lo devuelvas en la casa de tía Clara- Lucas asiente, ellos dos se llevan muy bien.

Jade: Tráelo- mocoso, es tan parecido a mi que no puedo aguantarlo mucho rato.

Lucas: Yo me encargaré de él- sonríe- oye ¿cómo que... en casa de tía Clara?- pregunta extrañado.

Jade: Ah, es que va a celebrar una cena de bienvenida a Samantha, una hija suya que vive fuera- digo nerviosa y él frunce el ceño.

Lucas: Nunca me dijiste nada de ninguna Sam ni de que tenias otra prima- ni pensaba contartelo.

Jade: Se me pasó hace mucho que no hablamos- sonrío falsamente.

Lucas: Entonces... ¿te acompaño? Me gustaría conocerla y preguntarle sobre ti- no porfavor.

Jade: No... tía Clara no le gusta... que haya personas externas a la familia en su casa- se entristece pero encoge los brazos.

Lucas: No hay problema, otro día en otra ocasión- le doy un beso.

Viene Henry y se lanza a mis brazos, Noa y Apolo no se quedan mucho rato, buscamos caricaturas para Henry mientras le doy galletas y un zumo.

Lucas: Es idéntico a ti, que increíble es la genética- Lucas era pediatra, él estaba fascinado con los niños, en especial con Henry, por el parecido. Mi sobrino era parecido a mi, incluso más que a mi hermano.

Lucas no era muy cercano con mi familia ya que yo no quise, soy reservada en ese aspecto. Los únicos que lo conocen son Noa, Apolo, Luisa y Christine, ¿y para que más?

Cuando Lucas se fue, yo ya estaba lista para irme con Henry, el pequeño estaba muy tranquilo, él no tiene idea de quien es, no se espera que alguien nuevo esté. Llegamos a la entrada y no me alejé de él ni quité su manita, llamé al timbre y me abrió Enzo. El había crecido mucho, sus 13 años se notaban en la altura, Henry se lanzó a sus brazos y yo también, amaba a estos dos. Estaban todos menos Apolo y Noa, mis ojos buscaban a Samantha, cuando la veo ella está junto a su hermana abrazada mirando al niño, el pequeño se esconde tras de mi, lo cojo en brazos y le digo que no pasa nada.

Lo dejo en el suelo y va hacia mi madre.

Henry: Abuela, tengo sed- Samantha se pone blanca, más de lo que ya es.

Ella se levanta y va hacia la cocina, rápidamente le trae un vaso de agua al pequeño y este le sonríe tímidamente. Mientras los mayores hablan Samantha y yo no nos quitamos el ojo, nos sentamos juntas en el sofá y cuando voy a hablar las dos lo hacemos y reímos de forma tonta.

Sam: Cuanto has crecido- dice con una sonrisa- eres toda una mujer- sonrío con algo de nostalgia.

Jade: Si... tú también- le miro- te conservas bien- miro hacia abajo.

Sam: Tu hijo se parece tanto a ti, siempre pensé que mi hijo sería así- iba a hablar pero Clara hablo primero.

Clara: Bueno familia, vamos a comer... Noa y Apolo se retrasaron por el tráfico- nos sentamos, Sam frente a mi.

Estaba mayor... fue una sensación horrible de haberme perdido cosas de su vida que amaría haberlas visto, en su cara había tristeza. Entraron Noa y Apolo y Henry saltó de su silla.

Henry: ¡Mamiiii!- Sam frunce el ceño mirándome.

Apolo: ¿Cómo se porto tía Jade?- hizo un gesto con el pulgar hacia abajo.

Jade: Mocoso mentiroso- lo acuso.

Sam parece recuperar su color. Cenamos y nuestros padres se van afuera a beber mientras Sam recoge los trastes. Voy al baño y al volver intento salir pero una voz me interrumpe.

Sam: Pensé que...- dice avergonzada.

Jade: ¿Que era mío?- asiente- es mi sobrino y el tuyo- me mira.

Sam: ¿Estás con alguien?- encojo mis hombros.

Jade: Algo así...- me mira seria.

Sam: Me alegro mucho por ti- dice fríamente.

Jade: Me enteré que te va bien- asiente.

Sam: Encontré lo que buscaba- sonríe- estoy orgullosa por eso, pero cuéntame que es de ti.

Jade: Soy profesora de universidad- sonríe.

Sam: Estoy feliz por ti- no quería seguir conversando.

Jade: Bueno Sam... bienvenida de nuevo- hasta que se largue no quiero verla más.

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