Capítulo 19

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En mi mente sonaba "Playa privada" de Mora mientras besaba su cuerpo. Me deleitaba de sus suspiros. Su piel erizada me hacía enloquecer. Jade miro mi rostro y paso su mano sobre mi barbilla estando a la altura de sus piernas. Su boca entreabierta senti que quería decir tantas cosas.

Jade: Siempre fui tuya- me levanto quedando más alta que ella, solía ser habitual.

Agarro su rostro sus ojos chocaban con los míos con un brillo único.

Sam: Siempre has estado conmigo Jade- llevo su mano a mi corazón- aquí muy dentro- Beso sus labios como una maldita desquiciada.

Me da igual quien lo sepa quien se entere quien se oponga. Era mi momento. Su cuerpo y el mío se juntó mucho más, no quería dejar de besarla. Le quite la poca tela que llevaba buscando mas contacto. Sus manos estaban en mi cuello, no me separé en el proceso.

No quiero llegar a pensar que esta conexión es sexual, se que siempre ha sido una conexión completa. La dañe y le hice todo el mal que pude por ser egoista pero aún así siento que me ama, es gratificante saber eso.

Mientras intento no pensar mi boca agarra su pezón y sus piernas me envuelven y sus gemidos me causan un nerviosismo y unos escalofríos. Ella me saca mi lado más oscuro. Le doy la vuelta en el escritorio dejandola de espaldas, me mira de reojo con su labio inferior entre los dientes. Joder.

Sam: Necesito saber que puedo hacerte sin sentirme culpable- mis labios se posaron en su oído mientras su trasero se movía contra mi sexo.

Jade: Tú puedes hacerme lo que quieras- le doy una nalgada y gime.

Mierda no sentía control sobre mi.

Sin previo aviso penetro su intimidad, su trasero se eleva y sus piernas se abren a mi paso. Mientras la follaba mordía, besaba y chupaba sus nalgas, eso le fascinaba. No paraba de moverse nerviosa buscando más contacto con mi boca. Me atreví a besar la zona dandome cuenta que nos encantaba mutuamente, saqué mi mano concentrándome y profundizando lo que hacia con mi boca. No me disgustaba para nada.

Sus gemidos, el sonido de mi boca y sus movimientos me volvían loca. Tenía su trasero en mi cara sólo quería darle placer.

Jade: No pares- dice rapidamente- así- gime.

Con mis manos agarre sus piernas. Joder, esto era caliente. Le di la vuelta y ataque su sexo. Mi lengua jugaba cada vez más rápido. Me levanté dejandola aturdida por el placer. Besé sus labios mientras mi mano la tocaba e introduje un dedo. Gemía interrumpiendo el beso.

Jade: Joder Sam- gruñe arañando mi mejilla.

La penetre un buen rato deleitándome de sus caras.

Jade: Más fuerte- juro que estaba haciéndoselo lo más duro que hice jamás.

Recordé tener un arnes en el cajón del escritorio. Paré para ponérmelo. Nunca hicimos esto pero siento que hoy estamos abiertas a todo.

Me senté en la cama mientras ella captaba la indirecta. Se sentó colocándose sobre el objeto. Agarré sus nalgas con las dos manos mientras besaba sus pechos. Nunca la escuché así, desesperada por sentir placer.

Jade: Sam- Gime- muévete- la obedecí brincando con ella. Mi ego estaba por las nubes.

Le di la vuelta quedando sobre ella, la penetré más duro y rápido. Terminando por relajarse y empapar las sábanas. Salí de ella y me quite ese objeto quedando sobre ella sudando y jadeando.

Jade: Nunca me lo han hecho tan bien- dice con una voz irreconocible y un sueño que le invadía.

La besé suavemente metiéndola en la cama.

NARRA LUISA

Christine y yo escuchabamos en la habitación de Sam la fiesta.

Chris: La está matando- dice riendo.

Luisa: Quien será la que grita tanto de las dos- reímos- mañana lo sabremos cuando no pueda sentarse.

Chris se acerca y me da besos dulces en la boca.

Luisa: Te amo- digo apartando sus cabellos.

Chris: Quiero tener hijos- dice tímida.

Luisa: ¿Ya?- sonrío y asiente.

Chris: Quiero tener un hijo tuyo- lleva su mano a su barriga y la pongo encima.

Luisa: Podemos consultar- asiente besándome.

NARRA AUTORA

Los adultos se quedaron abajo, los genes fiesteros no lo heredaron los jovenes. Adrian estaba cantando junto Albert y Guillermo, nos causaba risas pero las madres no paraban de pensar en Jade y Sam. No querían más daño.

Sabrina: Tu hija y mi hija- se atreve a decir sirviendose una copa más- o se casan o se largan lejos para no saber nada la una de la otra- causa la risa de Clara.

Clara: Justo pensaba en ellas- Clara con esperanza imagino su boda. Peleando por quien corta la tarta o lanzándosela, asi eran ellas.

Y es que el destino había sido tan malo con ellas que a estas alturas nadie confiaba en algo estable y aunque a veces los pensamientos de las dos enamoradas eran puros y llenos de amor la confusión y los malentendidos les jugaban malas pasadas, el inmadurez de Sam había dañado a Jade irreparablemente. Al otro lado, Sam y su caos interior inexplicable causaba mucha inseguridad a la familia y a Jade. La cabeza le jugaba malas pasadas y su narcisismo era incontrolable.

Mientras que las enamoradas, Luisa y Christine hacían planes que Jade envidiaba sanamente. La pareja ansiaba un bebé. Por desgracia era muy poco probable Jade tuviera todo eso con Sam, quien sabe si algún día desapareciera de nuevo. Y es que dicen que la huida es una respuesta universal ante lo que produce temor o conflicto. Cualquier tipo de huida nos defiende de algo que nos resulta demasiado doloroso, demasiado arduo o que provoca un temor excesivo. En muchos casos huir es necesario e incluso sano. Eso pensaba Sam. No sabía que estaba equivocada y viviría en la ignorancia hasta que un día la realidad le daría en la cara. Jade estaba empeñada que el amor de Sam era el único que merecía y podría tener, dejando de ver el exterior y por supuesto dejando pasar oportunidades por alguien que nunca le daria lo mismo.

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