Esta historia va sobre dos mejores amigos que el fútbol los une, que están a punto de dar un paso más en su amistad, que creen que todo va perfecto para ellos. Pero algo sucede. El destino es demasiado cruel cuando ve que las cosas van bien, cuando...
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Dareck
Pol, Eva y Jade habían venido a mi entrenamiento. No solían hacerlo muy seguido ya que cada quien tenía sus cosas por hacer, pero había viernes en los que ellos estaban libres y venían a verme, también cuando había partido contra otro equipo venían a verme jugar.
—Dareck, después del entrenamiento te llevaremos a comer una pizza de tu tamaño —habló Pol y yo intenté callarlo,, pues el entrenador nos estaba escuchando.
—Nada de Pizza, Dareck.
—Descuide, no me gusta la pizza.
Miento, claro que me gustaba la pizza y claro que iríamos a cenar pizza, sólo eran palabras para el entrenador.
Parecía que no fui el único que había traído a sus amigos al entrenamiento el día de hoy, pues Marc había traído a dos chicas con él. Ambas eran muy lindas, seguro iban en su clase o algo así, era lo más lógico.
—Dareck, ven —Marc me tomó de la mano alejándome de mis amigos.
Vi cómo Jade y Eva susurraban cosas sorprendidas, pero emocionadas y Pol estaba sorprendido porque Marc me había tomado de la mano, yo también lo estaba.
—Te quería presentar a mis amigas. Ella es Abril y ella Aitana.
—Hola, chicas.
Las saludé a ambas con un beso en la mejilla. La más alta peinó un poco su cabello y me sonrió, yo le regresé la sonrisa.
—¿De dónde se conocen? —pregunté para sacarme la duda.
—Yo voy a clases con Marc. —dijo Abril.
—Yo soy Aitana, la hermana mayor de Abril, recién conocí a Marc.
—Eso pensaba. Un gusto conocerlas, iré con mis amigos. Marc, cuídate porque hoy ando de mal humor y tal vez pase un pequeño accidente y termines lesionado —bromeé y él me miró con susto.
La verdad, no estaba molesto. Me agradaba que Marc me presentara a sus amigas y tal vez si seguíamos así, con actos amistosos podría tragarme la idea de que éramos sólo mejores amigos .Aunque bueno, hace unos minutos me había tomado de la mano, pero tal vez ni cuenta se dio. Llegué adonde estaban mis amigos nuevamente.
—Eso que hizo Marc fue extraño —dijo Pol —. Ahora entiendo el porqué te confunde.
—Yo sigo creyendo que le gustas, pero que no sabe demostrarlo —dijo Jade dejando su celular a un lado.
—Yo pienso lo mismo que ella —habló Eva.
—No lo sé, tal vez no se dio cuenta. Deberían de ayudarme a olvidarlo, no a hacerme falsas ilusiones.
—Es que te miró muy lindo —dijo Eva.
—Mira, no me adelanto pero eso es verdad. Yo estaba de acuerdo a que lo olvidaras, pero por cómo te miró me hace dudar y es que hasta yo me vuelvo bisexual o gay si Marc me mira así.
