Aunque no sea conmigo III.

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Marc

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Marc


Durante el partido había metido un gol, no fue el mejor gol pero sí uno de los mejores del partido y eso me ponía contento, ya quería firmar el balón.

El partido terminó 3 a 2, habíamos ganado por un gol en los minutos agregados.

Cada uno de nosotros se dirigía a los vestuarios y cuando vi a Dareck caminé más rápido hacia él, quería felicitarlo. Dareck se veía un poco triste porque habían perdido y no me gustaba verlo así.

—¡Dareck! —Grité y al instante el rubio se dio la vuelta, buscando la voz que lo llamaba.

Cuando el rubio me vio se detuvo, estaba un poco sorprendido. Caminé hacia donde él estaba y antes de que pronunciara algo, él se adelantó.

—Felicidades, Marc. Bien jugado —sonrió y me dio una palmada en la espalda.

—Gracias. Jugaste muy bien.

—¿Me das tu camiseta? —preguntó.

Me quedé pensando por un momento hasta que reaccioné y le di una sonrisa.

—Claro, también quiero la tuya —le dije.

Comencé a quitarme la camiseta de mi equipo al igual que el rubio, me dio la suya, se veía un poco nervioso, pero yo la tomé rápidamente y le di la mía, luego se acercó hacia mí para darme un abrazo sin importar que estuviésemos sudados, a mi tampoco me importó, ya nos habíamos abrazado así antes.

—Dareck, quiero hablar contigo.

—Tenemos que entrar.

—¿Eso es un...

—Eso es un nos están grabando. Marc, te veo en el estacionamiento —dijo todo esto cubriéndose la boca para que las cámaras no notaran lo que decía.

Caminamos juntos hacia el vestuario hasta que tuvimos que separarnos porque cada uno estaba en uno distinto.

—Sebas, Sebas —dije en cuanto entré al vestuario.

Vi a Sebastián sentado poniéndose unos tenis que siempre usaba.

—Sebas, adivina con quien hablé —chillé de emoción.

—¿Con quién?

—Con Dareck. Dijo que lo viera en el estacionamiento.

—¿Neta? Quiere decir que van a hablar. Por fin, Marc, ya no morirás en depresión.

No nos preocupaba que nos escucharan pues todos estaban festejando el logro. Claro que estaba emocionado por el logro, pero ahora lo que más me importaba era hablar con Dareck.

Cuando terminamos de festejar cada quien se fue a casa, incluso le dije a Sebastián que él podría irse porque mi padre me recogería en el estacionamiento,

Aunque no sea conmigo.Where stories live. Discover now