Cuff it

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Por fin era domingo, eso significaba despertarme tarde, no tener deberes y tampoco tener entrenamiento.

Me levanto de mi cama y miro la hora, faltaban 25 minutos para las 11. Al final no había despertado tan tarde. Miro a mi habitación, estaba limpia porque siempre la limpiaba los sábados por las noches así ya no hacía nada de nada los domingos. Aunque bueno, hoy tenía que ir a casa de Lucas, pero de cualquier forma sería relajante.

Bajo las escaleras y no había nadie ni en la sala ni en la cocina, así que me preparo un café y tomo unas cuantas galletas para desayunar mientras miraba el móvil y respondía los mensajes de Marc, quien al parecer se había dormido a las 3 de la madrugada, quien sabe si más tarde. Tenía muchos mensajes suyos, aunque también algunos los había borrado, pero respondí los que había mandado y a los pocos minutos obtuve respuesta suya.

"Buenos días, rubio dormilón."

"Buenos días. ¿Acaso no duermes?"

"No dormí bien"

"¿Por qué?"

"Nada. Sólo no tenía sueño."

Sabía que mentía. Moría por pasar una tarde con él y poder hablarlo. Sabía que hoy no podría ser, pues estaría Lucas y sabía que Marc prefería las charlas privadas.

"¿Quieres quedarte a dormir en mi casa el lunes?"

"Claro que quiero, no importa si me despierto un poco más temprano para ir a la escuela"

"Descuida. Mañana me lleva mi padre y su trabajo queda cerca de tu bachillerato, podría dejarte. Sólo debo pedir permiso."

"Vale rubio, espero si te den permiso. Te dejo, tengo que estudiar para un examen."

Esa tarde la estábamos pasando bien, nos burlamos de nosotros cuando uno perdía o hacía un mal pase en el juego. Todo estaba normal, risas y tranquilidad hasta que el ambiente se puso tenso cuando los padres de Lucas comenzaron a discutir.

—Lo siento mucho, chicos. Creo que es mejor que se vayan —dijo en un tono serio y Marc y yo asentimos.

Seguimos a Lucas hasta la puerta de su casa y nos despedimos de él con un abrazo.

—¿Nos vemos mañana? —le pregunta Marc.

—Obvio, mañana luego del trabajo me voy al entrenamiento.

—Oye, Lucas, ¿estarás bien? —pregunté.

—Si, no se preocupen. Esto pasa todos los días. Vayan con cuidado.

Aunque no sea conmigo.Where stories live. Discover now