Aunque no sea conmigo.

48 3 0
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Marc

Dante y yo ya estábamos en el club, nos sentamos sobre el campo, Sebastián ya había quitado el puesto de los snacks, así que estaba solo y lo iluminaban unas cuantas luces.

Tomamos asiento sobre el césped, que no me molestaba mucho ya que llevaba un pantalón de mezclilla.

—Bueno, ¿de qué quieres hablar? —preguntó mientras picaba lechuga con el tenedor.

—Bien, yo hablo pero después hablas tú.

—¿De qué tengo que hablar? —preguntó.

—Sobre lo que ibas a decirme en el puesto, de lo que aún no sé.

—Mmm... creo que no soy la persona indicada para decírtelo.

—Igual me lo dirás, promételo —lo miré haciendo un puchero y Dante puso los ojos en blanco.

—Bien, lo prometo. Pero habla tú primero.

—Bueno, no quiero sonar creído y con ego alto, sólo quería disculparme si te hice sentir mal por hablar mucho de Dareck —fui directo al punto.

—Ah, eso. Al principio me dolía un poco, pero después me fui acostumbrando a eso.

—Lo siento —me disculpé nuevamente.

—No pasa nada. Sólo no quería que pensaras que aún quería seguir intentándolo o algo así, entonces me alejé un poco de ti por lo mismo. No quería hacerlo, pero tampoco quería que pensaras que sigo siendo igual de intenso.

—No, para nada. Creía que te había hecho sentir mal todo este tiempo y me sentí un mal amigo, pero ahora que lo dices, parece que ya no sientes nada por mí, así que es lo mejor que puedes hacer en tu vida —bromeé y Dante rio cubriéndose la boca para no mostrar la comida.

—¿Ustedes qué hacen aquí? —preguntó uno de los entrenadores detrás de nosotros.

No vimos siquiera su sombra, parece que estábamos sumergidos en nuestra conversación.

—Es que... se nos hizo tarde —me excusé.

—Me parece un poco tarde para que estén cenando aquí y solos.

—Igual ya nos íbamos, justo eso estábamos conversando —mintió Dante.

—Bien, pues váyanse ya, porque nadie está afuera y son los únicos.

—Sí, está bien —me puse de pie con mi plato en la mano.

Me despedí de Dante y cada uno se fue hacia su habitación. Había dos cosas, una buena y una mala. La buena, es que ahora sé que Dante ya no siente nada por mí, pero la mala es que no supe lo que quería decirme.

Entro a mi habitación y encuentro a Sebastián comiendo un paquete de frutos rojos recostado sobre su cama mirando su móvil.

—¿Quieres? —me ofreció.

—No, la verdad no tengo hambre.

—¿Te fue mal? —apagó su móvil.

—No, de hecho me dijo que ya no siente nada por mí, sólo se había alejado porque no quería que yo pensara que aún sentía algo por mí.

—Esa es una buena noticia.

—Sí, pero nos interrumpieron justo cuando iba a decirme algo importante.

—¿Quién los interrumpió? —siguió comiendo de sus frutos como si estuviese mirando una película.

Ahí fue cuando le conté todo lo que había pasado desde que estábamos en el restaurante. Noté como abrió los ojos y tragó grueso.

—¿Qué pasa? ¿Tú sabes algo? —pregunté.

—Marc, es que el equipo Hereford fichó a Dareck, creí que ya lo sabías.

Por un momento me quedé inmóvil, no sentía coraje ni nada, sólo me sorprendió la noticia, porque ahora entendía el porqué no había jugado el último partido.

—Lo siento por decirte eso, pero creí que tú te habías enterado ya y bueno, tenías que enterarte.

—No pasa nada, de hecho no sabía nada de eso. Solo me enteré que habían fichado a tres jugadores, pero jamás me pasó por la cabeza que fuera Dareck, porque estaba demasiado ocupado pensando en porqué no vino al último partido.

—Sí, te entiendo, a mi igual me había parecido extraño y luego me enteré de eso.

—Pero... eso es bueno, de hecho me alegra que haya sido seleccionado.

—Sí, espero que tú también lo seas, que todos lo seamos, porque todos nos dejamos la piel por el equipo.

—Sí, todos tenemos lo nuestro y aunque hay partidos en los que estamos un poco flojos o desanimados, al siguiente partido regresamos con todo.

—A ver qué nos dicen. Sea cual sea el seleccionado yo estaré orgulloso.

—Yo igual, cada uno es importante para mí.

—Pero yo más, ¿no? —me miró haciendo puchero.

Ahora era Sebastián el manipulador, me recordaba a mis amigos del club en el que antes estaba. Me pregunto qué será de ellos ahora. Sólo sé un poco de Lucas y que se había independizado junto con su novia en estos dos años, también que dejó el fútbol y comenzó a dedicarse a sus clases de guitarra, tal vez sus sueños cambiaron y me alegraba por él sea cual sea su camino.

*

Habían pasado pocos días desde que me enteré que habían fichado a Dareck y ahora estaba sentado junto con mi equipo sobre el pasto del campo, esperando a que nos eligieran a uno de nosotros y poder jugar en el equipo Hereford,

—Chicos, tengo que decirles que ya me dijeron a quienes van a fichar.

—¿Quienes? ¿Es más de uno? —alguien preguntó.

—Así es. Quiero decirles que no quiero que ninguno de ustedes se rinda en seguir intentándolo y que el equipo Hereford dará más oportunidades a algunos de ustedes.

—Por favor entrenador, sólo dígalo ya —exigió Adam y nosotros reímos.

—Bien, tenemos a tres fichados del equipo y son... Sebas, Lucas y Marc.

Sebas y yo nos abrazamos, estábamos emocionados y nuestros amigos se unieron al abrazo, poco después comenzaron las felicitaciones por parte de todos y me hizo recordar a cuando me habían dado la oportunidad de venir a jugar acá.


_ * _ * _ * _ * _ * _ * _ * _ * _


Buenassss sé que he demorado un poco en subir capítulo pero luego de tanto estrés me bloqueé al escribir y estaba entrando en bloqueo escritor en ambas historias, ero logré escribir el capítulo de hoy y avisarles que esta semana habrán tres capítulos nuevos.

Feliz Navidad

Aunque no sea conmigo.Where stories live. Discover now