Singing low.

164 15 27
                                    

Dareck: 

El entrenamiento se había cancelado y junto con los del equipo decidimos ir al boliche porque Lucas lo propuso. A mí me pareció buen plan, la verdad no tenía nada que hacer así que acepté pero primero le avise a mis padres mientras iba caminando siguiendo a los chicos.

—Rubio, ¿y si hacemos un reto? —preguntó Marc y guardé mi celular en el bolsillo de mi mochila.

—¿Qué reto?

—En el boliche, el que tire más bolos puede ponerle un reto al otro, ¿qué dices?

—Bien. Estoy seguro que te voy a ganar.

—No estés tan seguro, rubio bonito —despeinó mi cabello.

Atrás de nosotros se escuchaban voces, pero no entendía lo que decían porque estaba concentrado en mirar a Marc y el movimiento de su cabello al caminar.

Marc y yo caminábamos algo cerca y de vez en cuando nuestras manos chocaban, pero no decíamos nada, algunas veces nos mirábamos y nos sonreímos, pero nada más.

—¿Podemos parar? —preguntó Carlos justo cuando estábamos llegando a un pequeño parque.

Unas cuantas calles más y llegamos al boliche.

—Por favor, les doy un beso a todos. Estoy muy cansado —se dejó caer dramáticamente en el suelo.

Álvaro se cayó encima y nosotros nos reímos de la escena un poco rara.

—En sitios públicos no se folla chicos, acá hay niños.

—Descanso de 10 minutos —anuncié y se formaron grupos de distintas cantidades de personas para sentarse sobre el pasto.

Yo me fui a sentar en una mesa de madera con bancas del mismo material, en realidad me senté en la mesa, porque en las bancas me daba el sol en la espalda y ahí arriba la sombrilla me cubría.. Necesitaba ver la respuesta de mis padres, sabía que no había problema en que fuera al boliche pero me gustaba avisarles por si algo pasaba, les dije el nombre del lugar y mi madre me dijo que me esperaba despierta en la noche junto con mi padre.

—¿Qué haces? —Marc intentó quitarme el móvil, pero lo alejé y lo impedí.

—Hablaba con mis padres.

—Vale.

Ahora llevaba puesta una gorra de color negro y tenía otra en sus manos, era de color azul. Me miró y sin preguntarme me la puso. La gorra, claro.

—Te queda bien —me inspeccionó unos minutos mientras sonreía.

En sus ojos podía ver mi reflejo, estábamos demasiado cerca y no creo que mi corazón pueda soportar tanto.

Escuché las risas de mis compañeros y ambos volteamos a verlos, seguían susurrando cosas y riendo, no entendía lo que pasaba.

—Voy a ver qué traen —Marc se bajó de la mesa y se acercó al grupo más grande de personas.

Yo me quedé mirando a la nada y a la vez a todo, no sabía que éste parque era tan bonito y tan tranquilo.

—Hola, tío —Lucas tomó asiento de la misma manera que yo, pero él estaba más distante que Marc, mucho más distante.

—¿De qué se reían? —pregunté.

—¿Quieres saber? —preguntó y asentí.

Desbloqueó su móvil y me mostró una foto, una foto mía y de Marc en donde estábamos tan juntos que parecía otra cosa, luego me mostró otra foto de cuando veníamos caminando y justo en la foto nuestras manos chocaron, pareciendo que íbamos tomados de las manos.

Aunque no sea conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora