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Dareck

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Dareck

Hace dos años estaba jugando en un club Wellesley y hace poco me habían fichado para jugar con ellos. Por fin estaría con uno de los mejores equipos y aunque estaría de cambio y jugaría unos pocos minutos, estaba feliz por eso.

Era uno de los más jóvenes del equipo, apenas tenía 20 años y la verdad estaba nervioso por llegar. No era el único fichaje del club, también habían fichado a Javi y a otro compañero un poco más grande que nosotros.

Los tres estábamos contentos con todo lo que habíamos logrado y viajamos en el avión los tres juntos. La oportunidad se dio porque algunos jugadores se habían lesionado y claro, si uno de los que estaban de cambio se cansaban o se lesionaban estábamos nosotros.

—Dareck, imagínate que nos toque jugar este partido.

—¿Te imaginas? Sería increíble. Si a uno de ustedes les toca jugar, los voy a apoyar.

—Nosotros a ti —habló Ciro, el otro chico fichado y el más grande de nosotros.

—Sí, Dareck, nosotros también vamos a apoyarte.

—Que suerte que nos tocó viajar juntos, estaría triste si me tocaba viajar solo.

—Imagínate solo y con todos los nervios de conocerlos.

—Yo creo que me desmayaría —bromeé y los chicos rieron.

Al llegar, llegamos primero a la habitación de hotel que compartiremos los tres juntos, cosa que no me molestaba.

—¿Saben cuando vamos a ir con el equipo? —pregunté.

—Escuché que mañana, ahora son las 7 de la noche, creo que iremos mañana por la tarde cuando estén entrenando.

—Espero que sí —puse la maleta sobre la cama.

Comencé a guardar algo de ropa, pero dejando espacio para los demás, pues sólo había dos armarios para los tres y debemos saber manejar el espacio de ambos.

—Chicos, iré a llamarle a mis padres y a mi hermana. Estaré en la zona de la piscina por si acaso —avisé.

—Claro, cualquier cosa te busco.

Tomé asiento en una de las sillas, realmente estaba casi vacía la alberca a excepción de 4 personas que parecía que venían juntas.

Tomé el móvil y me conecté a la red wifi que nos habían pasado en la recepción, espero que funcione bien.

Se conectó casi sin problema, así que hice videollamada hacia el número de mi madre, sabía que esperaba mi llamada.

—Dareck, ¿Cómo estás, mi niño?

—Hola mamá, hola papá ¿y Zoe?

—Zoe está aquí —la enseñó por la cámara y le mandé un saludo

Aunque no sea conmigo.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن