Esta historia va sobre dos mejores amigos que el fútbol los une, que están a punto de dar un paso más en su amistad, que creen que todo va perfecto para ellos. Pero algo sucede. El destino es demasiado cruel cuando ve que las cosas van bien, cuando...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Marc
Hoy era día de entrenamiento y mis semanas comenzaban a ser pesadas. Todos los días me despierto a las 5:30 de la mañana para ir al bachillerato y mi día termina a eso de las 10 u 11 de la noche. Era pesado, pero tenía que seguir estudiando y el fútbol era algo que me motiva día a día.
Guardo mis apuntes en mi mochila y tomo mi uniforme de entrenamiento, el de siempre, el de color rosa.
El próximo viernes tenía un examen de matemáticas y ese mismo día tenía partido, así que sabía que estos días serían pesados. Pero nada es permanente, todo es temporal y tenía suerte de que Darek fuese mi amigo, pues hacía olvidar mis problemas, mis responsabilidades y mi estrés al menos por un momento.
Al llegar al entrenamiento, estaba listo para dar lo mejor de mí hoy y todos los días.
—Hola, tío. ¿Cómo vas? —Saludó Lucas, quien estaba sentado esperando a que los demás llegasen.
—Todo bien. ¿Tú cómo vas?
Sólo quería que Dareck llegara, sabía que a él podía contarle mis problemas y todo lo que me estresaba.
Tomé asiento a un lado de Lucas y comenzamos a platicar sobre nuestro día, los entrenamientos y ya saben, pequeñas actualizaciones. Lucas es de esos amigos a los cuales tienes que darle una pequeña actualización de lo que ha sido tu vida, porque a pesar de que entrenemos juntos, muchas veces es sólo eso, entrenamientos, y no nos da tiempo de contarnos nuestras cosas y conocernos más a fondo a menos que nos juntamos de vez en cuando, pero Lucas trabajaba, estudiaba, entrenaba y también tenía que pasar tiempo con su novia, así que la mayoría de veces su agenda estaba ocupada.
—Oye, ¿jugamos el domingo? Podríamos invitar a tu novio.
Álvaro y Carlos, la parejita cotilla voltearon a mirarnos y yo intenté disimular.
—¿Cuál novio? Soy hetero.
—Pues Dareck, ¿Quién más?
Lo miré mal, pero seguí disimulando porque sabía que seguían escuchándonos.
—Bueno, vale. Dejo de molestarte con eso. Ya sé que eres HETERO —alzó la voz cuando dijo esta última palabra y por fin la parejita siguió en lo suyo.
—Pues yo no tengo nada que hacer el domingo, pero no sé si Dareck esté ocupado, habrá que preguntarle cuando llegue.
—Lo invocaste —señaló detrás mío y a lo lejos vi a Dareck entrando en el campo.
Nos miraba. así que le hice una seña para que se acercase y comenzó a trotar para llegar más pronto. Ya cuando estaba más cerca comenzó a bajar la velocidad y yo no sabía hacia dónde mirar. ¿Estaba poniéndome nervioso?
—¿Qué tal? —Saludó.
Le dio los cinco a Lucas y yo esperé mi turno para poder sentir esa conexión cuando Darek y yo teníamos algún contacto físico o nuestras miradas se cruzaban.
